Sunday, June 14, 2015

¿Es usted judío o demócrata? - Shmuel Rosner - Jewish Journal



Hace unos días, una vez más, se presentó una falsa elección ante los judíos israelíes: ¿quieres que Israel sea más "judío" o más "democrático"? Es una pregunta que los encuestadores suelen utilizar bastante y que esta vez se les preguntó a los estudiantes judíos israelíes de secundaria (para La Conferencia Lautman Dov de Política Educativa).

Así que los estudiantes de secundaria hicieron su elección, según las instrucciones, y la reacción esperada no tardó en llegar. Desde que se conoció que su elección fue de 41% para "más judío" y 25% para "más democrático", los gritos de fatalidad de los adultos supuestamente más responsables parecieron naturales. Ustedes probablemente ya estarán familiarizados con esta melodía: la democracia de Israel está en peligro, o se va por el desagüe, y se necesita más educación, más fondos y más ONGs que promuevan los valores democráticos, ya que si no Israel puede convertirse en un Irán, y así sucesivamente, y sucesivamente, y sucesivamente...

Esta falsa elección de "judío" frente a "democrático" no es exclusiva de esta última encuesta a unos adolescentes. El Instituto de la Democracia de Israel (IDI) hace esta pregunta todos los años, y de hecho es interesante observar como la respuesta de este año ha sido diferente de la que se dio hace un par de años atrás. En los últimos cinco años ha existido una disminución significativa en la columna que selecciona ambos términos, "judío y democrático", como igualmente importantes, desde el 48% en 2010 al 24% actual (la pregunta es: "Israel se define como la vez como un Estado judío y democrático. ¿Qué parte de esta definición es más importante para usted personalmente?" Es importante tener en cuenta que la respuesta "igualmente" se ofrecía como voluntaria, ya que las opciones que se habían presentado a los encuestados eran solamente "judío" y "democrático").

Mientras que la columna de "igualmente" ha descendido de manera acusada, las otras dos polarizadas opciones han subido. El 39% elegía "judío" frente al 32% de hace cinco años. El 34% elegía "democrático" frente al 17% de hace cinco años. En suma, Israel en el 2015 podía ser un poco más "judío" de lo que lo era hace cinco años, pero también era mucho más "democrático", y desde luego - de una manera más que evidente - estaba mucho más polarizado.

Desde hace un tiempo he estado teniendo un debate con sabios colegas sobre el significado de estos números. Ellos piensan que los números son alarmantes, que son una prueba más de que la democracia de Israel está en peligro a causa del incremento de las tendencias de la derecha religiosa. A esas personas, me dicen, no les importa demasiado la democracia.

Esto encaja muy bien con el desglose de los números en las encuestas. El desglose indica que el carácter deseado del Estado "se correlaciona fuertemente con la ubicación en el espectro político y de seguridad: La izquierda muestra una preferencia inequívoca para el componente democrático (72,1%), mientras que la derecha favorece claramente el elemento judío (59%)" . También: "los grupos religiosos (entre ellos el tradicional religioso) hacen hincapié en el carácter judío del Estado, mientras que los encuestados seculares prefieren claramente el componente democrático".

Así pues, la interpretación pesimista encaja muy bien con los números, y también, sin duda, con la agenda de los analistas de la izquierda secular.

Sin embargo, no se ajusta demasiado con mis opiniones. Me parece en principio una cuestión un tanto problemática, al estilo de "¿quién te gusta más, mamá o papá?", y la respuesta en consecuencia también es muy problemática. Si te gusta más "mamá", ¿significa eso que no te gusta "papá"? ¿No puede gustarte tanto? En otras palabras: ¿si una persona prefiere "judío", significa eso que no se preocupa por la "democracia"? ¿Por qué deberíamos hacer tal suposición?

Hay una suposición subyacente en la habitual comprensión de estas respuestas por parte de los analistas, una suposición que es problemática por dos razones.

1.-  Los analistas asumen que es un problema que alguien ponga más énfasis en "judío" que en "democrático".
2.-  Los analistas asumen que hay una contradicción, o una colisión, entre estos dos elementos esenciales.

Pero esa contradicción debería estar permitida. Una persona puede permitirse poner más énfasis en "judío" (o en "democrático"), y no hay problema con eso. Se permite, entre otras cosas, porque no hay ninguna contradicción entre un previsible futuro judío y democrático, y no es preciso suponer que los israelíes tengan que realizar una terrible elección entre estos dos principios. Por lo tanto, no hay necesidad de que nadie en la actualidad adopte una opinión tan desalentadora, y si la gente aún así se ve obligada a tomar una decisión, ambas opciones son aceptables.

Así pues, ¿por qué tanta gente solía decir antes "igualmente" y ahora decide elegir entre "judío" o "democrático"?

Fundamentalmente, hay dos maneras de entender este fenómeno.

El alarmista les dirá que Israel, en los últimos cinco años, se ha vuelto menos democrático. Eso lo vemos al subrayar, en su interpretación de la encuesta, como el campo de la derecha religiosa parece abandonar los valores de la "democracia" y decidirse claramente por el polo "judío" (bajo un gobierno de la derecha religiosa).

Yo no compro esta explicación por varias razones. Uno, porque yo no veo nada de lo ocurrido en los últimos cinco años que pueda explicar un cambio tan repentino. Dos, porque no explica el dramático aumento en el número de israelíes que ahora eligen "democrático". Tres, porque hay una explicación mejor.

Aquí está:

La elección de los encuestados a esta pregunta no refleja un cambio en la actitud de los encuestados que son simpatizantes de la derecha religiosa hacia la "democracia". Tampoco refleja el abandono de los principios "judíos" por parte de los israelíes seculares de izquierda. Para ambos grupos, se trata principalmente de una polarización partidista. Los izquierdistas israelíes se siente alarmados por esta pregunta y acuden a defender la "democracia" de los supuestos peligros planteados por la derecha. Los derechistas israelíes también se sienten alarmados por la pregunta y acuden a defender al Israel "judío" de los supuestos peligros que plantea la izquierda secular.

Existe por lo tanto un círculo vicioso en funcionamiento: En ambos grupos, sus líderes hicieron una excelente opción - mala para Israel, pero buena para sus agendas partidistas - al tratar de convencer a las masas simpatizantes de que sus preciados valores estaban a punto de desaparecer. Las masas se adhirieron a la convocatoria, y respondieron a los encuestadores dando una respuesta polarizada ("judío" o "democrático"), lo cual refleja la necesidad de reforzar "su parte" del mapa político. Los analistas, por su parte, ven en estas encuestas reafirmarse sus propios temores y encuentran en ellas una prueba definitiva de que, de hecho, Israel está perdiendo su alma democrática. Y entonces los líderes pueden usar sus análisis para promover su convocatoria hacia un partidismo polarizado.

Es por eso que los israelíes más derechistas y religiosos prefieren elegir "judío" en lugar de decir "igualmente". Es por eso también que muchos izquierdistas-secularistas dicen "democrático" en lugar de decir "igualmente".

En este caso - y obviamente no es el único caso -, las encuestas no reflejan una realidad que algunas personas prefieren reinterpretar. Israel es muy judío. Israel también es muy democrático (y sí, estoy hablando sólo del estado de Israel, no se trata de Cisjordania, esa es otra historia). En los márgenes, hay seculares de izquierda que no quieren que Israel sea judío. Eso está bien, pues una sociedad saludable debe ser capaz de tolerar una minoría marginal que tiene puntos de vista radicales. En los otros márgenes, también hay religiosos de derecha a los que no les importa demasiado la democracia. Israel es lo suficientemente fuerte como para ser capaz de contenerlos.    

Y en cuanto a los estudiantes de secundaria: traten de tomar cierta distancia de su libertad de expresión y de su derecho a votar lo que quieran. Dejen las encuestas a un lado, apuesto a que ellos lo hacen.

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