Saturday, October 25, 2014

Gran artículo: Israel no puede tener una soberanía parcial - Akiva Bigman - MIDA



El letal ataque terrorista del jueves mostró lo fácil que es atacar a los judíos. Esos niños inocentes aún están en libertad por las calles de al-Quds y hasta se congregan para sus malos propósitos a lo largo de las principales carreteras. Los días en que había que detenerlos después de sus malas acciones son cosa del pasado. Hoy en día, en la era de la "contención", todo lo que se necesita es voluntad. El resto - los medios, la oportunidad y las víctimas potenciales - estará a cargo de Allah.

Pero dejando el crédito de Allah a un lado, el gobierno de Israel se merece gran parte de la responsabilidad por la situación actual. Cualquiera que siguiera los acontecimientos sobre el terreno podría haber asegurado que la política de la policía israelí no iba a funcionar mucho tiempo. El esfuerzo fallido para mantener a los alborotadores en los límites de los barrios árabes de Jerusalén Este, los amplios esfuerzos para proteger las principales carreteras y las ciudades judías, hacían que la siguiente fase de la escalada fuera del todo inevitable. El IDF enseña que "la línea de contacto siempre se superará", pero parece que la policía no cree que esto sea más que un eslogan que se utiliza en alguna presentación de algún aburrido power point.

Y no nos engañemos, la línea hace tiempo fue traspasada: los alborotadores de Shuafat y Beit Hanina se detuvieron al borde de French Hill, pero hace tiempo que han comprendido cómo funciona el sistema y han cambiado los métodos: fuego real en Pisgat Zeev, lanzamiento de piedras a los coches que circulan y ahora utilizar los propios vehículos como deliberadas armas mortales.

"Que se cuezan en su propio jugo", es como Moshe Dayan explicaba por qué el ejército israelí evitaba operar dentro de la Franja de Gaza durante los ataques terroristas de la década de 1970. Bueno, ellos se cocieron muy ​​bien: esas inocentes organizaciones de caridad (los antecedentes de Hamas) se convirtieron en invernaderos del terror, y la juventud de la década de las discos se transformó en un poder regional sustentado con cohetes y morteros con una agenda global.

Esto no se puede enseñar en los departamentos de resolución de conflictos, pero así es como funciona en el mundo real: el que muestra una presencia regular diaria determina el carácter de los temas (y los conflictos). Si no somos nosotros, serán ellos.

La única forma de restablecer la seguridad es una robusta y consistente presencia soberana en barrios y pueblos árabes. No escondiéndose detrás de fortines y vehículos blindados, sino con una constante y obstinada presencia y actuación policial, día tras día. La aplicación de la ley puede parecer un trabajo sucio, pero es una labor profesional que hay que realizar. Los crímenes, asesinatos (incluidos los "crímenes de honor"), las armas ilegales y todos los diversos asuntos "internos" árabes  necesitan que comiencen "a ser nuestro negocio", no algo que ha ser tratado "en su propia casa". Si no lo hacemos, simplemente no vamos a durar aquí.

Esto requiere un gran esfuerzo, y ya sabemos que no es políticamente correcto y puede haber víctimas. Pero si no queremos despertar con el ISIS como el vecino de al lado, vamos a tener que actuar de forma preventiva para que no nos interrumpa durante nuestro descanso.

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