Monday, November 23, 2015

El inefable John Kerry - Elliot Abrams



 Hablando en París el 17 de noviembre, el secretario de Estado John Kerry hizo lo que ya son unos infames comentarios sobre la lucha contra los terroristas y el terrorismo. Él habló ante el personal y las familias de la embajada estadounidense en París, y sus palabras merecen citarse con cierta extensión porque muestran una profunda incomprensión ante lo que nos enfrentamos y cómo deben ser combatidos. En la jerga del Departamento de Estado sus declaraciones serían tachadas de "profundamente preocupantes". En el uso normal de inglés, son sorprendentes e imperdonables. Aquí hay tres párrafos.
Hay estamos ante algo diferente respecto a lo que ocurrió con Charlie Hebdo, y creo que todo el mundo lo siente. Existía una especie de enfoque particularizado, y tal vez incluso una legitimidad en términos de, no tanto de legitimidad sino de una justificación, de lo que podría ser apegarse a alguna razón, y decir, bueno, que ellos estaban realmente enojados por esto y por aquello. Pero lo de este viernes fue absolutamente indiscriminado. No se trataba de castigar a un sentido particular del mal. Fue para aterrorizar a la gente. Fue atacar a todo lo que nosotros representamos. Eso no es una exageración. Fue un ataque a todo el sentido de la nacionalidad, del Estado-nación, del Estado de Derecho, de la decencia, de la dignidad, y sólo para instalar el miedo en la comunidad y decir: "Aquí estamos".
¿Y para qué? ¿Cuál es su plataforma? ¿Cuál es la queja? ¿Quienes somos y no somos? Matan a personas a causa de lo que son y matan a la gente debido a lo que ellos creen. Y es indiscriminado. Matan a shiitas. Matan a yazidis. Matan a cristianos. Matan a drusos. Matan a ismailitas. Matan a cualquiera que no sean ellos y que no se comprometen a serlo. Y llevan con ellos la mayor exposición pública de la misoginia que he visto en mi vida, por no hablar de una afirmación falsa del Islam. No tienen nada que ver con el Islam; tiene todo que ver con la criminalidad, con el terror, con el abuso, con la psicopatía...
Y es por eso que algunas personas, incluso a algún miembro de mi propia familia, me enviaron un correo electrónico y me decían: "Más bombas no son la solución". Bueno, en principio, no. En principio, si se puede educar y cambiar a las personas y proporcionarles puestos de trabajo, y dejar que sean diferentes, si eso es lo que quieren, claro. Pero en este caso, eso no es lo que está sucediendo. Es sólo el terror el que prima para establecer un califato que amplíe, expanda y difunda un solo noción de cómo se tienen que vivir y cómo se tiene que ser. Esa es la antítesis de todo lo que queremos para nuestros países, ¿por qué Lafayette llegó hasta los Estados Unidos para ayudarnos a encontrar la libertad, y todas las evoluciones de las luchas de Francia, los gobiernos, para encontrar la 'liberté, égalité, fraternité', y hacerlo realidad en la vida diaria. Y todo esa tranquilidad se rompió en el lapso de una hora en la noche del viernes, cuando la gente se dirigía a llevar su vida normal. Y a propósito eligieron un concierto, eligieron restaurantes, eligieron lugares donde las personas participan en el diálogo social y el intercambio, porque también se oponen a eso.
El secretario Kerry aparentemente estaba hablando fruto de la casualidad, por lo que no estaba recitando las palabras de algún discurso; él estaba expresando sus propios pensamientos. Estos pensamientos son en muchos aspectos incoherentes, causa y efecto a la vez de una política de gobierno incoherente.

Un día más tarde, después de las críticas que produjeron sus palabras, Kerry leyó una declaración a una audiencia en Washington, "No hay motivos en la historia, la religión, las ideologías, las quejas, la psicología, la política, la situación de desventaja económica o la ambición personal que jamás justifiquen el asesinato de niños, el secuestro y la violación de adolescentes, o la masacre de civiles desarmados... Esta clase de atrocidades nunca pueden en realidad racionalizarse; este tipo de acciones no pueden justificarse y tenemos que oponernos con cada fibra de nuestro ser. Tienen que ser detenidas".

Esto es importante, pero refleja una cuidadosa consideración burocrática de cómo revertir un error, en este caso, el error de decir lo que verdaderamente pensaba. Lo que Kerry dijo en París merece más atención porque nos dice lo que realmente piensa y no lo que su personal de relaciones públicas cree que debe decir.

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