Sunday, October 04, 2015

La revolución nacional religiosa se ​​completa - Yoaz Hendel - Ynet



Si hay una revolución y se ha completado. Los judíos nacional religiosos ya están aquí. El nuevo jefe de la Policía, Roni Alsheich, completa una larga serie de nombramientos de altos cargos en la política, en el gobierno, en el establecimiento de defensa y en los medios de comunicación de personas que fueron criados en el movimiento sionista religioso.

De acuerdo con un crítico de los medios de comunicación del diario izquierdista Haaretz, los medios de comunicación más importantes de Israel "también están siendo controlados por los colonos judíos religiosos". De acuerdo con su lista, yo soy uno de ellos (aunque yo no llevo una kipá y no vivo en un asentamiento).

La pregunta que se suscitó hace sólo varios años después del nombramiento de Yaakov Amidror como jefe del Consejo de Seguridad Nacional - cómo atendería una urgente llamada telefónica en Shabat - ya no es relevante. Debido a que "todo el mundo" tiene un trasfondo religioso y hace llamadas telefónicas en Shabat.

Si hay una revolución, y es más grande de lo que parece a primera vista si se mira superficialmente al nombramiento de una persona. También podría incluir a los "judíos religiosos disfrazados o de incógnito": Yossi Cohen, el actual jefe del Consejo de Seguridad Nacional, el cual podría ser nombrado jefe del Mossad; Eyal Yinon, el asesor legal de la Knesset, que ha sido nominado para el cargo de fiscal general, junto con Ran Nizri, Yishai Beer, Avichai Mandelblit y otros; el fiscal del Estado Shai Nitzan; Herzi Halevi, el jefe de la Dirección de Inteligencia Militar; tres comandantes de división regulares; escritores e intelectuales, periodistas y editores. Todos ellos crecieron en el movimiento del sionismo religioso.

Sí, hay una revolución, la cual incluso ha llegado a la extrema izquierda de Israel, representada por gente como Avraham Burg, Dror Etkes y Hagit Ofran de Paz Ahora, al igual que a la izquierda sionista con Eitan Cabel (Unión Sionista o Laboristas), un graduado de educación religiosa, y al centro político con Elazar Stern,, Shai Piron y Aliza Lavi (todos de Yesh Atid).

Aquellos que luchan por y contra el status quo con respecto a la relación entre la religión y el Estado provienen principalmente del sionismo religioso. En los márgenes de la ley están los abogados de los "jóvenes colonos de las colinas" y los que luchan legalmente contra ellos dentro de la división judía del Shin Bet, en la Administración Civil y en la Oficina del Fiscal del Estado.

Sí, hay una revolución y se ha completado. Ya están muy presentes en el ejército de tierra, en el Shin Bet, con su jefe religioso, Yoram Cohen, y con su adjunto religioso que está llamado a ser el comisionado de la policía. También la Oficina del Primer Ministro está llena de gente con kipás tricotadas, e incluso el Likud - el partido en el poder - está repleto de ellos.

No es sólo el ministro de Educación Naftali Bennett y el partido sionista religioso que rehabilitó, no es sólo él y no son sólo los programas de preparación militar que producen a un montón de luchadores de las unidades de élite y de oficiales "chardalim" (haredim nacionales) los que hacen tanto ruido. Levanten sus cabezas y miren a derecha e izquierda, y los verán por todas partes. No es una revolución intencionada, no se trata de un plan oculto o de un complot, se trata de las fuerzas de la naturaleza, la física para principiantes: "La regla dice que donde hay un vacío, otros lo ocupan". [N.P.: La izquierda ha dejado de ser sionista, excepto a nivel retórico, y parece haber abandonado el sentimiento nacional siguiendo la trayectoria ideológica multicultural y universalista de sus colegas europeos].

Pero no hay un sionismo religioso, hay varios: los hay liberales y conservadores, moderados y duros, derechistas y algunos, muy pocos, izquierdistas. Lo que todos tienen en común es que están en curso de crecimiento. Algo debe haber funcionado muy bien en la educación israelí que yo también experimenté, contra la que luché y de la que fui despedido. Algo sucedió de alguna manera que creó a unas personas que quieren marcar la diferencia.

El sionismo religioso de hoy es el producto de un proceso totalmente israelí, uno en el que la izquierda sionista perdió (o abandonó) al colectivo israelí, esa misma izquierda que anteriormente creó la unidad con la que construyó y dirigió el Estado. Mientras tanto, el centro sionista, que se convirtió en el espectro político más grande en el mapa de Israel, perdió la capacidad de traducirlo en poder político.

Izquierda y centro se componen de gente excelente. Ellos cumplen como reservistas en el ejército, pagan sus impuestos y cuidan del futuro del Estado. Pero juntos están fallando - ya varias veces - a la hora de hacer cualquier cosa.

Al mismo tiempo, un proceso se produjó en parte de la derecha laica que pasó de favorecer el estilo de liderazgo de un Jabotinsky y de un Begin, a potenciar el estilo de liderazgo de una Miri Regev.

Y entonces las personas sionistas religiosas entraron a rellenar ese vacío: Ellos representan solamente al 12% de la población, pero tienen una influencia mucho mayor. Un recordatorio histórico de los "asentamientos laboristas" (Hahityashvut Haovedet) tras el inicio del Estado.

Pero esta realidad viene con una cierta responsabilidad. Es hora de dejar de quejarse y de pensar en que nos hicieron esto y lo otro. Es hora de dejar de hablar de los fracasos de Mapai y de que los medios de comunicación de la izquierda son los que decide todo aquí. Las riendas están en manos de aquellos que están dispuestos a tomarlas.

Ahora la pregunta es qué se debe hacer con esas riendas. Es hora de que el sionismo religioso establezca el discurso político de la derecha en vez de generar todo tipo de fenómenos nocivos como el rapero derechista The Shadow, el grupo de hinchas del Beitar Jerusalén "La Familia" y el grupo marginal anti-asimilación Lehava.

Es hora de mirar a su alrededor, sentirse orgulloso y sentir el peso sobre los hombros. La naturaleza judía y democrática de Israel, el papel de guardianes del Estado y el sistema legal están en los hombros del sionismo religioso.

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