Tuesday, January 20, 2015

Los misteriosos orígenes del primer insulto antisemita: No me llames hebreo – The Torah



Mucho antes de que los hijos de Jacob fueran llamados judíos, eran hebreos (עברים). A pesar del uso común de este término hoy en día (como en el caso del idioma hebreo, y que nunca aparece como tal en la Biblia), la Torah no nos ofrece una explicación explícita, tal como lo hace para "Israel" en Génesis 32:29.

La mayoría de los casos donde se registra la presencia del término "hebreo" los localizamos en los libros del Éxodo y Samuel, donde se utiliza como una reveladora etiqueta para los nacientes israelitas en las despectivas palabras de egipcios y filisteos. ¿Cuál es el significado de este término aparentemente despectivo? Además, si realmente fuera un insulto racial, ¿por qué las Escrituras hacen un uso tanta frecuente del término, donde incluso los israelitas - por no hablar de Dios - emplean esta designación en referencia a sí mismos?

- Explicaciones tradicionales

Los comentaristas rabínicos sugieren al menos dos posibles derivaciones para este término:

1. Hebreo - ever (עבר) en el sentido de "lado"

La primera de estas interpretaciones, anticipada por la propia Biblia, es ever (עבר) que significa "lado", en referencia a los orígenes de Abraham al otro lado del río Éufrates. La ceremonia de la alianza descrita en Josué 24 comienza con un prólogo histórico que se inicia con la salida de Abraham de sus raíces familiares idólatras:

"En los viejos tiempos, sus antepasados - Terah, padre de Abraham y de Nahor - vivían al otro lado del río (עבר הנהר = Eufrates) y adoraron a otros dioses. Pero yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del río"(2-3).

Este pasaje sirve como una interpretación bíblica de la referencia a "Abram, el hebreo" (אברם העברי) en Génesis 14:13, que representa a Abraham como un pionero que cruzó las fronteras culturales y religiosas para la fundación de una nueva fe.

2. Hebreo - Ever, el bisnieto de Sem

La segunda interpretación se refiere a Ever, el bisnieto de Sem, hijo de Noé (Génesis 10:21, 24).  A pesar de que Shem tiene una prole numerosa, se le conoce como el "progenitor de todos los descendientes de Eber" en Génesis 10:21, dando prioridad a la estirpe de la cual surgirá Abraham (11: 16-27). Más apoyos para este punto de vista se discutirán más adelante. Sin embargo, sería útil primeramente examinar una teoría moderna que ha surgido a la luz de la evidencia histórica fuera de la Biblia.

- Apirus (=¿ hebreos?) En la antigua Canaán

En la investigación moderna, causó bastante sensación el descubrimiento de una clase de personas designadas como los habiru o ‘apiru. Este grupo es mencionado en más de 200 documentos de todo el antiguo Oriente Próximo en el transcurso del segundo milenio antes de Cristo. La similitud de estas designaciones al bíblico 'ibri, teniendo en cuenta la evidente variación de las consonantes iniciales en el propio término 'apiru / habiru, ha sugerido a muchos estudiosos que podemos, de hecho, encontrar una evidencia extra-bíblica de los hebreos. Aunque la caracterización precisa de los ‘apiru todavía es discutida, parece que este término se aplica generalmente a grupos de refugiados y emigrantes que tenían el estatus de foráneos o extranjeros con relación a las tierras en que vivían.

La evidencia más importante referida a la cuestión hebrea proviene de las cartas de El-Amarna de Canaán en la mitad del s. XIV a. C. En estas cartas, las cuales nos proporcionan una visión tentadora de la situación política en Canaán antes de la aparición de Israel, los ‘apiru son descritos como rebeldes contra la autoridad egipcia en Canaán. Por ejemplo, el gobernante de Jerusalén suplica al rey egipcio que envíe apoyo militar para ayudarle a defenderse de los ‘apiru:
Pueda el rey volver su atención a las tropas regulares, de modo que las tropas regulares del rey, mi señor, puedan llegar. El rey no tiene tierras. Los ‘apiru han saqueado todas las tierras del rey. Si llegan tropas regulares este año, las tierras del rey, mi señor, se mantendrán. Pero si no hay tropas regulares, las tierras del rey, mi señor, se perderán (EA 286: 53-60).
- La gran revuelta campesina hebrea

Pasajes como este inspiraron al erudito bíblico George Mendenhall para sugerir que los antiguos israelitas no eran un pueblo nómada que conquistó la tierra llegando desde el exterior, sino que seguramente eran cananeos socialmente marginados que se rebelaron contra sus señores feudales egipcios. Este punto de vista fue perfeccionado por Norman Gottwald en su teoría sobre la existencia de una revuelta campesina en los orígenes de Israel. Mientras que una facción de los futuros hijos de Israel pudo haber abandonado realmente Egipto, la verdadera liberación de la esclavitud de Egipto y la fase clave en la formación de Israel tuvo lugar en esta tierra.

En las décadas posteriores desde que esta teoría fue propuesta por primera vez, su recepción ha sido desigual. Por un lado, la teoría de la revuelta campesina ha sugerido una manera de explicar los orígenes de Israel sin una invasión masiva o una migración desde el exterior de esta tierra, lo que podría explicar en parte la falta de evidencias arqueológicas de una conquista israelita a gran escala

Por otro lado, la identificación de los hebreos con los ‘apiru también ha obtenido muchas críticas. Además de las dificultades lingüísticas, existe una diferencia fundamental entre estos dos términos que no puede ser fácilmente pasada por alto: mientras ‘apiru es utilizado sistemáticamente para designar a un grupo social y no a un grupo étnico según las evidencias del antiguo Cercano Oriente, la designación “hebreo” en la Biblia se emplea explícitamente en referencia a un grupo étnico, los hijos de Israel.

- ¿Una mera coincidencia?

Otro punto se refiere a la actualización de los textos. Mientras que las evidencias de los ‘apiru en el Cercano Oriente desaparecen al final del segundo milenio antes de Cristo, la mayoría de los estudiosos datan la composición de los materiales bíblicos correspondientes a un período mucho más tardío. Sin embargo, sigue siendo intrigante que las referencias bíblicas a  los hebreos se concentren en los primeros períodos de la existencia nacional de Israel, es decir, aparecen en un contexto narrativo apropiado. Este punto que sugiere  la fiabilidad de las tradiciones bíblicas no debe descartarse a priori sobre la base de la controvertida cuestión de la datación de los textos.

A la luz de estas indicaciones contradictorias, una cosa parece cierta: una simple identificación de los ‘apiru y los hebreos no es posible. Pero la pregunta sigue siendo: ¿Son las sorprendentes similitudes entre los dos términos en su forma fonética, su referencia a unos grupos marginales y sus connotaciones negativas una pura coincidencia? ¿O es posible que los autores bíblicos se apropiaran del término ‘apiru y le modificaran y otorgaran un sentido, un  significado y una etimología popular de carácter étnico?

- El primera insulto antisemita (semítico) 

Una aproximación final comienza desde una base mucho más segura - un análisis de la utilización del término "hebreo" en la propia Biblia -. Como se ha sugerido anteriormente, la mayor parte de las apariciones de este término en la Biblia surgen del discurso de los egipcios y de los filisteos, en referencia a los hijos de Israel, y un estudio más a fondo de estos hechos sugieren que este término era de hecho un insulto racial despectivo.

La exposición más completa de este enfoque la realizó el crítico literario Meir Sternberg en su épica obra “Hebreos entre culturas” (1999), quien sostiene que "hebreo" es una palabra en clave que en la Biblia representa a un grupo despreciado desde el exterior por archi-extranjeros, como miembros de un grupo y una cultura anti-Hamita. En otras palabras, los comentaristas rabínicos que obtienen el 'ibri de Eber, el hijo de Sem, han capturado una subtrama muy intrincada que en la Biblia representa la descendencia de Sem desde la perspectiva de sus opresores anti-Sem (por lo tanto anti-semitas), la descendencia de Ham (los hamitas egipcios y filisteos).

- Los salvajes hebreos

Un ejemplo se puede encontrar en las parturientas hebreas, una inteligente táctica  para evadir la culpabilidad por no asesinar a los varones hebreos tal como se les había mandado:
Porque las parturientas hebreas no son como las egipcias, ellas tienen el instinto de vida (כי חיות הנה), y antes que la partera o comadrona llegue hasta ellas, ellas ya han dado a luz.
Esta lectura de חיות lo toma como una referencia a la extraordinaria capacidad de parto de las parturientas hebreas, como da a entender la etimología del nombre Eva (חוה) en el Génesis 3:20, como "la madre de todos los vivientes (אם כל חי)", pero también es fácil poder leer "porque ellas son (como) animales (חיות)". En consecuencia, las parturientas vuelven paranoico al faraón ya que considera que la explosión del crecimiento de la población israelita va contra él, alegando que ellos (egipcios) no pueden seguir el fenomenal ritmo de natalidad de esas parturientas hebreas, semejantes en eso al ritmo de los animales. Aquí la deshumanización de los hebreos juega una función irónica, cuando la solución final del faraón se ve socavada por su propia lógica racista.

- El Dios de los hebreos: verse a sí mismo como el Otro te ve

Un aspecto clave del análisis de Sternberg es abordar la pregunta: Si "hebreo" es un término despectivo, ¿por qué le encontramos siendo utilizado por Israel, por el narrador e incluso por Dios? Su intento de afrontar este reto le condujo a una visión fascinante. Un caso particularmente interesante es el episodio de la zarza ardiente. Cuando designa a Moisés para su misión, Dios emplea la denominación de "Israel" como parte del énfasis en su elección (pueblo elegido) y se compromete a "liberar a mi pueblo, los israelitas (בני ישראל), de Egipto" (Éxodo 03:10). Sin embargo, unos pocos versículos más adelante, cuando le comunica el mensaje que tiene que proporcionar al faraón, Dios cambia los códigos y adquiere una perspectiva egipcia:
Irás con los ancianos de Israel para ver al rey de Egipto y le dirás a él, "El Señor, el Dios de los hebreos, que se ha manifestado a nosotros. Ahora, déjanos ir, por favor (נא), a una distancia de tres días por el desierto para realizar el sacrificio al Señor, nuestro Dios "(3:18).
Tanto las referencias "Dios de los hebreos" como "nuestro Dios" (con un marco relativista de referencia), están adaptadas para mostrar deferencia al sentido de superioridad racial y a la sensibilidad politeísta del faraón. Sin embargo, cuando llega el momento de confrontar realmente al faraón, el profeta tartamudeante mezcla los códigos:
Así ha dicho el Señor, el Dios de Israel: "Deja ir a mi pueblo para que pueda celebrar una fiesta para mí en el desierto" (5: 1).
El intento del legislador de imponer su ley es un completo fracaso. Como era de esperar, el faraón le paga con el deshonor:
¿Quién es ese Señor para que yo deba prestarle atención y deje ir a Israel? Yo ni conozco a ese Señor, ni tampoco dejaré partir a Israel (5: 2).
En este punto, Moisés y Aarón intentan salvar la situación con un enfoque menos beligerante:
El Dios de los hebreos se nos ha manifestado a nosotros. Vamos, por favor (נא), deja que vayamos a una distancia de tres días por el desierto, para realizar el sacrificio al Señor, nuestro Dios, para que no nos golpee con su pestilencia o su espada.
No sólo revierten al mensaje original de Dios, sino que tratan de compensar su mal paso inicial mostrando deferencia y haciendo hincapié en el peligro que supone para ellos mismos no realizar el sacrificio. Pero es demasiado poco y es demasiado tarde: su solicitud es rechazada.

Muchos ejemplos de este tipo se pueden añadir. El punto clave aquí es que las referencias al término "hebreo" reflejan la adaptación del israelita (e inclusive de Dios) al código del represor Hamita. Pero lo que aquí aparece como una "identificación con el carcelero y opresor" resulta ser una irónica puesta a punto, la preparación para el gran cambio de fortuna

- Dando la vuelta a los insultos en lemas o eslóganes

Es este sofisticado juego de perspectivas el que caracteriza el tratamiento de la Biblia de la hebreidad. Aunque ciertamente etnocéntrico (como los textos religiosos del mundo tienden a ser), está lejos de ser simple. En un nivel básico, la auto-apropiación del término que implica una designación despectiva por parte del Otro, sirve como una expresión subversiva de determinación (autodeterminación) comparable al uso (aunque controvertido) del término "nigger" (negro) en la música hip-hop. Sin embargo, hay mucho más que eso

La importación del término "hebreo" en la Biblia se lleva a cabo en varios niveles - uno podría decir en universos paralelos -. En el contrato tácito (o alianza) entre el implícito autor (divino) y la audiencia israelita, donde Israel tiene la esperanza de alcanzar la supremacía sobre los descendientes de Ham, de acuerdo con la bendición de Noé en el Génesis 9: 25-26. Esta bendición es vuelta al revés en el mundo narrativo donde los hebreos están subyugados por los hamitas. La promesa implícita es que, al igual que los papeles se invierten en última instancia en la acción narrativa (por ejemplo, en el Éxodo), así también, la subyugación experimentada por los lectores israelitas en su propio contexto socio-político (ya sea en el exilio o bajo la soberanía extranjero en la tierra) debe inevitablemente llegar a su fin.

- Conclusión

En resumen, hemos revisado aquí tres líneas de interpretación para el enigmático término "hebreo". Cada uno de ellos lleva su propio mensaje para el lector moderno. La primera línea se centra en el papel de Abraham, el iconoclasta cruzador de fronteras que no tenía miedo de romper con su historia familiar idólatra. Una segunda línea de interpretación se centra en la lucha de los ‘apiru cananeos para liberarse de la opresión económica y política. El tercer punto de vista (que se ajusta a la derivación rabínica de Eber, hijo de Sem) se centra en las connotaciones peyorativas del término, especialmente cuando se utiliza por protagonistas Hamitas. Esta interpretación sugiere una liberación aún más profunda: la liberación de la identidad propia subyugada previamente por los estereotipos impuestos por los Otros.

La saga de los israelitas pasando a ser "hebreos" llama la atención por la disparidad entre estas falsas imágenes y la realidad que pretenden representar. En consecuencia, en su sutileza de varios estratos, el término "hebreo" de la Biblia nos invita a participar en una lectura más profunda del texto, de la los Otros y la de nosotros mismos.

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