Saturday, October 04, 2014

Mr.Obama, barrios de Jerusalén "libres de judíos" no facilitará la paz - Jonathan Tobin - Commentary



Al principio parecía que el primer ministro israelí Netanyahu había escapado de su reunión en la Casa Blanca con el presidente Obama sin una renovación de su larga disputa. Pero antes de que terminara el día, quedaba claro que la predilección de la administración Obama por buscar una pelea sin sentido con los israelíes no se había desvanecido, y eso aún cuando Obama parece estar más interesado en la lucha contra el ISIS que en las negociaciones de paz en el Oriente Medio.

Centrándose de nuevo en construcción judía en Jerusalén, algo que han presentado como acciones de Israel que obstaculizan la paz, los EEUU no solamente se distraen de los verdaderos problemas en el Oriente Medio. Al reafirmar su oposición a que los judíos vivan en ciertas partes de su capital, los estadounidenses también están adoptando un estándar que hará imposible una verdadera paz.

Como escribió Eugene Kontorovich, la voluntad expresa de la administración Obama de utilizar la terminología esencialmente engañosa de ciertos grupos marginales de la izquierda israelí sobre los asentamientos, distorsiona la discusión. Si se cuenta cada apartamento construido como un "nuevo asentamiento", se tiene la impresión de que Israel está construyendo cientos, si no miles, de nuevos barrios y ciudades cada año. En realidad, lo único que está haciendo es construir viviendas en comunidades judías ya existentes, la gran mayoría de las cuales están ubicadas en zonas que, incluso bajo los parámetros que han sido sugeridos por la administración Obama, permanecerían dentro de Israel, incluso si se firmase un tratado de paz con los palestinos.

Pero los argumentos planteados por la administración Obama sobre los nuevos hogares judíos en Jerusalén - y que se hacían eco de la condena generalizada que estos proyectos han despertado en la mayoría de la comunidad internacional -, son preocupantes por algo más que las razones habituales. Si el presidente Obama y su Departamento de Estado verdaderamente creen que la presencia de judíos en ciertos barrios del este de Jerusalén representa un obstáculo para la paz que debe ser eliminado para que se alcance un acuerdo de paz, lo que están haciendo es aprobar tácitamente la exigencia árabe de zonas libres de judíos en la antigua capital, así como aprueban una Palestina Judenrein.

Como Netanyahu señaló, la noción de que resulta inmoral que algunos judíos compren bienes o construyan viviendas en zonas de la ciudad, pero por el contrario no hay nada malo en que los árabes hagan lo mismo en barrios que son predominantemente judíos, es intrínsecamente perjudicial. El doble estándar aquí es terrible. Los árabes construyen (a menudo ilegalmente) a través de los barrios de mayoría árabe de la ciudad y nadie piensa que, si tuviéramos que utilizar la misma norma por la cual es juzgado Israel, eso también podría ser interpretado como un obstáculo para la paz.

Pero el verdadero problema es que ese tratamiento de la construcción judía en los territorios, y especialmente en Jerusalén, como una acción ofensiva casi por definición, confirma la creencia árabe de que hay algo intrínsecamente ilegítimo en la presencia judía en el país. Es ese concepto, y no las acciones israelíes, lo que aún constituye el principal obstáculo para la paz.

Después de todo, si la prioridad principal de los palestinos hubiera sido el establecimiento de un Estado independiente al lado de Israel, podrían haber aceptado las ofertas de paz de Israel que les habrían otorgado la casi totalidad de Cisjordania, Gaza, y una gran parte de Jerusalén. Sin embargo ellos rechazaron esas ofertas en el 2000, 2001 y 2008, y se negaron a negociar seriamente con Israel de nuevo ese mismo año a pesar de que Netanyahu ya había señalado su disposición a ceder territorio. No fueron los asentamientos los que les impidieron conseguir la independencia, sino el hecho de que el reconocimiento de la legitimidad de un Estado judío, sin importar dónde se trazan sus fronteras, sigue siendo un anatema para su cultura política. De hecho, cuando Hamas - que obtiene el apoyo de la mayoría de los palestinos y que es mayor que el otorgado a la Autoridad Palestina de Mahmoud Abbas -, habla de la "ocupación", no se refiere a Cisjordania, sino a todo el territorio del Israel anterior a 1967.

Mientras tanto, la mayoría de los israelíes han sacado las conclusiones adecuadas del rechazo palestino y comprenden que la paz no está de ningún modo a la vista, y más aún la esperanza de que algún día esto vaya a cambiar. Y es que no hay ninguna posibilidad de que la cultura política de los palestinos haga algún día posible un compromiso sobre la tierra, hasta que Occidente no deje de dar apoyo moral a sus demandas de zonas libres de judíos.

Netanyahu hace bien en ignorar estas últimas quejas, tal como ya lo ha hecho en el pasado, entre los aplausos de la gran mayoría de los israelíes, sobre todo cuando los EEUU atacan el derecho de los judíos a vivir en Jerusalén. Si los palestinos algún día acceden a la paz y Jerusalén se divide, ¿acaso el presidente Obama cree realmente que podrá lograrse sobre la base de que ambos, judíos y árabes, pueblen las áreas israelíes, pero que las zonas palestinas permanecerán étnicamente limpias de judíos? Si eso es así, entonces su amarga crítica por la presencia de judíos en Silwan o en el barrio mixto de Givat Hamatos tendrá sentido. Pero si el objetivo es tener una ciudad abierta en la que la convivencia prevalezca, entonces estos argumentos son contraproducentes.

Hay razones por las que los israelíes se muestran cautelosos acerca de la idea de dejar atrás a judíos en áreas que, al menos en teoría, formarán parte de un futuro Estado palestino. La mayoría piensa que tales poblaciones judías se convertirán en los blancos inmediatos de terroristas asesinos. Pero si a los palestinos se les dice por medio de la administración Obama que es perfectamente correcto que ellos exijan que a ningún judío se le permita vivir en las zonas que ellos controlarán, incluso en Jerusalén, entonces no habrá ningún incentivo para ellos para hacer la paz en cualquier tipo de términos .

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