Thursday, March 19, 2015

La mañana después de las elecciones: las cosas que tengo que retomar - Shmuel Rosner - Jewish Journal



1.- ¿Unidad? No lo creo

El miércoles por la tarde, cuando las encuestas de salida de la votación mostraron un empate (o un resultado cercano) y una posible coalición de Netanyahu con 63 o 64 escaños - es decir, una coalición muy estrecha -, uno todavía podía pensar en un camino hacia una coalición de unidad. Hoy en día, con los resultados que muestra una brecha mucho más amplia a favor del Likud, y la posibilidad de una coalición algo más ancha, un gobierno de unidad es más difícil de imaginar.

Los activistas del Likud fueron bastante claros a la hora de expresar sus sentimientos acerca de un gobierno de unidad, cuando Netanyahu estaba en el escenario hablando y todos coreaban "No queremos unidad". Los miembros laboristas de la Knesset también manifestaron sus reservas. Ellos están aquí "para una carrera a largo plazo" dijo uno de ellos, es decir, vamos a estar en la oposición con la esperanza de que podemos lograrlo la próxima vez.

Así pues aunque el presidente de Israel aún quiera la unidad, yo no creo que pueda alcanzar ese objetivo en estos momentos.

2.- ¿Coalición? Simple

El martes por la noche - a causa de las encuestas de salida (iré a las urnas más tarde) - pensábamos que una coalición de Netanyahu tendría que ser muy estrecha. No es exactamente el mismo caso esta mañana. Él puede tener una coalición de 66 diputados (que todavía puede llegar a ser de 70 si el partido Yachad termina superando el umbral, o 67 si UTJ obtiene 7 escaños y no sólo el 6. Pero ambas cosas no han sucedido). Netanyahu todavía tiene un problema y es que esencialmente necesita a cada partido de la lista de aspirantes a miembros de la coalición, y cada uno de esos partidos puede llegar a desmantelar la coalición por cualquier razón. Es decir, esta coalición sólo será tan fuerte mientras sus eslabones sean débiles, y Netanyahu sólo será fuerte si sus socios temen otra elección más que él.

3.- ¿Herzog un ganador?

No del todo. El martes sí lo parecía porque parecía haber conseguido que el Laborismo fuera el ganador y ganar escaños. Hoy el panorama es un poco diferente. El Laborismo y Hatnua tenían un número combinado de 21 escaños en la Knesset saliente. La Unión Sionista tiene ahora 24. Más escaños, pero no por mucho. Esto abre la puerta para que otros miembros del Laborismo puedan considerar un movimiento contra Herzog - el partido Laborista es conocido por no ser capaz de permitir una larga longevidad a sus líderes -.

4.- ¿Lapid? Perdedor

Lapid y su partido Yesh Atid perdieron 8 escaños y van a ser un partido de la oposición, y ni siquiera el principal partido de la oposición. Sus miembros van a aburrirse y van a sentirse frustrados cuando vean a los partidos haredim desmantelar las leyes que ellos fueron capaces de pasar con el gobierno saliente. Esto será una verdadera prueba para Lapid.

5.- ¿Kahlon, el hacedor de reyes?

Sí y no. Netanyahu no tendrá una coalición sin él, pero no habrá una coalición que no tenga a Netanyahu como su líder. Así Kahlon puede hacer demandas, pero sus cartas son limitadas. Si a causa de él Israel tiene que ir nuevamente a las urnas, a los votantes no les gustará demasiado. De hecho, las cartas que baraja Kahlon no son mucho mejores que las de Avigdor Lieberman. Netanyahu les necesita a ambos, y ambos no tienen ninguna alternativa a Netanyahu, excepto enviar a Israel a unas nuevas elecciones.

6.- El problema de Bennett

Naftali Bennet está en problemas. Muchos de sus electores decidieron votar por el Likud y asegurar así la victoria del Campo nacional, mientras que otros acudieron a Eli Yishai y no tuvieron impacto (a no ser que haya recuentos en el último minuto). Esto podría significar que necesita replantear la estrategia de Hábit Hayehudi, lo que podría significar el fin del liderazgo de Bennett.

7.- Livni no será otra vez  ministra

Para romper el récord y ser ministra representando a cuatro partidos diferentes (Likud, Kadima, Hatnua, Laborismo) necesitará esperar a una próxima victoria del Laborismo, o formar un nuevo partido, o unirse a otro. Me pregunto si el Laborismo va a reservar un asiento para ella para la próxima ronda electoral. Apuesto a que ella se hace la misma pregunta.

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