Tuesday, January 06, 2015

Muy buen artículo: Los palestinos aún no desean un Estado - Daniel Gordis - Bloomberg



El intento de la semana pasada de la Autoridad Palestina de obtener el reconocimiento por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha desaparecido de la mayoría de las portadas del mundo. Eso no es cierto en Israel, sin embargo, donde una nueva guerra diplomática con los palestinos está tomando forma.

Tan pronto como los palestinos perdieron la votación en la ONU, Mahmoud Abbas anunció que la Autoridad Palestina podría solicitar su admisión en la Corte Penal Internacional. Si se le concede, la Autoridad Palestina podría utilizar esa posición para instar el enjuiciamiento de soldados israelíes por crímenes de guerra durante la guerra de Gaza.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha respondido de manera igualmente beligerante. Aunque insistió en que él no va a "castigar" a los palestinos mediante la construcción en los asentamientos (un movimiento que él sabe que es tóxico para la comunidad internacional), el primer ministro ha dicho que Israel le pedirá al Congreso que corte el flujo de los 400 millones de $ en ayuda anual que los palestinos reciben de los EEUU. También ha dicho que Israel no va a transferir los ingresos fiscales que ha recogido en nombre de la Autoridad Palestina. Otras medidas, a las que se ha comprometido, están próximas.

La amenaza de la CPI es preocupante para Israel por numerosas razones. Al convertir los supuestos "crímenes de guerra", en lugar del consistente intento palestino de destruir el Estado judío, en el tema de la discusión, eso permitirá a los palestinos dar forma a su narración del conflicto de tal manera que haga más daño a Israel. También significaría que soldados y comandantes israelíes podrían ser detenidos y juzgados por supuestos crímenes de guerra cuando viajen al extranjero. En un país pequeño en el que viajar al extranjero es, para muchos, casi de rigor, eso sería muy preocupante. Netanyahu (que es candidato a la reelección en una reñida carrera) ha prometido que no va a dejar que eso suceda .

Este conflicto remodelado es precisamente lo que Abbas quería. No solamente él ya sabía que no podía ganar el voto en la ONU, sino que al parecer quería que fracasara. La versión de la resolución que propusieron Francia, Alemania y el Reino Unido estipulaba que Palestina sería un estado no militarizado, pero los palestinos presentaron un proyecto que omitía esta salvedad, ignorando así la cuestión de la seguridad de Israel y garantizándose así el veto estadounidense.

Otra indicación de que Abbas quería que su propuesta fracasara fue el momento elegido. A los palestinos les podría haber ido mucho mejor si hubieran esperado tan sólo unos días para llevar a votación la resolución.

Ocho países (Argentina, Chad, Chile, China, Francia, Jordania, Luxemburgo y Rusia) apoyaron la resolución, mientras que Australia y los EEUU votaron en contra. Cinco países (Lituania, Nigeria, Ruanda, Corea del Sur y Reino Unido) se abstuvieron. Teniendo en cuenta que se necesitan nueve votos para su aprobación, los EEUU no tuvieron que usar su poder de veto. Pero después del año nuevo, cuando Angola, Malasia y Venezuela sustituyan a Ruanda, Corea del Sur y Argentina respectivamente, los palestinos probablemente podrían haber tenido los nueve votos. Los EEUU hubieran estado en la incómoda posición de tener que vetarla, y los palestinos habrían sido capaces de reivindicar un apoyo internacional más convincente a su táctica. Si hubieran esperado y presentado una versión aceptable para los EEUU, en realidad hasta podrían haber tenido éxito.

¿Por qué, entonces, actuaron de esta manera? Un diplomático europeo comentó que este último movimiento palestino era simplemente otro ejemplo de su "no perder nunca la oportunidad de perder una oportunidad" (una famosa frase acuñada décadas atrás por Abba Eban de Israel). Pero no se trataba de una oportunidad perdida. Abbas no quería que la resolución triunfara porque sabe que la calle árabe es totalmente opuesta a su contenido. De hecho, algunos árabes lo acusaron de "alta traición" por presentar una propuesta que hace concesiones a Israel. De hecho, el destino del líder egipcio Anwar Sadat no está muy lejos de su mente. Hamas, la Yihad Islámica, el Frente Democrático para la Liberación de Palestina y el Frente Popular para la Liberación de Palestina han denunciado también el movimiento de la Autoridad Palestina en la ONU.

Abbas prefería que la propuesta fracasara porque la derrota le permitía utilizar al CPI para denunciar a los soldados israelíes, un movimiento ligado a la idea de enfurecer a Israel y entusiasmar a la calle árabe en lugar de conducir a negociaciones.

Nada resume mejor los deseos de la calle palestina que los comentarios de esta semana de Mahmoud Zahar, un co-fundador de Hamas y un miembro de su liderazgo. "Esta resolución palestina es catastrófica y no tiene futuro en la tierra de Palestina. El futuro pertenece a la resistencia. Vamos a seguir trabajando para liberar toda la tierra y lograr el derecho al retorno de los refugiados palestinos. Hamas no aceptará nada menos que todas las tierras que fueron ocupadas en 1948".

Durante décadas, el liderazgo palestino ha preferido el conflicto a la estatalidad. Cuando la ONU votó el 29 de noviembre de 1947 a favor de la partición de Palestina (y por tanto a favor de la creación de un Estado judío), la tierra asignada a Israel era el hogar de 500.000 judíos y 450.000 árabes. Apenas existía una mayoría judía. Con la demografía casi igualmente equilibrada, las diferencias en la tasa de natalidad y la facilidad a la hora de fomentar que los árabes de las tierras cercanas emigrarán a este nuevo estado más desarrollado, los árabes rápidamente podían haber inclinado la balanza y creado una mayoría árabe. Habrían logrado dos Estados árabes y ningún Estado judío.

Pero en 1947, los árabes atacaron a Israel en su lugar. El resto es historia. Si los acontecimientos de la semana pasada son una indicación, nada ha cambiado mucho.

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