Otro gran artículo, con retraso, de Eydar: ¿De verdad que la izquierda israelí vive aquí, en Israel? - Dror Eydar - Israel Hayom
La Foto del Año del fotógrafo del Yedioth Yuval Chen, donde se ve a la novia del soldado Guy Algranati en su funeral, rodeada por sus compañeros de unidad
Me extraño mucho que Eydar no contestara al artículo de hace un mes de Shabtai Shavit, aunque otros ya se encargaron de hacerlo. Eydar, un mes después, se encarga de despedazar las tesis de la izquierda israelí con la fruición que le caracteriza.
1.- No hace mucho Shabtai Shavit, el director del Mossad entre 1989-1996, escribió un artículo en el Haaretz donde recopilaba la gran cantidad de amenazas a las que se enfrenta actualmente Israel, explicando su estatus diplomático actual, señalando con el dedo a los responsables y que ofreciendo una solución. De pasada, caracterizaba a los diversos componentes de la sociedad israelí y definía la visión sionista según su opinión.
Para muchas personas, las opiniones de Shavit tienen un peso especial debido a su pasado en el Mossad. Me estoy centrando en su artículo, ya que en él se concentra la cosmovisión política compartida por la mayoría de la izquierda israelí. Es sobre la base de esta cosmovisión del mundo sobre la que gira las próximas elecciones de marzo.
Shavit se muestra preocupado por el destino de la empresa sionista debido a la "masa crítica de amenazas existentes en contra de nosotros". Argumenta que las relaciones entre Israel y los EEUU han llegado a un mínimo histórico. Sabemos que esta afirmación no es cierta, ya que la tensión existente gira en torno solamente entre el gobierno de Israel y la Casa Blanca, y no con las dos cámaras del Congreso, que no son menos importantes. En el Congreso hay una sólida mayoría de partidarios de Israel que también apoyan al primer ministro Benjamin Netanyahu. De hecho, la situación en la Casa Blanca tampoco es tan mala, esta misma semana los EEUU se pronunciaron en contra de la resolución unilateral palestina ante la ONU.
Shavit también dice que Europa está contra nosotros, con un antisemitismo en plena escalada, con los campus llenos de sentimientos anti-Israel y el movimiento pro-boicot ganando fuerza. Bueno, eso es realmente un problema y tenemos mucho trabajo por delante por nuestra parte.
En Israel, nos dice Shavit, la solidaridad se está "erosionando" (cita la reciente protesta en Israel sobre el costo del budín de chocolate, en comparación con el precio mucho más bajo del mismo pudín en Berlín). Él dice que los israelíes están clamando por pasaportes extranjeros, lo que apunta a un "anhelo de una ciudadanía extranjera" y a las "grietas en la sensación de seguridad de las personas". No sé de lo que está hablando: Durante la guerra del verano pasado, yo personalmente vi una unidad increíble y una profunda solidaridad entre los ciudadanos de Israel, algo que dejó atónitos a nuestros enemigos.
2.- ¿Quién es el responsable de la situación actual? No hay que esperar sorpresas en la argumentación de Shavit: la culpa es de los sionistas religiosos y de la derecha. Shavit dice que "por primera vez" él ha podido discernir "la arrogancia y el pensamiento mesiánico" entre los sionistas religiosos. Eso es lo que se decía en la década de 1980. Su análisis es el siguiente: Hasta hace poco, el conflicto israelí-palestino era un "conflicto local y político", ahora se ha convertido en una "guerra religiosa contra todo el mundo musulmán". Shavit acusa a la derecha política de haberse "separado de la realidad y permanecer ignorante de los acontecimientos internacionales y de su implicación en nuestra independencia". Argumenta que, como resultado de su negligencia, "el pueblo de Israel está galopando ciegamente" hacia la catástrofe.
Me pregunto: ¿Shavit realmente vive aquí, en Israel? ¿Reside aquí alguien de esa izquierda israelí que defiende tales puntos de vista? ¿O tal vez se ha quedado atascado en algún lugar de la década de 1980, cuando trabajaba en el Mossad? ¿Acaso es responsable la derecha israelí del ascenso del islamismo en el mundo? Si nos mantenemos sentados en silencio en un rincón, ¿acaso los musulmanes ya no nos verán como la punta de lanza del Occidente infiel?
Durante 21 años, hemos estado tratando con las gloriosas secuelas de los Acuerdos de Oslo, esos que nos trajeron un terrorismo sin precedentes, frecuentes guerras, una ampliación del presupuesto de defensa debido a las mayores amenazas y un golpe a la economía israelí. Y ni siquiera todavía hemos mencionado los miserables resultados alcanzados con la desconexión de Gaza en el 2005.
¿Qué es lo que mantiene a esta izquierda israelí apegada a sus fantasías, incluso cuando ve como se hacen añicos contra la fría y dura realidad? Díganme: ¿quién galopó ciegamente hacia las promesas vacías de los arquitectos de Oslo con el pleno apoyo de unos medios de comunicación mayoritariamente favorables a las ideas de la izquierda? ¿Y quién se mantuvo en el lado sobrio y racional, alejado del encantamiento provocado por las falsas promesas del llamado "proceso de paz"? ¿No es la izquierda, esa misma que sigue murmurando el mantra de que "se debe conseguir como sea la paz", mucho más mesiánica y 10 veces más peligrosa que esos otros cuyas funestas previsiones sobre el futuro de la "paz" se hicieron realidad?
3.- Las clasificaciones sociológicas de la sociedad israelí por parte de Shavit dicen mucho acerca de sus supuestos fundamentales y los de su grupo ideológico. El "centro político y la izquierda" son el "campo liberal cuerdo". Tengo que decir que no he visto ninguna cordura destacable entre esas personas que todavía creen en la sinceridad de los palestinos, a pesar de las terribles pruebas que hemos tenido que pasar, y a pesar del hecho de que los palestinos han sido muy abiertos y sinceros acerca de sus verdaderos sentimientos hacia Israel y hacia los judíos. Muéstrenme a un líder árabe dispuesto a decir públicamente su precio para un final absoluto al conflicto, después del cual él abandonaría el derecho a realizar más demandas adicionales. !Muéstrenme uno!
En cuanto al liberalismo de la izquierda israelí, la impresión es que se trata de un liberalismo fundamentalista. Y es que ese liberalismo se vuelve duro como una roca cada vez que se enfrenta a un desafío. Por lo general, no da la impresión de que la izquierda israelí se muestre muy ansiosa por permitir a sus rivales ideológicos esa libertad de expresión de la que se dice tan defensora.
Shavit continúa: "Los ultra-ortodoxos viven en Israel sólo por razones de conveniencia". Ojo, solamente. "Israel y Brooklyn son iguales para ellos", agregó. Cualquier persona que dice estas cosas es una víctima de los estereotipos y no tiene ningún conocimiento de la población ultra-ortodoxa y del valor profundo, religioso, espiritual e incluso místico que tiene para ella la Tierra de Israel. Al parecer, Shavit no se ha molestado en abrir un libro de oraciones o tomar cierto interés por las leyes y las costumbres judías que tienen que ver con la tierra. Al parecer, él no entiende el tremendo y habitual significado que el término "Tierra Santa" tiene para estas personas.
El sionismo religioso, de acuerdo con el diagnóstico de Shavit, "cree que somos el pueblo elegido de Dios" y trata de "sostener el territorio por encima de todo", incluso a costa de nuestro posible "fracaso y de una potencial destrucción". Él cita al ex primer ministro Menachem Begin, quien en los años 1950 y 1960 fue denostado por la izquierda israelí de manera aún peor, y deduce de los acuerdos de paz con Egipto que "la paz es la fuerza vital detrás de la verdadera democracia, y su valor es mayor que el valor de la tierra".
Estos argumentos son tercos y superficiales, pues obvian completamente la complejidad de la sociedad religiosa y las diferencias teológicas e ideológicas entre sus miembros. Dejemos de lado el argumento mesiánico de que "la paz es la fuerza vital detrás de la verdadera democracia" (La paz es un medio, no el fin. Sin duda, no es la "fuerza vital" de casi nada).
Pero en términos de consideraciones de pura y estricta seguridad, ¿realmente no hay ningún valor en nuestra soberanía sobre las colinas de Samaria? ¿No hemos aprendido nada de la retirada desastrosa de Gaza? ¿Qué vamos a hacer cuando siguiendo a Shavit entreguemos el territorio a los palestinos y Hamas derribe a la Autoridad Palestina? ¿Cómo vamos a defendernos cuando un solo terrorista, en una de las colinas abandonadas de Samaria, apunte con su lanzamisiles al hombro el aeropuerto internacional Ben-Gurion? ¿Quién está aquí agilizando la "destrucción" de Israel, esos dispuestos a exponernos a un califato islámico en el corazón de nuestra tierra, o aquellos que racionalmente entienden la elección a la que nos enfrentamos? ¿Qué es más preferible, enfrentarnos a los actuales desafíos o cometer el suicidio político conocido como "un estado palestino", que estaría bajo la influencia de las partes más extremistas del mundo árabe?
Shavit se lamenta de que gran parte del pueblo judío haya olvidado o abandonado la visión original del sionismo de "establecer un Estado judío y democrático para el pueblo judío en la Tierra de Israel". Que buena memoria. Pero la izquierda sería más prudente si tuviera en cuenta que el objetivo era establecer un Estado del pueblo judío, no una tierra de asilo del terror para los grupos islamistas cuya compartida meta no es mejorar la vida de los suyos, sino destruir a los judíos.
4.- Después de hacer su diagnóstico y preguntarse qué se puede hacer, Shavit ofrece su sugerencia, la más brillante sugerencia desde el "Der Judenstaat" de Theodor Herzl: adoptar la Iniciativa Árabe de Paz de 2002, y confiar en Arabia Saudita y Egipto para generar el tipo de diálogo que, en última instancia, dará lugar a la "resolución completa del conflicto". Guauuuu.
¿Qué ha cambiado entre 2002 y 2014? No mucho, la verdad, a menos que se cuente la desintegración de casi todo el Oriente Medio y su retorno a los antiguos patrones tribales, mucho más antiguos que las viejas líneas fronterizas coloniales.
Shavit concluye que la iniciativa que propone "requiere un auténtico y valiente liderazgo". ¿Qué hay de auténtico y de valiente en volver de nuevo a la misma vieja fórmula que ha fracasado en repetidas ocasiones desde los Acuerdos de Oslo? ¿Cuál es la gran idea detrás de confiar en que los árabes hagan nuestro trabajo por nosotros? ¿Y desde cuándo los judíos basan sus decisiones y confían en los milagros?
Labels: DEydar, Izquierda israelí
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