Sunday, February 08, 2015

Muy instructivo: La nueva gran idea de los inefables progres suecos: dar trabajo a los yihadistas nada más regresen - Ingrid Carlqvist / Lars Hedegaard - Gatestone


La empleadora de yihadistas

Mientras que Dinamarca considera enjuiciar a los yihadistas por traición y Gran Bretaña está pensando en quitarles la ciudadanía, Suecia tiene como gran objetivo el diálogo y el entendimiento. La socialdemócrata Mona Sahlin, coordinadora nacional de la lucha contra los extremistas violentos de Suecia, cree que sería beneficioso que las municipalidades locales les ayudarán a conseguir una educación y un trabajo.

La Sra. Sahlin está lejos de ser una figura periférica en la política sueca. Tras el asesinato del Primer Ministro socialdemócrata Olof Palme en 1987, su sucesor Ingvar Carlsson inmediatamente eligió a Mona Sahlin, que ya había servido como ministro del gobierno en varios departamentos, como su princesa coronada.

Pero en 1995, cuando Carlsson anunció su retirada, estalló un escándalo que involucró a Sahlin. Los medios de comunicación revelaron que había estado utilizando tarjetas de crédito gubernamentales para su uso personal, y se vio obligada a tomarse un tiempo fuera de la política.

Un poco de dispendio puede que no sea un gran problema en países en donde se espera que los políticos no sean tan relucientemente limpios, y las 25.229 coronas (aproximadamente 3.000 dólares) de los contribuyentes que ella admitió haberse gastado, no son una gran suma. Pero en los países escandinavos, eso sí cuenta. En 1992, una prometedora diputada socialdemócrata danesa tuvo que abandonar la política porque había robado una barra de helado.

Mona Sahlin, sin embargo, tiene una manera especial de salir nuevamente a la superficie. Cuando el ex primer ministro Göran Persson dimitió como líder del partido socialdemócrata en 2007, fue el único candidato propuesto para sucederle. Muchos socialdemócratas querían una mujer en el puesto y los viejos errores de Sahlin parecían perdonados y olvidados. Sin embargo, con Sahlin como líder del partido los socialdemócratas sufrieron su mayor caída que nunca. En 2010, el partido recibió el 30,7% de los votos, la cifra más baja desde que se introdujo el sufragio universal en 1921. Una vez más, tuvo que dimitir.

Al retroceso del partido contribuyó, sin duda, que Mona Sahlin parece tener una mala opinión de los suecos y de la cultura sueca.

El 22 de octubre del 2000 explicó al diario Göteborgs-Posten que, si dos personas están igualmente cualificadas para un empleo en una empresa con pocos inmigrantes, "el que se llame Muhammad debe lograr ese trabajo. Debe ser contado como mérito tener otro fondo cultural que no sea el sueco".

Ella nunca ha ocultado el hecho de que quiere una Suecia menos sueca y más multicultural. En el 2001 dijo en una entrevista en la radio que "los suecos tienen que incorporar la nueva Suecia. La vieja Suecia ya nunca volverá".

Al año siguiente, respondió a una pregunta del periódico Euroturk sobre "¿Qué es la cultura sueca?" contestando: "A menudo me he hecho esa pregunta, pero no puedo entender qué tipo de cultura es la sueca. Creo que es por eso que muchos suecos envidían tanto a los grupos de inmigrantes. Ellos tienen una cultura, una identidad, una historia, algo que les une. ¿Qué tenemos nosotros? Tenemos la víspera de San Juan y esas otras cosas cursis".

Huelga decir que muchos suecos no se sintieron muy felices.

El año pasado, un gobierno conservador otorgó a la socialista Mona Sahlin una importante misión: ser la coordinadora nacional de la lucha contra el extremismo violento. Ella sería la encargada de vigilar a los extremistas y de sugerir acciones para evitar que cometan ataques terroristas y otras atrocidades.

Pero pronto demostró que parecía más preocupada por el bienestar de los yihadistas que por la mayoría pacífica del país.

Ella le dijo a la Norwegian Broadcasting Company [NRK] que se ponía demasiado énfasis en aquellos que ya habían viajado a Irak y Siria. En lugar de ello, quería impedir su reclutamiento inicial, pero no - como se podría haber pensado - controlando a los imanes radicales y a los que realizaban los reclutamientos, sino más bien identificando a esas personas (a los futuros yihadistas) "en riesgo de convertirse en víctimas de los extremistas (incorporándose a sus filas)"

Interesante elección de palabras. Si los que van a luchar por el Estado islámico en Siria e Irak son en realidad "unas víctimas de los extremistas", entonces, ¿cómo caracterizaría Mona Sahlin a los innumerables hombres, mujeres y niños asesinados por esas "víctimas"?

La semana pasada, un político local de la ciudad de Örebro sugirió que los yihadistas que regresan deben recibir tratamiento psicológico y ayuda especial para conseguir un trabajo. Mona Sahlin se apresuró a decir que se trataba de un "buen ejemplo" de lo que se podría hacer.

"En primer lugar, no todos los que regresan han cometido actos abominables. Los que los hayan cometido, deberán por supuesto ser castigados, pero otros que han ido allí [Siria] lo han hecho más o menos engañados sobre algo que no podían imaginar con antelación. Y regrasan tan pronto como les es posible".

Esto fue demasiado para el experto sobre el terrorismo islámico Magnus Norell, que hizo este comentario al diario Aftonbladet: "Si ustedes desean aumentar el reclutamiento del ISIS, sin duda se trata de una idea fantástica. El mensaje que se entrega es que está bien que se comportan de esa manera, y que cuando regresen... nos ocuparemos de ponerles las cosas fáciles dándoles empleo, vivienda y terapia".

Otra persona que se molestó fue el soldado sueco Frederick Brandberg, quien se encuentra en su tercer período de servicio en Afganistán. Su reacción ante Mona Sahlin y ante esa generosa preocupación de otros políticos suecos por un retorno amable de los guerreros islámicos, fue publicado originalmente en Facebook, pero encontró su camino en la prensa.

"En pocos meses", escribió Brandberg (en sueco e inglés), "estaré de vuelta en Suecia después de haber servido en Afganistán contra los talibanes y otra gente que tienen una enorme responsabilidad en el doloroso estado de subdesarrollo de ese país... Pero para mí no habrá ningún trabajo permanente esperándome cuando regrese a casa".

Brandberg proseguía:
"He leído que Mona Sahlin, junto con otros líderes políticos suecos, están ansiosos por hacerse cargo de los guerreros yihadistas suecos que regresan a casa tras involucrarse en el conflicto en Siria, con programas especialmente diseñados de trabajo y otras cuestiones que mejoraran su integración en nuestra sociedad. 
Sería maravilloso si a mí me recibieran con un programa comparable después de mi regreso a casa, para que pueda sentirme seguro teniendo un trabajo regular, con ingresos mensuales y una situación social estable dentro de la sociedad, y ya no tendría que preguntarme si soy querido o no".
Un portavoz de las fuerzas armadas de Suecia respondió a estas palabras: "Nosotros nos encargamos de los soldados mientras están allí. Una vez que están de vuelta en casa, ya no es nuestra tarea".

Estas voces solitarias pueden no suponer demasiado en un país que se enorgullece de su visión uniforme en lo referente al Islam, la yihad y la inmigración, pero el hecho de que una figura prominente a nivel nacional como Magnus Norell esté dispuesta a hablar, puede ser un indicio de que las fisuras se están ampliando detrás de una fachada política monolítica.

Otro indicador de que algunos suecos han tenido ya suficiente con Sahlin y con lo que ella representa, es el blogger socialdemócrata Johan Westerholm. Él incluso ha acuñado un término para calificar sus políticas: "Sahlinismo". El Sahlinismo significa encontrarse con alguien y discutir con él sobre la migración y los problemas que conlleva, y recibir por su parte acusaciones de "racismo", "fascismo" y "xenofobia", y una negación total, incluso, a debatir esas cuestiones.

Según Westerholm, el Sahlinismo es la razón por la que el partido populista anti-inmigración Demócratas de Suecia [SD] sigue creciendo en todas las encuestas de opinión. Si todos los que discuten la validez de esa inmigración masiva es martilleado con la acusación de que "suena como un Demócrata de Suecia", no es de extrañar que cada vez más suecos se hagan de dicho partido. Los Demócratas de Suecia son el único partido sueco que exige una reducción de la inmigración tercermundista.

Pero tal vez el golpe más duro recibido por Sahlin proviene de un rincón inesperado.

En un comentario en el diario Expressen, Yekbun Alp, una mujer kurda activa en la lucha por los derechos de los kurdos en Turquía, acusó a Sahlin de traicionar a los suecos kurdos cuyos familiares han sido asesinados por el Estado Islámico:
"Mientras que muchos piensan que la cadena perpetua y la extradicción serían las medidas razonables, Mona Sahlin tiene otro plan sobre cómo deben ser tratados los terroristas... ¿Qué será lo próximo? ¿Compensar a los terroristas por los ingresos perdidos mientras estaban allí? Mona Sahlin quiere recompensar a los terroristas que han ido a Kurdistán, Irak y Siria para violar mujeres y niños y venderlos como esclavos sexuales, además de decapitar a personas, hacer que cientos de miles abandonaran sus hogares y cometer asesinatos en masa, genocidio, torturas y secuestros. 
Si Mona Sahlin hubiera estado a cargo de los tribunales de guerra después de la Segunda Guerra Mundial, probablemente habría absuelto a los criminales nazis y les habría dado apoyo financiero. 
Sahlin ha optado por darle la espalda a los kurdos, armenios, sirios y asirios. Esta es una bofetada en la cara para todos aquellos que han perdido a un familiar, a un amigo o un conocido que ha luchado contra el ISIS, e incluso para la democracia en Suecia y en el extranjero. 
Las críticas de Yekbun Alp son una mala noticia para Sahlin, los socialdemócrata y sus aliados conservadores. Probablemente existan más de 100.000 kurdos en Suecia y un gran número de ellos es probable que estén tan enojados como Yekbun Alp.

Al parecer, ha sido una gran sorpresa para el establishment político de Suecia que no todos los inmigrantes del tercer mundo formen una masa indistinguible, y que no todos los inmigrantes del Oriente Medio se amen o tengan los mismos intereses políticos. Esto significa que si usted está del lado de un grupo, es probable que se aliene a otro.

Mona Sahlin y sus amigos tendrán que hacer frente a algunas decisiones difíciles.

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