Thursday, September 04, 2014

Tres tendencias notables en la posguerra: israelíes, jóvenes judíos americanos, estadounidenses - Shmuel Rosner - Jewish Journal



1.- Los israelíes

Hace tres semanas, cuando la guerra en Gaza todavía estaba en su apogeo, expliqué brevemente que la división de los israelíes en los habituales campos de "halcones" y "palomas" no se ajustaba a este conflicto. Mi sugerencia era utilizar la división entre "pesimistas" y "optimistas".

Los pesimistas no creen demasiado en la capacidad de Israel de generar un grave impacto en las tendencias regionales, y por lo tanto promueven una política de sentarse firmemente y no apuntar demasiado alto – no a la paz, no a la guerra, no a unos regímenes cambiantes, no a un final del conflicto. A la espera de tiempos mejores es política, tanto Netanyahu como el ministro de defensa Yaalon y otros partidarios del alto el fuego con Hamas podrían ser identificados entre los “pesimistas”.

Los optimistas creen todavía que Israel puede marcar la diferencia por la fuerza de sus propias acciones. Los optimistas izquierdistas creen que Israel puede traer la paz si su gobierno la busca y la desea con el suficiente celo: “si solamente Netanyahu detuviera la construcción de asentamientos, si solamente negociara de buena fe, si demostrara al líder palestino Mahmoud Abbas cierta generosidad, la paz estaría al alcance”. Los optimistas derechistas creen que Israel podría conseguir una victoria más convincente sobre sus enemigos con solo demostrar su gobierno que anhela dicha victoria con el suficiente celo: “si solamente Netanyahu diera la orden de invadir Gaza y derrocar a Hamás, si solamente se negara a negociar cualquier acuerdo excepto la rendición de parte de Hamás, si fuera más decidido, la victoria entonces estaría a nuestro alcance”.

Todo esto es cierto para el liderazgo israelí y es verdad para el público israelí. Mirando a las encuestas de post-guerra de la opinión pública israelí - tres de estas encuestas en el fin de semana -, ahora podremos probar y evaluar la forma en que los israelíes se distribuyen entre esos dos campos.

Claramente, el mayor beneficiario de esta guerra, políticamente hablando, es el líder más optimista de todos, Naftali Bennett del partido Habayit Hayehudi. Bennett es un optimista del sector derechista. Él mantiene el sentimiento de los israelíes de que la guerra podría haberse terminado de una manera diferente con solo que los dirigentes se hubieran mostrados más decididos a la hora de conseguir la victoria. En la actualidad cuenta con 12 escaños en la Knesset, pero en las últimas tres encuestas obtendría de 17 a 19 según las diversas encuestas. Otro optimista de la derecha, Avigdor Lieberman, tiene menos éxito en la recolección de los frutos de la guerra. Las tres encuestas no dan una idea clara de sus posibilidades pues en dos de ellos mantiene su fuerza actual o pierde poco (9 a 11) y en otra encuesta gana tanto como lo hace Bennett (17).
Los optimistas de la izquierda no tendrían la misma suerte en las encuestas. No hay muchos de ellos, para empezar, pero asumiendo que los que están todavía por ahí tienden a votar al Meretz, pueden sentirse un tanto decepcionados. No está perdiendo escaños en comparación con su situación actual (6 actualmente), pero si hace un par de meses el Meretz parecía un partido que podría convertirse en la sorpresa de las próximas elecciones, las últimas encuestas no son tan buenas para él.

¿Los votantes de estos partidos son los únicos optimistas? Lejos de ello. Tenemos que asumir que otros votantes optimistas pueden encontrarse en muchos de los partidos cuyo apoyo al alto el fuego sugiere que sus líderes son pesimistas. De acuerdo con la encuesta del Maariv, el 58% de la población judía israelí cree que el alto el fuego fue un "error". Es decir, creen que era posible obtener un mejor resultado. En la encuesta de Panels Polítics de la semana pasada, el 75% de los encuestados pensaba que Israel debía tomar medidas para derrocar al gobierno de Hamas en Gaza. Esto significa que ellos creen que además de ir en el interés de Israel, también está en sus manos decidir quién gobierna Gaza. El estado de ánimo de toda esta gente, bastante abundante, es amargo. Pero su ideología – tanto si lo entienden o no - es optimista.

Un curioso caso de confusión optimista es el del partido Laborista. El partido Laborista y su líder, Yitzhak Herzog, dieron su apoyo a la operación militar y tuvieron mucho cuidado de no criticarla hasta casi el final. En los últimos días, el tono ha cambiado, pero el mensaje es todavía algo confuso. El partido parecía estar a favor del alto el fuego, y sin embargo está criticando a Netanyahu por su "fracaso" para lograr algo mejor, haciendo para ellos referencias a pasadas y fallidas oportunidades diplomáticas. El público no parece creerlos, y el partido está perdiendo escaños en las encuestas. Si la guerra proporcionó algún tipo de posibilidad para que un líder de la oposición presentara una alternativa, Herzog seguramente se lo perdió. Creo que se lo perdió por las razones correctas, es decir, su deseo de hacer lo correcto en el momento adecuado. Pero su partido no será necesariamente tan indulgente como yo.

2.- Los jóvenes judíos americanos

El Cohen Center for Modern Jewish Studies de la Universidad de Brandeis hizo un rápido estudio sobre la reacción de los jóvenes judíos estadounidenses ante el conflicto de Gaza. La atención se centró en los solicitantes de la Birthright (participantes y no participantes), así que estamos hablando de un grupo con al menos algún interés en Israel y en el judaísmo - un nivel de interés lo suficientemente alto como para solicitar un viaje gratis y divertido a Israel -. También estamos hablando de un grupo de personas con las que Israel a menudo parece tener algún problema: personas jóvenes y liberales. De hecho, más que el promedio americano: "son mucho más liberales que los jóvenes estadounidenses en su conjunto: casi dos tercios de los jóvenes judíos estadounidenses se consideraban liberales, en comparación con menos de un tercio de todos los adultos jóvenes americanos".

¿Qué piensan sobre Gaza, Israel y la guerra? Si usted quiere ver su vaso medio lleno, podría centrarse en el hecho de que "el 50% de los no participantes y el 60% de los participantes cree que Hamas fue el responsable del conflicto, en comparación con el 21% de todos los jóvenes americanos de 18-29 años de edad". Casi la mitad de los participantes del Birthright piensa que la "respuesta" de Israel al conflicto fue "bastante correcta", mucho más que el 31% de jóvenes estadounidenses que también optan por esa respuesta.

Pero también se puede mirar el vaso medio vacío, es decir, si en lugar de tomar un enfoque comparativo en lo referente a los números - en lugar de estar satisfechos con el hecho de que Birthright hace algo para que los jóvenes judíos estadounidenses sean más partidarios de Israel – viendo solamente los números desnudos. El 25% de los participantes de Birthright piensa que Israel ha "ido demasiado lejos" en su respuesta al conflicto. Eso es mucho. Entre los candidatos no participantes en Birthright, el número sube al 38% (diez puntos por encima de la media de los jóvenes estadounidenses - es decir, los jóvenes judíos son mucho más críticos con Israel que los jóvenes no judíos, a menos que participen en Birthright). El 20% de los participantes cree que las acciones de Israel en la guerra eran "en su mayoría" o "completamente" injustificadas. El 9% de los participantes de Birthright se han "distanciado" de Israel. El 19% se siente más o menos "algo alejados". El 23% más se han "un poco alejados".  La mayoría de los participantes no se sienten completamente conectados con Israel.

¿Debemos estar satisfechos con estos resultados (y por "debemos" me refiero a aquellos que quieren una fuerte conexión entre los judíos de Israel y de los Estados Unidos)? Seguramente, los defensores de Birthright deben estar satisfechos con su trabajo, ya que se demuestra claramente el impacto de este programa en sus participantes. Pero no estoy seguro sobre el resto de nosotros. Podríamos mirar esta encuesta y pensar que todo lo que necesitamos es más programas y más viajes, y que las cosas irán mejorando. Pero también podemos observar como el 60% de los participantes (y el 45% de los solicitantes no participantes) apoyan a Israel "mucho", y preguntarnos por ese otro 40% que no lo hace.

3. Los americanos

El nuevo estudio de Pew no se ocupa específicamente de la guerra de Gaza, pero es interesante leerlo con la guerra como telón de fondo. A partir de esta encuesta nos enteramos de que "los estadounidenses siguen pensando que los Estados Unidos se ocupan demasiado, en lugar de demasiado poco, en ayudar a resolver los problemas del mundo, Pero la cuota de los estadounidenses que dicen que los EEUU hacen demasiado poco ayudando a resolver los problemas globales casi se ha duplicado . Del 17% en el pasado noviembre al actual 31%.

En otras palabras, esta es otra situación del vaso medio lleno, medio vacío: los estadounidenses, por un lado, todavía recuerdan Irak y aún se muestran renuentes a involucrarse en los asuntos mundiales. Por otro lado, la impresión creciente de que la influencia de los Estados Unidos en el mundo está en declive está empezando a molestar a los estadounidenses. Un 31% a favor de un mayor compromiso sigue siendo un nivel bajo desde el punto de vista de los que quieren ver un cambio. Pero en comparación con las encuestas anteriores, está subiendo rápidamente.

En Gaza pudimos ver la culminación de muchos de los patrones que han creado esta tendencia.
Durante la guerra vimos como la administración estadounidense era reacia a intervenir, después del fallo un tanto embarazoso que supuso las negociaciones para un serio proceso de paz entre israelíes y palestinos. Pero también hemos visto A una administración estadounidense que no puede realmente desconectarse de la región cuando está en guerra, con un gobierno que siente que tiene la responsabilidad de hacer algo. Las acometidas de un John Kerry al rescate, y los errores posteriores en las negociaciones de un alto el fuego, pueden ser ridiculizados. Sin embargo, su tendencia instintiva a participar es la misma tendencia instintiva que vemos en la encuesta del Pew. Esta es una administración estadounidense que ya no es el jugador tan importante que solía ser. Los estadounidenses se han dado cuenta de ello: alrededor de la mitad de ellos dicen que "los EEUU juegan un papel menos importante y son menos poderosos como líder mundial que hace 10 años".

Algunos observadores tienden a definir estas tensiones como una batalla entre el idealismo y el cálculo frío, o como una batalla entre el ego y la autopreservación. Pero podría ser simplemente el dilema de siempre en la historia de la diplomacia estadounidense: la historia de un movimiento pendular entre el deseo de participar y las ganas de olvidarse de los problemas de un mundo lejano. Los estadounidenses siempre han querido, y todavía lo quieren, que su país sea el líder mundial. Pero un líder no puede desengancharse de su rol.

También, con los años, se sienten cansados ​​ante ese compromiso tan costoso. Así que se necesita un tiempo para que recuperen su energía y se preparan para una mayor participación. Obama podría ser un presidente transformador, pero su época no es lo suficiente transformadora como para hacer que los estadounidenses dejen de preocuparse por el papel de su país como líder mundial.

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