Wednesday, February 18, 2015

El boicot de 100 artistas británicos, algunos de ellos de origen judío, recibido con mofa y críticas. El momemtum "no era el mejor" - The Times of Israel



 A raíz de los ataques de Copenhague y París, una carta titulada "Nuestro boicot cultural de Israel comienza hoy" y firmada por 100 escritores, actores, artistas y músicos británicos, ha sido recibida con críticas y mofas fulminantes.

La carta, publicada por el The Guardian el sábado 14 de febrero, prometía: "No vamos a participar, ni a tratar con normalidad a Israel. No aceptaremos ni invitaciones personales (a Israel), ni propuestas financiadas por instituciones vinculadas a su gobierno... Decimos ahora que en Tel Aviv, Netanya, Ashkelon o Ariel, no tocaremos nuestra música, ni aceptaremos premios, ni asistiremos a exposiciones, festivales y conferencias, ni dirigiremos clases magistrales y talleres, y ello hasta que Israel respete el derecho internacional y ponga fin a su opresión colonial de los palestinos".

Pero el momento de su publicación difícilmente podría haber sido peor para los firmantes de la carta, encabezada por ciertas celebridades británicas judías como el director de televisión Peter Kosminsky y el director de cine Mike Leigh.

Kosminsky, el nieto de un sobreviviente del Holocausto, realizó una muy controvertida serie de TV sobre el conflicto entre israelíes y palestinos en 2011 titulada "The Promise". Si bien la creación del proyecto, según le dijo a The Jewish Chronicle, tuvo origen en la aún más controvertida organización Breaking the Silence, formada por ex soldados del IDF que se dedican a contar con detalle y negativamente sus experiencias del ejército.

El boicot cultural de Leigh del Israel oficial no comenzó hasta un viaje cancelado en el 2010 a Jerusalén y Cisjordania. Recientemente recibió un premio a todo su obra por los Bafta, la Academia Británica de Cine y Televisión. En una entrevista del 2010 al Jewish Chronicle, Leigh denominó su trabajo como "ineludiblemente judío".

Sólo unas horas después de que la carta apelando al boicot apareciera impresa, un pistolero solitario atacó y mató a un director de cine en un seminario de Copenhague donde escritores y artistas se reunían para discutir sobre la libertad de expresión. El tirador, identificado como un joven de 22 años llamado Omar El-Hussein, fue posteriormente hasta la principal sinagoga de la capital danesa y mató a tiros a Dan Uzan, de 37 años, uno de los guardias voluntarios de seguridad de la comunidad, e hirió a dos agentes de policía.

La semana pasada, la Comisión Parlamentaria sobre el Antisemitismo compuesta por todos los partidos políticos, publicó un informe de 120 páginas en el que los diputados y los miembros de la Cámara de los Lores atacaban los boicots culturales.

"La gente tiene el derecho legítimo de protestar contra Israel a través de boicot u otros medios pacíficos. Sin embargo, dicha protesta se convierte en totalmente ilegítima al constituir un ataque o una intimidación de los judíos británicos. También consideramos que los boicot culturales, como los implementados durante este verano, resultan inaceptables. El movimiento de boicot se enfrenta al desafío de cómo poner en vigor sus tácticas mientras no caiga en el antisemitismo, la discriminación ilegal o la agresión a las libertades", decía el informe.

Laura Marks, la vicepresidente senior del Consejo de Diputados de los judíos británicos, hizo alusión a la fecha de la carta de boicot, que calificó de "ofensiva" en una entrevista con The Times of Israel.

"Hay algo irónico en la demanda de un boicot cultural y en no relacionarse más con nadie en Israel, y ello precisamente cuando se realizaban los ataques en Copenhague y París sobre personas que precisamente querían expresarse", dijo Marks.

Marks afirmó que el boicot cultural como el propuesto en la carta también era "racista". "Tal como deja claro el informe de la Comisión Parlamentaria sobre el Antisemitismo, el lenguaje negativo hacia los judíos se convierte en la norma si no nos oponemos a él".

"¿Cómo podemos cambiar las actitudes existentes si cierta gente quiere cerrar todas las comunicaciones? Israel es la única democracia en el Oriente Medio, y estos artistas están afirmando efectivamente que sí van a seguir trabajando con todo tipo de regímenes horribles de esa zona, y que solamente con Israel no colaborarán".

El lunes, un editorial de The Times intervino diciendo: "Las atroces campañas de boicot cultural a Israel están avivando los movimientos más desagradables y atávicos en Europa. Y deben ser contrarrestadas por una opinión civilizada. Los gobiernos israelíes pueden ser falibles, pero el Estado judío es una fuerza para la democracia en una región escasa precisamente de democracia".

El presidente de la Federación Sionista de Gran Bretaña, Paul Charney, fue igualmente despectivo cuando habló con The Times of Israel.

"Esta carta promoviendo el boicot cultural dice mucho más acerca de los miopes puntos de vista de esta pequeña camarilla de personajes enamorados de si mismos, que además no tienen ningún apoyo adicional a los boicots que proponen", dijo Charney.

De hecho, añadió Marks, "Los firmantes no son exactamente nombres muy conocidos y respetados".

Pero ambos, Marks y Charney subrayaron que el momento de la carta era muy significativo.

"El anuncio de esta carta de boicot nos da una información muy valiosa sobre la visión del mundo de estos autoproclamados guardianes de la moral. No ha existido ningún 'disparador' específico para su redacción. Algunos podrían entender (en algún nivel) que se debe a su deseo de 'hacer algo' para que Israel vuelva a estar en los titulares, pero es obvio que su obsesión los obliga a señalar constantemente al Estado judío, incluso cuando el mundo está mirando hacia otra parte", dijo Charney [N.P.: No estoy de acuerdo, las elecciones israelíes y la dura pugna entre el Likud y los Laboristas-Livni, las tensas relaciones entre Obama y Netanyahu y las muestras de antisemitismo europeo (que favorecen una mayor comprensión de la necesidad de Israel), han motivado su redacción. También se trata de aprovechar el momento y presionar en contra de una posible reelección de Netanyahu]

La carta y su anuncio mostraban la singular obsesión con Israel por parte de estos artistas.

"Las múltiples tragedias del Oriente Medio, incluida la matanza inimaginable en Siria y la limpieza étnica de los cristianos, les deben parecer como meras provocaciones que injustamente distraen a la gente de poner su atención en su tema obsesivo: la BDS contra Israel. Gaza sigue siendo su único tema, demostrando no sólo dónde están sus prioridades, sino su compromiso con el bloqueo de cualquier cosa que pueda poner a prueba sus ideas preconcebidas", señaló Charney.

Charney señaló como estos artistas incluso habían pasado por alto "las noticias de casa (Europa)", las cuales han generado nuevos llamamientos a favor de la libertad de expresión.

"Incluso si ellos están desorientados sobre el resto del Oriente Medio, no pueden haber dejado de notar la ola de atentados islamistas en Europa... Y por supuesto, está el espinoso tema del antisemitismo. Incluso si puede que boicotear a Israel no llegue a ser en sí mismo antisemita, esta obsesiva hostilidad hacia todo lo relacionado con Israel ciertamente facilita la idea de que el Estado judío y sus habitantes judíos son tóxicos".

Jonathan Arkush, el vicepresidente del Consejo de Diputados fue igualmente despectivo. Llamó a la carta "totalmente racista, intolerante y odiosa", señalando que "esta demonización obsesiva de Israel contribuye a crear una atmósfera donde los extremistas se sienten envalentonados para atacar a todos los judíos. Sus firmantes son los ya conocidos habituales por odiar obsesivamente a Israel. Deberíamos relegarles a los márgenes, que es donde deben estar, y dejar de preocuparnos por su obsesión. Dejen que se revuelquen en su maldad, pues son personas desesperadamente amargadas e infelices".

Pero tal vez la última palabra debe ser la del doctor Stephen Malnick, un residente de origen británico de Ashkelon, y cuya refutación a la carta de los boicoteadores culturales apareció en las páginas del Guardián del martes.

"Como ciudadano de Ashkelon que ha estado a punto de morir cuando un misil perdido procedente de Gaza impactó a unos pocos metros de mi coche, tengo un mensaje para estos artistas con una conciencia comunitaria tan selectiva. No quiero que ustedes visiten mi ciudad e insulten con su presencia a sus 120.000 habitantes, los cuales fueron bombardeados a diario en una clara violación del derecho internacional. No hay objetivos militares en Ashkelon, pero sí un montón de judíos".

"Después de que ustedes establezcan clara y públicamente una posición contraria a la ejecución extrajudicial de personas en Gaza, y a los azotes de un blogger en Arabia Saudita, y se disculpen con los ciudadanos de Ashkelon, entonces consideraré ampliar mi hospitalidad. Voy a seguir realizando mis tareas diarias, incluyendo el tratamiento de los habitantes de Gaza que son llevados al centro médico en que trabajo. ¿Muy extraño, no creen, que ellos sí nos visiten y estos artistas británicos no?", escribió Malnick.

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