Sunday, January 11, 2015

Israel ha soportado el dolor de Francia durante setenta años - Giullio Meotti - Arutz Sheva



Ha existido mucha hipocresía en estos últimos días: los periódicos de Estados Unidos que no quieren publicar las caricaturas de Charlie Hebdo; los intelectuales franceses que apuntan con sus dedos señalando al gran mal, la "islamofobia"; los líderes musulmanes y el presidente francés Hollande quienes han dichi que las masacres de París no tienen nada que ver con el Islam.

Yo estaba hablando con Roger Scruton, el más famoso filósofo conservador británico. Agregó otra hipocresía: "En el lema 'Todos somos Charlie Hebdo', radica el apaciguamiento occidental. Es como decir a los terroristas... 'Dejarnos en paz'. Sucedió lo mismo después de los atentados del 7 de Julio en Londres, cuando la opinión pública británica dijo: "No vamos a cambiar nuestra forma de vida'".

Quiero añadir también otra hipocresía. En todas partes, desde Roma a Londres, ahora existe una espontánea e importante ola de solidaridad con los periodistas y caricaturistas y en cierta medida con las victimas de la tienda kosher sacrificadas en París la semana pasada. Ahora podemos escuchar a los líderes mundiales condenando el terrorismo islamista de Indonesia a Londres, pero el que tiene lugar en Jerusalén nunca se menciona. Es como si los judíos sí se lo merecieran, como si Israel llevará eso en sí misma, como si no hubiera lagrimas para la sangre caída en Israel en la frívola conciencia europea y occidental.

El New York Times, en un artículo titulado "Los israelíes enlazan el ataque a su propia lucha", sólo lo confirma: en París fue terrorismo, en Tel Aviv y Jerusalén es una "lucha legítima" contra la "ocupación".

Es el caso de la tragedia de hace dos años. Al día siguiente del ataque asesino de Tolouse, muchos dijeron que "Nunca lo olvidaremos". Sin embargo, dos años después de la matanza, los judíos de Toulouse han sido muy pronto olvidados. ¿Quién recuerda el nombre de Miriam Monsonego?

Incluso para algunos de los periodistas del Charlie Hebdo que fueron asesinados por los terroristas, Israel se había convertido en la principal fuente de contaminación en el Mediterráneo. El antiguo antisemitismo europeo de carácter nacionalista, el que odiaba a los judíos por ser una gente sin raíces, se ha transmutado en un antisemitismo que considera que los judíos no pueden tener un estado y además defenderlo, viendo a Israel como al malvado vengador, el gran destructor, el mayor colonialista y  más sangriento usurpador de viviendas y tierras.

El mal que han sufrido los franceses este 7 de enero puede llegar a ser recordado en todo el mundo, pero el sufrimiento de Israel ha sido deliberadamente olvidado y justificado.

En el último año, los terroristas han derramado sangre occidental en el Parlamento de Canadá, en el desierto de Siria, en un café de Australia y ahora en un diario francés y en una tienda kosher. En todos los casos, se ha llorado la sangre inocente derramada y se ha declarado la solidaridad para apoyar, al menos nominalmente, la lucha contra el terrorismo.

Pero ¿qué pasa con el terrorista suicida en Rishon Lezion que masacró a un grupo de ancianos que estaban disfrutando del aire fresco en un patio, donde no tenían ninguna protección?

¿Qué pasa con los centros comerciales como en Efrat, las zonas peatonales como en Hadera, las paradas de autobús como en Afula y Jerusalén, las estaciones de tren como en Nahariya, las pizzerías como en Karnei Shomron, las discotecas de Tel Aviv, los autobuses de estudiantes como en Gilo, los bares y restaurantes como en Herzliya, y los cafés como en Haifa? ¡Oh, no, para ellos no, pues la sangre, la sangre judía, no es inocente y la rabia y la blasfemia de los terroristas estaba totalmente justificada!

Los asesinos de Charlie Hebdo  no planearon específicamente la forma de infligir más dolor entre los posibles sobrevivientes. En Israel, se añadieron piezas de metal a los chalecos explosivos o en las mochilas de los terroristas, con explosiones que a menudo cortaron extremidades completamente.

Pero, de nuevo, para estos judíos no hay piedad o comprensión, mientras que ahora el mundo entero se pregunta que siente los sobrevivientes de Charlie Hebdo y como harán frente a la masacre. La viuda del editor de Charlie Hebdo está ahora en todas las televisiones francesas, tal como debería ser. Pero ¿dónde está la prensa occidental cuando Israel cuenta con tantas viudas llorando a causa del terrorismo?

En los barrios más influyentes y elitistas de Francia, que ahora también lloran a Charlie Hebdo, los judíos son considerados como un grupo humano que no tiene derecho a defenderse del terrorismo genocida. La víctima judía, pero sobre todo la víctima israelí, debe aceptar no sólo su destino de poder ser asesinado, sino también ser ignorado u olvidado por la amnesia general.

El 11 de septiembre y ahora el 7 de enero, y también el 11 de marzo español y el 7 de julio británico, deben ser recordados para siempre como puntos de inflexión en la historia del mundo.

Pero las víctimas civiles israelíes deben ser honradas, no sólo con la misma tristeza mundial que hemos visto estos días, sino con un respeto más profundo y más dramático ya que los judíos israelíes han soportado lo mismo todos los días durante los últimos setenta años.

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