Sunday, October 05, 2014

El discurso de Netanyahu en la ONU: ¿Israel debe ponerse a la vanguardia de la lucha contra el Islam radical? - Shmuel Rosner - Jewish Journal



La agencia de noticias AP lo denominó "un discurso feroz". Esa es una descripción justa del rendimiento de Benjamin Netanyahu en Naciones Unidas. Todos los elementos se mezclaron en su discurso: el terrorismo y el radicalismo, la dominación mundial y el nazismo, el Irán nuclear y la propaganda. Netanyahu no habló acerca de Israel, no sólo acerca de Israel. Él tomó sobre sí la tarea ingrata de un líder mundial. "La ambición militante del Islam de dominar el mundo parece una locura. Pero también lo parecían la ambiciones globales de otra ideología fanática que llegó al poder hace ocho décadas". En realidad, no parecía molestar a Netanyahu si el "mundo" estaba preparado para aceptar tales perogrulladas de él - o bien estaba más inclinado a burlarse de él por hacerse pasar por un nuevo Churchill -. Había una serie de cosas que él tenía que decir.

Aquí hay cinco observaciones sobre su discurso:

A.  Hay cosas que decir sobre el contenido del discurso, pero primero uno tiene que preguntarse acerca de su propósito. El primer ministro se enredó a sí mismo con el viaje, la escritura y la exposición de un discurso impresionante. ¿Con qué fin? Él es lo suficientemente inteligente como para saber que las delegaciones de la ONU no cambian sus políticas y sus votos a causa de un discurso. Él tiene la experiencia suficiente para entender que un discurso que no lleve una gran noticia acerca de la paz o de una guerra que se avecina no va a acaparar los titulares frente a otras cuestiones más urgentes.

Tres posibilidades:
1. Netanyahu estaba hablando con los israelíes, para hacerles ver que él está defendiendo a Israel en el escenario mundial, para que se sientan orgullosos de su habilidad, para reforzar sus creencias ya arraigadas. Esa es una posible respuesta a la pregunta que hice, pero si ese era su razón para hablar, no queda claro para mí si era una razón suficiente. Unas elecciones no están en el horizonte y la posición de Netanyahu en Israel es sólida, incluso antes del discurso, así que tal vez no fuera necesario. 
2. Netanyahu estaba hablando a los estadounidenses. La prueba está en el pudín: Nueva York, inglés, referencias al béisbol. ¿Pero por qué dirigirse a los estadounidenses? Tal vez se trata de un intento de dirigir la atención del público estadounidense a la cuestión de Irán, y por lo tanto conseguir que sea más difícil para la administración Obama llegar a un "mal acuerdo" con Teherán. 
3. Netanyahu se dirige a la posteridad. En esta etapa de su carrera, debe estar pensando en sí mismo no como un político accidental que consiguió el poder, sino como un verdadero líder de largo recorrido con una voz real en el escenario mundial. Él quiere dejar su huella. Él quiere compartir su sabiduría con otras personas, independientemente de que la aceptan o no. Anotemos su referencia al profeta Isaías al final de su discurso: "Por el bien de Sión, no voy a permanecer en silencio". Tal vez Netanyahu no tuviera un claro objetivo táctico en este discurso, tal vez simplemente no quería permanecer en silencio.
B. La mayoría de los titulares tras el discurso se centraron en Hamas. Hablaré de Hamas, pero primero me gustaría señalar el hecho de que algo estuvo notablemente ausente en el discurso: las amenazas. "Derrotar al ISIS y permitir un Irán como potencia nuclear supone ganar una batalla y perder la guerra", dijo Netanyahu. Pero no dijo que si el mundo no detenía a Irán, lo haría Israel. Él no insinuó que si los EEUU no actuaban, Israel tendría que actuar. Netanyahu, lógicamente, estaba tratando de convencer al mundo de hacer lo que hay que hacer, aunque no trató de presionar con fuerza para que hiciera algo. ¿Es porque Israel ya no tiene una amenaza creíble para ser utilizada con este fin? ¿O tal vez porque Netanyahu, en esta etapa, ha decidido probar un nuevo enfoque? ¿O quizás porque cuando la acción israelí más se aproxima, menos hay que hablar de esa posibilidad? Cualquiera que sea la razón, no parece ser una táctica eficaz. Israel necesita tener influencia, no lógica.

C. El hablar de "esto es como 1938 y los nazis están llegando de nuevo" resulta un argumento viejo y cansino. No lo aprecio demasiado. Pero como escribí hace tiempo, ¿alguien puede garantizar con toda seriedad que los elementos radicales del Oriente Medio no matarán a tantas personas como les sea posible, especialmente israelíes, si tienen el poder para hacerlo? ¿Qué pasa si Netanyahu tiene razón? ¿No fue la incredulidad parte del problema la primera vez?.

D. Aquí el título del discurso: "Cuando se trata de sus objetivos finales, Hamas es el ISIS, y el ISIS es Hamas".

Y aquí está la respuesta de la administración Obama: "La portavoz Psaki dijo que mientras que los EEUU ven al ISIS y a Hamas como organizaciones terroristas, los EEUU obviamente consideran que el ISIS representa una amenaza diferente para los Estados Unidos", y añadió que los EEUU no vieron el discurso como indicando que "Netanyahu, ni nadie en Israel, sugiere que los EEUU deberían lanzar una campaña militar contra Hamás".

Dos comentarios:
1. Netanyahu tiene razón, o por lo menos tiene un caso defendible con el argumento de que los dos movimientos tienen objetivos similares. Obviamente, su intento de vincular a los dos en un discurso tras otro es un intento de ganar puntos para la batalla más pequeña que libra Israel contra Hamas gracias a la batalla más grande que libran los Estados Unidos contra el ISIS. Él no ha sido el primero en hacer estos intentos - durante la segunda Intifada era común que los oradores israelíes, incluyendo al primer ministro Sharon, asimilaran la lucha de Israel contra el terrorismo palestino a la propia lucha de los Estados Unidos contra el terrorismo tras el 11-S. Al gobierno de los Estados Unidos nunca le gustó esta equiparación por aquel entonces, y en realidad no le gusta la actual. No quiere que Israel se equipare y vaya a remolque de los EEUU. Sin embargo, los líderes israelíes calculan que sus palabras si resuenan en el público americano, y por lo tanto es válido, incluso si a la administración Obama no le gusta demasiado. 
2. Todo el mundo leyó la respuesta de Psaki como un intento de distanciar a los EEUU de la formulación de Netanyahu, y con razón. Por supuesto, Netanyahu no está "sugiriendo que los EEUU lancen una campaña militar contra Hamas". La única que lo sugiere, y la niega a la vez, es la propia Psaki. Y al sugerirlo, erróneamente, sólo quiere alcanzar un posible objetivo: hacer que los estadounidenses se cansen ​​de los opiniones de Netanyahu plantando en sus mentes la idea de que si compran los argumentos de Netanyahu podría costarles otra guerra contra otro adversario.
E. Volviendo a la cuestión de la finalidad del discurso de Netanyahu, he aquí otra pregunta: ¿Es prudente que Israel se ponga a la vanguardia en la batalla contra el Islam violento y radical? Una respuesta posible es: dejen que otras personas, que los líderes de los países más grandes y más fuertes, conduzcan batalla. Otra posible respuesta sería: no existen esos "otros líderes" que la conduzcan. La respuesta de Netanyahu está clara, y está claro por qué Barack Obama no aprecia su respuesta. La respuesta de Netanyahu es clara y preocupante, pues se coloca, y nos coloca, a la vanguardia de esa batalla.

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