Tuesday, September 08, 2015

Israel y la crisis de los refugiados. ¿Debería acoger a esos refugiados? - Shmuel Rosner - Jewish Journal



Autosatisfacción alemana y la que se avecina


Mi respuesta corta a esa pregunta es No.

Israel no debe ofrecerse a absorber un número significativo de refugiados sirios. Pero se necesita una explicación. Y es necesaria otra tipo de acción.

En los últimos días, cuando la crisis de los refugiados sirios se ha intensificado y se está convirtiendo en un elemento dominante en el orden del día mundial, un debate se ha desarrollado en muchos países sobre la mejor manera de abordar la situación. Hay países como Alemania que están abriendo sus brazos y sus puertas a los refugiados. Hay países como Hungría que no quieren que se queden. Hay países, como los Estados árabes del Golfo, que están siendo criticados por no tratar de dar cobijo a refugiados musulmanes. Hay otros países que también podría hacer más, y no están haciendo más por diversas razones, no todas ellas buenas razones.

Israel no está ignorando la historia de estos refugiados. De hecho existe un debate acerca de ellos, incluyendo uno en la esfera política. El líder laborista Yitzhak Herzog instó al gobierno a iniciar una "absorción controlada" de refugiados sirios dentro de Israel. La líder del izquierdista Meretz hizo una sugerencia similar, y otros diputados de otros partidos también estuvieron de acuerdo. El viceministro y un miembro druso del Likud, Ayoub Kara, también quiere que Israel absorba a "decenas de miles" de refugiados (sobre todo teniendo en cuenta la débil posición de los sirios drusos).

El diputado Elazar Stern, del centrisya Yesh Atid, también cree que Israel debería absorber refugiados sirios, pero el líder de su partido, Yair Lapid, se opone a tal absorción. Lapid expresó su oposición a la posibilidad de que Israel absorba cualquier tipo de refugiados de la guerra civil en Siria, subrayando que el Estado judío no debe tomar ninguna medida que pueda legitimar en el futuro la implementación de un "derecho de retorno" para los palestinos.

Lapid comentó que Israel, por desgracia, no puede darse el lujo de entrar en la cuestión de la crisis de los refugiados, para él se trata de una cuestión europea y no hay razón para que formemos parte de ella. "No voy a abrir una puerta trasera para discutir el derecho al retorno de los palestinos", continuó, agregando que "la izquierda israelí estaba dispuesta a absorber refugiados de Siria con el fin de sentar un precedente que posteriormente se pudiera aplicar a los palestinos".

En las redes sociales, en la radio y en los programas de televisión, los israelíes están teniendo este debate, y tienen fuertes sentimientos sobre el tema. Este interés por el tema no debería ser una sorpresa: la visión de los refugiados es desgarradora. Y los israelíes responden a la manera que se espera que responda cualquier ser humano decente - con una sensación de horror, con un sentido de devastación y con una gran compasión -.

Los argumentos que se oyen de parte de los partidarios en Israel de asumir una absorción de refugiados sirios son poderosos: Israel es un país de refugiados. Es el país de un pueblo que tuvo que escapar de la guerra y de la opresión. Es un país que todavía ve con ojos sospechosos a un mundo que cerró sus puertas a los refugiados judíos cuando tuvieron que huir para salvar sus vidas hace setenta años. "Los judíos no puede ser indiferentes cuando hay unos refugiados que están en busca de un refugio seguro", dijo Herzog. Es un sentimiento que comparten muchos israelíes. No me sorprendería obtener el mismo argumento en los próximos días procedente de líderes de otras comunidades judías.

Hay otros argumentos a favor de la absorción. Uno se refiere a la geografía: Siria es un vecino. Los refugiados sirios son vecinos de Israel. Un país tiene la responsabilidad de ayudar a sus vecinos. Y no se trata de un mero argumento de relaciones públicas: Esta situación representaría una oportunidad para Israel de mostrar su mejor lado. Y no es un argumento sin precedentes: el primer ministro Menachem Begin decidió, allá por la década de 1970, absorber a refugiados de Vietnam.

Hace ocho años escribí un artículo acerca de un dilema algo similar que se le planteó a Israel con respecto al destino de los refugiados de Darfur. El primer ministro Ehud Olmert decidió rechazar abrir la puerta. Y como escribí entonces, "la memoria del Holocausto y los refugiados judíos que querían huir de Europa pero no podían encontrar a ningún país dispuesto a aceptarlos será un arma muy útil para los que critican a Israel por su fría decisión".

Sin duda, Israel volverá otra vez a tener que defenderse de parecidas acusaciones y críticas. Y se deberá a que Israel tampoco va a absorber a refugiados sirios. "Israel es un país pequeño, muy pequeño. No tiene profundidad demográfica y no tiene amplitud geográfica", afirmó el primer ministro Netanyahu en respuesta a los llamamientos de Herzog a la acción. "Debemos proteger nuestras fronteras contra los inmigrantes ilegales y contra los autores de actos de terrorismo. No podemos permitir que Israel se vea inundada de infiltrados", sentenció Netanyahu.

Netanyahu podría haber tratado de transmitir su mensaje en términos más apropiados. Los refugiados "no son perpetradores de actos de terrorismo", y no había razón para sonara como si lo fueran (Netanyahu no dijo que ellos lo fueran, pero hizo uso de una palabra innecesaria, "terrorismo", en ese contexto). Y tiene razón, Israel es un país muy pequeño, ¿pero eso es realmente una excusa? ¿Acaso rechazaremos la oportunidad de absorber a cientos de miles de inmigrantes judíos - por ejemplo, judíos franceses - porque somos un país pequeño?

Palabras equivocadas para una política que puede ser la adecuada, como suele ser el caso con Netanyahu.

Israel no puede involucrarse en la guerra de Siria. Si el mundo quiere detener el derramamiento de sangre, y con él el flujo de refugiados que sufren, el mundo tiene mucho mejores medios con los que poner fin a la guerra civil. La comunidad internacional no hizo nada para detener esa guerra, con la excepción de hablar y hablar, y ahora la guerra ha llegado a su puerta. No hay ninguna razón para que cualquiera pueda regodearse con eso.

Israel no puede intervenir en la guerra de Siria, y no puede ser el refugio de los sirios que quieren huir de Siria. De hecho, Israel es el peor candidato para tal misión. Siria es un país enemigo. Los sirios están educados para ser hostiles a Israel, y supongo que muchos de ellos lo son. Por lo tanto, asentar una población en principio hostil parece carecer de sentido común. Algunos además no querrán venir, y los que vinieran quizás no podrían ser capaces de volver. Y cuando estén aquí, deberán ser vigilados y supervisados ​​por razones de seguridad. Y su presencia hará que el nerviosismo de los israelíes crezca, y por una buena razón. Y la supervisión israelí podría ponerles nerviosos a ellos, porque solamente conocen a Israel como una amenaza.

Y luego está el tema de la vecindad: En realidad, se trata de un argumento en contra de dicha absorción. Si hubieran sido de algún lugar muy lejano y de un país con el que Israel no tiene conflictos activos, además de procedentes de una cultura que no enseña el odio a Israel, habría sido un caso diferente. Pero los sirios vienen de un país con el que Israel tiene un conflicto activo. Vienen de un país que reclama un territorio que Israel mantiene bajo su propia jurisdicción.

Por supuesto, el hecho de que Israel no quiera ser un refugio para los refugiados sirios no significa que Israel no deba esforzarse en ser útil y en ayudar a los refugiados sirios. Israel ya ha hecho muchas cosas, algunas de ellas de manera no pública, como asistir a algunas de las personas que sufren en Siria. Los visitantes de los diferentes hospitales israelíes del norte del país pueden testificar el número de heridos sirios que Israel ha acogido y tratado, un número probablemente mucho más alta del que cree la mayoría de los israelíes.

Sin embargo, Israel puede hacer más. Puede enviar ayuda financiera, médica y de otro tipo a los países a los que acuden los refugiados sirios. Es decir, si estos sirios están dispuestos a comer comida israelí, a ser tratados por médicos israelíes, a vivir en tiendas de campaña israelíes...

Israel debería hacer una oferta a los gobiernos europeos que actualmente están soportando la carga de acoger a los refugiados. Se debe extender la oferta a las organizaciones judías del mundo con las que puede colaborar para organizar este tipo de misiones humanitarias.

La sugerencia de Herzog no era sabia, pero su instinto e intención era buena. Algo se tiene que hacer.

Ese es el mensaje que me gustaría oír de un gobierno israelí, un mensaje positivo. Eso es lo mejor que Israel podría hacer por los refugiados. Y en cuanto a las cosas que Israel no puede hacer no tiene mucho sentido hablar de ellas.

PD: Una encuesta publicada el lunes informa que cuatro de cada cinco israelíes se oponen a un reasentamiento en Israel de refugiados sirios, mientras que sólo el 11% es favorable a él.

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