Sunday, June 14, 2015

¿Por qué se muestra tan herido Obama? Que mire que piensa Israel de él - David Suissa - Jewish Journal



Todo el mundo está hablando de cómo el presidente Barack Obama se siente profundamente herido y mal comprendido por Israel y por tantos judíos de la comunidad pro-Israel. El argumento que se trata de vender es que los judíos no aprecian lo "judío" que es en realidad este presidente, y cómo el hecho de que él sostenga a Israel a un nivel tan alto es en sí mismo un gran valor judío.

Durante el último par de semanas, en un esfuerzo público extraordinario que busca ayudar a vender su emergente acuerdo nuclear con Irán, el presidente ha desvelado su alma ante el destacado periodista estadounidense Jeffrey Goldberg, ante la audiencia de una sinagoga en Washington, DC y en una entrevista en la televisión israelí.

La conclusión final es que se trata de un presidente perplejo.

"Él está profundamente ofendido por la idea que tienen algunos de que es anti-Israel y antisemita", le dijo el ex diplomático y privilegiado colaborador presidencial Martin Indyk al JTA esta semana. "Y está profundamente herido por ello. Finalmente, le ha llegado la ingratitud de los israelíes ante este presidente".

En esencia, lo que Obama está diciendo al mundo judío es: "Estoy seguro de que lo que estoy haciendo es bueno para ustedes y para Israel, y me siento herido de que muchos de ustedes no lo vean de esta manera".

Dejemos de lado el argumento de que Obama no es precisamente conocido por ser una persona muy sentimental, y que todo esto puede formar parte de una calculada estrategia para obtener más apoyo entre los judíos para su acuerdo con Irán. Vamos a concederle que realmente se siente herido.

La pregunta entonces es: ¿Pueden sentirse también heridos los israelíes?

Este es para mí el quid de la cuestión. El presidente no parece comprender que halla un montón de gente inteligente y razonable que crea que sus políticas han hecho daño a Israel.

Vamos a empezar con el conflicto palestino. Al parecer, Obama cree que porque es un ferviente creyente en una solución pacífica de dos estados debemos ser acríticos con su labor. Después de todo, él ha repetido el mismo mantra pro-Israel que todos hemos escuchado durante años: la creación de un Estado palestino permitirá a Israel sobrevivir como un Estado judío y democrático. ¿Acaso no deberíamos apreciar eso?

Bueno, sí, pero esa es sólo la mitad de la historia. Es la forma en la que Obama ha llevado a cabo sus políticas, tratando a Israel como el principal obstáculo para la paz, creando "distancia" con el Estado judío y aplicando la mayor parte de la presión (la única) sobre Israel, la que ha terminado perjudicando tanto a Israel como al proceso de paz.

Y este daño se inició a principios de su presidencia.

"Él extendió la mano al mundo árabe y musulmán, y después no fue (ignoró) a Israel. Ese fue un grave error de cálculo", dijo Martin Indyk, un importante colaborador del presidente refiriéndose al primer viaje de Obama a la región. "Se envió el mensaje de que quería poner distancia entre los Estados Unidos e Israel".

El presidente ensanchó la brecha cuando, en su primera reunión con el primer ministro Benjamin Netanyahu hace seis años, le pidió la congelación de todas las construcciones en los territorios, una draconiana condición previa para unas conversaciones de paz y una condición que incluso los palestinos nunca habían solicitado.

Cuando tú amigo emprende una pelea contra ti, tus enemigos se regocijan. Efectivamente, la combinación de presión y distanciamiento de Obama dio un nuevo impulso al movimiento internacional para aislar y deslegitimar al Estado judío.

Obama ha tratado de caracterizar su enfoque señalando a Israel bajo una luz positiva, pero a la vez colocando al Estado judío bajo un mayor nivel de responsabilidad. Bueno, existe un problema con eso: la responsabilidad parece haber funcionado como sinónimo de culpa. Si usted es el (único) responsable de lograr la paz, y no hay acuerdo, ¿adivinan quién tendrá la culpa?

Para los detractores globales de Israel que ven la construcción de apartamentos judíos en Jerusalén Este como un pecado mucho mayor que asesinar a miles en Siria, poner todo la responsabilidad, es decir, la culpa, en Israel, ha sido como maná llovido del cielo.

Pero hay cosas aún peores.

La única y desproporcionada presión de Obama sobre Israel mató el proceso de paz. Obama ignoró la historia del rechazo palestino a una solución que permitiera la supervivencia de Israel como Estado judío y cómo los líderes palestinos han rechazado en el pasado serias ofertas de paz israelíes. También ignoró lo que estaba detrás de ambos rechazos: el adoctrinamiento del odio a los judíos y la glorificación de los terroristas dentro de la sociedad palestina, envenenando cualquier interés por una negociación y un compromiso que ratificara la pervivencia de Israel.

De hecho, Obama dio a los palestinos un desincentivo para negociar. Mientras que Israel era el responsable/culpable del "insostenible" status quo, a Mahmoud Abbas y a la Autoridad Palestina se les proporcionaba toda la munición que necesitaban para atacar la legitimidad de Israel en los tribunales internacionales.

Y como si los enemigos de Israel necesitaran aún más munición, sólo esta misma semana Obama consiguió que la Corte Suprema dictara a favor del derecho del Departamento de Estado para emitir pasaportes que no reconocen a Jerusalén como parte de Israel.

Así que cuando el presidente Obama nos dice que todo lo que ha hecho es "bueno" para Israel, ¿no es capaz de entender nuestro escepticismo?

Por más que mucha gente quiera insistirnos en la relación personal y emocional de Obama con Israel, dicha apreciación se centra más bien en cosas más prosaicas, como sus políticas y los daños que han provocado. En pocas palabras, Obama es profundamente impopular en Israel porque la mayoría de los israelíes creen que su política en el Oriente Medio ha dañado la posición de su nación.

Eso no quiere decir que Israel haya sido intachable. Hay pocas dudas de que el gobierno de Netanyahu podría haberse mostrado más sabio y conocedor de la diplomacia y de sus políticas. Y nadie debe subestimar el gran valor de la cooperación de seguridad entre los EEUU e Israel durante el gobierno de Obama.

Pero eso no debe encubrir los errores de Obama. Su mayor error, quizás, fue su decisión de añadir "claridad y distancia" con respecto a Israel en un momento en que el pueblo de Israel ya se sentía en estado de sitio, a nivel internacional y en una región hostil. Para sentirse suficientemente seguros como para adoptar más riesgos por la paz, los israelíes necesitan ver menos, no más "claridad y distancia" entre ellos y su aliado estadounidense.

Al escoger emprender una pelea tras otra contra el gran aliado de los Estados Unidos, y calificar esa actitud como una muestra de su "amor duro (crítico)", Obama hizo de Israel un objetivo abierto para sus enemigos que sólo vieron la dureza, pero no el amor.

Es posible que sea cierto que se siente herido, señor Presidente, pero puede estar seguro que no es usted solo.

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