Saturday, June 20, 2015

La liberales políticas del aborto de Israel tampoco son del gusto de los liberales y progresistas anti-Israel - Yair Rosenberg - Tablet



Para cualquier medida, Israel tiene algunas de las políticas sobre el aborto más liberales del mundo, y no sólo del Oriente Medio, donde esa práctica es generalmente declarada ilegal o está muy circunscrita, sino también entre las democracias occidentales. Hoy en día en Israel los abortos son legales en cualquier etapa del embarazo, a menudo subvencionados por el Estado y supervisados por comités de trabajadores sociales y médicos que generalmente aprueban el 98% de todas las solicitudes. El año pasado, el gobierno asignó una suma adicional de 16 millones de shekels (4,6 millones de $) para volver el aborto libre para todas las mujeres entre las edades de 20 y 33.

En efecto, el régimen del aborto en Israel es tan permisivo que incluso ha recibido algunas raras palabras de reprimenda de sus partidarios republicanos tradicionalmente incondicionales del país. "La verdad es que es algo que me rompe el corazón, que un país que me gusta tanto haya adoptado una posición tal", dijo Trent Franks, el presidente del Partido Republicano del Caucus de aliados de Israel en la Cámara de Representantes. "Una de las mayores angustias que tengo con Israel es su posición en la protección de vidas inocentes".

Y sin embargo, el pasado domingo el New York Times publicó un artículo de opinión donde se defendía que Israel es en realidad relativamente regresivo en cuanto al derecho de la mujer a elegir. En su artículo "Comités de aborto de Israel", Mairav ​​Zonszein, una conocida antisionista israelí, argumentaba que debido a que Israel exige que todos los abortos sean aprobados por los profesionales, incluso médicos y trabajadores sociales, "envía un mensaje a las mujeres de que, si bien el Estado facilitará nuestros abortos en la práctica, niega el principio que nos concede la libertad de tomar esa decisión por nosotras mismas. Y esa es una violación de nuestros derechos fundamentales a la integridad corporal y a la privacidad". De acuerdo con ella o no, esta es sin duda una crítica razonable que vale la pena considerar y debatir.

Pero posteriormente el artículo da un giro mucho más dudoso. No contento con esta débil crítica, llega a sugerir que Israel es excepcionalmente draconiano cuando se trata de aborto. Escribe Zonszein:
Aunque Israel es a menudo visto como relativamente progresista con respecto al aborto porque una gran mayoría de mujeres son capaces de interrumpir su embarazo, la situación aquí es en realidad la inversa de lo que sucede en la mayoría de los países occidentales, donde el aborto es legal y en gran parte libre de restricciones. La política de Israel puede ser mejor que la de aquellos países en los que los abortos están estrictamente prohibidos (como Brasil y Egipto), o donde se hacen excepciones sólo para salvar la vida de una mujer (como Irlanda), pero está lejos de ser liberal.
Una cosa es sugerir que el muy liberal régimen del aborto de Israel podría mejorarse mediante la eliminación de los comités de consulta, y muy otra afirmar que en realidad tiene una de las peores políticas del mundo occidental. El primero es un argumento político que se basa en consideraciones de valores, en lugar de datos empíricos. Esta última afirmación, sin embargo, es una afirmación fáctica que puede ser verificada: ¿Es la legislación de Israel muy diferente a la de la mayoría de los países occidentales, donde el aborto es legal y en gran parte libre de restricciones?

Por desgracia para el NYTimes, cualquier mirada superficial a la situación de la ley del aborto revela que no solamente las políticas de Israel no son más restrictivas que "la mayoría de los países occidentales", sino que en muchos casos son significativamente más permisivas. Basta con mirar a las encuestas sobre las política del aborto europeas elaboradas por Pew y la BBC . Algunos aspectos destacados:

•  Al igual que Israel, países como Austria, Bélgica, Dinamarca, la República Checa, Estonia y Finlandia requieren que las mujeres consulten con profesionales médicos con el fin de practicar un aborto. Algunos requieren dicha aprobación al principio, otros después de 12 semanas. Algunos incluyen a funcionarios del Estado, otros a médicos privados.

•  A diferencia de Israel, países como Alemania, Luxemburgo e Italia tienen un periodo de espera obligatorio o períodos de "reflexión", durante los cuales las mujeres cuentan con el asesoramiento acerca de otras opciones.

•  Y muchos países a diferencia de Israel, donde el aborto está disponible, y casi siempre permitido, en cualquier etapa del embarazo, como por ejemplo Grecia, Finlandia, Países Bajos, Portugal, Estonia y el Reino Unido, no permiten el aborto después de las 24 semanas, o 18 semanas en Suecia, con algunas excepciones para casos de malformación fetal o peligro para la vida de la madre.

En pocas palabras, entre los períodos de espera, consultas médicas requeridas y restricciones tardías, muchas democracias liberales europeas tienen tantas o más restricciones sobre el aborto que Israel. Y eso sin entrar en los EEUU, donde el aborto es mucho más circunscrito en muchos estados que en cualquiera de estos países. Así, la alegación en el NYTimes de que la política respecto del aborto de Israel es "inversa a las de la mayoría de los países occidentales", es una falsa y engañosa acusación, y fácilmente demostrable.

Sin embargo, el problema con este artículo de opinión públicado en el NYTimes no se centra solamente en que se basa en parte en errores de hecho. Tampoco en que singulariza a Israel con el oprobio cuando otros estados occidentales tienen políticas idénticas. El gran problema es que de nuevo identifica al único Estado judío del mundo como el presunto representante de los males del mundo, según la versión de estos liberales y progresistas. Y es que son estas falsas polémicas dirigidas únicamente contra Israel las que erosionan al NYTimes y a su capacidad de ser un árbitro eficaz del necesario y veraz debate sobre el Estado judío y sus políticas.

Como con respecto al acuerdo nuclear iraní y la prospectiva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU con una solución de dos estados en el horizonte, existe la urgente necesidad de un foro constructivo y creíble en el que se pueda debatir sobre el futuro de Israel. Los israelíes y sus partidarios tienen que saber escuchar lo que la comunidad internacional tiene que decir, y otorgarles una seria consideración incluso cuando sean muy críticos.

Pero cuando los israelíes ven que incluso sus logros más progresistas, ya sea sobre los derechos del LGBT o de la mujer, son falseados y retorcidos conscientemente en ataques tortuosas contra su país, prefieren desconectarse en lugar de sintonizar, y comienzan a sospechar que nada puede hacerse para "satisfacer a sus críticos en el extranjero" (salvo suicidarse, claro está).

De hecho, la derecha israelí ha ganado sucesivas elecciones argumentando que el mundo seguirá odiando a Israel, no importa lo que haga, y que por lo tanto Israel haría bien en ignorar al mundo. Artículos de opinión como éste, donde se trata de transmitir que Israel no puede hacer nada bien, confirma la visión del mundo de la derecha, y erosionan la capacidad del NYTimes para influir a la misma gente a la que quiere persuadir.

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