Monday, May 16, 2016

Isaac Herzog necesita adoptar una clara posición - Ben-Dror Yemeni - Ynet



Acercar a la Unión Sionista al gobierno podría haber sido una gran demostración de liderazgo.

Isaac Herzog pudo haber dicho: "He conseguido un logro importante que obedece al interés nacional de Israel". Y aunque eso no ha ocurrido aún, Herzog todavía podría demostrar su liderazgo realizando una contundente declaración: "Lo intenté y quería lograr un gobierno de unidad, pero no voy a ceder mis principios por ciertos ministerios o por el ministerio de Asuntos Exteriores. Yo no exijo mucho y no exijo la entrada de la plataforma de la Unión Sionista en el gobierno. Todas mis demandas serían aceptadas por la mayoría del público israelí. Sin embargo, durante las conversaciones, rápidamente se hizo evidente que Netanyahu quería que la Unión Sionista sirviera como una hoja de parra. No vamos a vendernos a nosotros mismos".

Tal declaración habría sido recibida como una declaración de liderazgo moral. Y Herzog todavía tiene tiempo para hacerla.

En el último año, Herzog se ha convertido en un punching-ball debido a todos los rumores en la prensa acerca de su esfuerzo por establecer un gobierno de unidad. Él lo ha negado constantemente y ha dicho que no está en su agenda. Siempre parece que no se escuchan sus palabras. Pero si él está haciendo algo en lo que cree, necesita aclarar lo que está haciendo y por qué lo está haciendo.

Incluso ahora que es evidente que dichas conversaciones están teniendo lugar, Herzog no ha cambiado. Ahora que ya no puede negar la existencia de esas conversaciones, todavía no ha dado ninguna explicación seria de ellas.

Un gobierno de unidad no es una mala idea. La polarización política en Israel requiere esfuerzos para alcanzar un mínimo común denominador. Y por lo tanto, el esfuerzo de Herzog no resulta reprobable.

Y no es que no existan diferencias entre los distintos grupos políticos. Por supuesto, claro que hay diferencias. Y también hay franjas aisladas dentro de la sociedad que cada vez más se están moviendo más hacia la izquierda o la derecha. Pero en total, el 70%, si no más, del público israelí tiene una ética compartida y exige un gobierno de unidad.

Pero un gobierno de unidad sólo debería formarse con la condición de que marque una diferencia. Un gobierno de derechas con los ultra-ortodoxos no se puede convertir en un gobierno de izquierdas, pero puede y debe convertirse en gobierno más moderado. Las lagunas son pequeñas en cuestiones económicas y la mayoría de los miembros de la Unión sionista en la Knesset aceptan a Moshe Kahlon como ministro de Finanzas.

Las diferencias más grandes se encuentran en cuestiones diplomáticas, pero tampoco son del todo insuperables. La construcción de asentamientos está aún en curso y de los diversos temas polémicos existentes entre Israel y Europa y América, la construcción de asentamientos es el que provoca más tensión. Los aliados de Israel no pueden entender cómo es posible hablar de un acuerdo y al mismo tiempo seguir ampliando los asentamientos.

Herzog sabe que un acuerdo de paz no está en la agenda, pero eso no quiere decir que nada se puede hacer. De hecho, se puede hacer algo: congelar la construcción de asentamientos fuera de los grandes bloques de asentamientos. Al menos una vez, el primer ministro, Benjamin Netanyahu comentó respaldar dicha política, pero no ha hecho nada para ponerlo en práctica. Mientras tanto, la continuación de la construcción de asentamientos puede acabar convirtiendo a Israel en un estado bi-nacional. Eso sería un desastre fomentado lentamente. Por lo tanto, un gobierno de unidad es necesario para detenerlo. Herzog debe decir: Este movimiento sirve al interés nacional de Israel.

Pero en lugar de esto, Herzog no ha logrado nada y ayer mismo lo reconoció a medias. Se supone que debe recibir el deseado ministerio de Asuntos Exteriores, pero no está claro qué políticas va a defender. ¿Va a defender la construcción de asentamientos fuera de los grandes bloques de asentamientos? Hay una serie de otros ministerios que su partido podría recibir. Pero ministerios y ningún cambio constituyen una burla. Venderse sería el fin de la Unión Sionista.

Mientras tanto, Herzog todavía no ha encontrado el liderazgo, pero aún tiene tiempo para conseguirlo.

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