Wednesday, October 05, 2016

Un retrato diferente de Shimon Peres: El hombre que soñaba demasiado - Amnon Lord - Mida



Antes y sobre todo, Peres amaba a su país. A pesar de que por lo general parecía como si el Estado de Israel fuera demasiado pequeño para él, parecía clavado a estas rocas, a estas montañas, a estos valles, con unos hombros redondeados que parecían estar rellenos de un pelaje de espinas con el color de la melena de un león. Así es como la tierra de Israel se le apareció en el Kibbutz Alumot, el cual ayudó a fundar a la edad de quince años. De alguna manera, nadie entiende cómo, Peres logró mantener el optimismo romántico de su amor por la tierra… Así es como se veía desde Kibbutz Kalya, un lugar que él escribió un poema romántico.

Fue el padre de los estafadores y manipuladores, que de alguna manera, nadie sabe cómo, gestionó y mantuvo un romántico optimismo en su amor a la tierra. Cometió innumerables errores, el último de los cuales fue en el período previo a las elecciones de 2013, cuando jugó con la idea de aspirar a primer ministro incitado por Tzipi Livni, que llegó armada con encuestas favorecedores. Shimon Peres se olvidó de su propio consejo, o tal vez lo recordó solamente en el último momento: las encuestas son como los perfumes,  se huelen, pero no se utilizan o toman en serio.

Peres fue primer ministro durante sólo dos años [en la década de 1980], más la mitad de un año después del asesinato de Yitzhak Rabin. Pero nosotros le recordaremos como el más grande hombre de Estado en la historia del país, después del padre fundador del país, David Ben Gurion, a quien tanto admiraba Peres. Hay quienes dicen que siendo el último de la generación fundadora, constantemente reescribió la historia para embellecer sus propias acciones, mientras disminuía la estatura del viejo hombre. "La planta nuclear de Dimona es mía. El Negev es mío. La industria aeroespacial es mía. El raid de Entebbe es mío".

Sin embargo, en el caso de Entebbe, es muy difícil imaginar que esta sorprendente operación se hubiera producido sin el liderazgo de Peres, y sin su insistencia como ministro de Defensa de línea dura del gobierno de Rabin. Fue una suerte para Peres que cuando publicó su diario días antes de la operación, nadie lo compró.

Cualquier persona que realmente observara su personalidad política comprendería cuán único era en la década de 1950. Shimon Peres fue quizás el primer político, aparte de Ben Gurion, que realmente entendió lo que era la soberanía, y la importancia de la transformación que tuvo lugar en 1948, cuando Israel logró su condición de estado soberano. Peres, aparentemente bajo la influencia de Ben Gurion, desarrolló el concepto de "nuestra propia orientación" en la década de 1950. Es decir, una estrategia de no depender de potencias y alianzas.

Su enfoque era completamente opuesto al que el público conoció de él en los últimos tiempos. "Los numerosos asentamientos judíos en estas dos regiones [Negev y Galilea] podrían constituir un importante equilibrio en un momento de peligro, y no porque la guerra, si llega, puede concentrarse en los límites de los asentamientos - si nos atacan, nos permitirán hacer todo lo posible para mover el campo de batalla a territorio enemigo - , sino porque los asentamientos judíos disminuyen el deseo de los árabes de provocar una guerra", esto mismo escribió Peres en septiembre de 1955.

En lo que se refiere a la diplomacia y la búsqueda de la paz, escribió que "cualquier declaración nuestra sobre nuestros deseos de paz no es vista por los árabes como una declaración política seria, sino como una expresión de nuestra debilidad", por lo tanto concluía,, la cuestión de las fronteras debe ser separada de la esfera diplomática: no es objeto de negociación.

Peres siempre supo cómo detectar la próxima gran idea. En la década de 1950, inspirado por Ben Gurion, vio la gran importancia de la tecnología y la ciencia. En los últimos años, hablaba cada vez más de las corporaciones multinacionales. Le recuerdo cuando aún estaba en la presidencia y antes de la Pascua de 2013, y de pronto estaba hablando de esas tan despreciadas corporaciones con gran afecto. Tuvo la visión de todo tipo de papeles económicos para ellos, por no hablar de las contribuciones al desarrollo y la educación.

Sin embargo, el estado había bajado en su estimación. Continuó hablando largo y tendido sobre la incapacidad del "Estado" para resolver los problemas económicos. Habló de una crisis económica crónica de la que nadie sabía cómo salir. Habló de los problemas de seguridad y del terrorismo que el estado no sabe cómo resolver. Se refería al Estado como tal, no necesariamente al estado de Israel. El auténtico número uno del estatismo en la historia de Israel había perdido la fe en el estado como estado. El creía ahora que las corporaciones multinacionales reemplazarían a los conceptos tradicionales de soberanía, esa que él mismo tan bien entendió desde el principio. De hecho, incluso a los noventa años de edad, aún no había perdido su capacidad de enfurecerse y molestarse este vaquero del kibbutz Alamut que descubrió las maravillas de la gran estrategia.

Si él fue socio de cualquier punto de vista original que él mismo promovió con éxito, fue del enfoque de Ben-Gurion de neutralidad en la guerra fría, pero no esa falsa neutralidad dependiente de Moscú, sino de una verdadera independencia. Había muy pocos ejemplos de estados que se adhirieran a este enfoque: Francia, Suecia, Israel.

La suya no era la neutralidad del Movimiento de Países No Alineados - Egipto, India, Yugoslavia y todos los demás -, que en la práctica eran pro-soviéticos. Era una neutralidad que puso su fe en la democracia occidental, incluyendo un abrazo gradual al mercado libre, pero sin dependencia de los Estados Unidos. No es por nada que todos estos tres países desarrollaron una estrategia nuclear. Suecia ya se había acercado a la capacidad nuclear a finales de 1950. Sólo por temor a la Unión Soviética tuvo Estocolmo que detener esr proyecto, justo cuando estaba a punto de finalizar. Francia e Israel se convirtieron en socios en el proyecto nuclear, y de acuerdo a las publicaciones extranjeras alcanzaron ciertas capacidades en este campo.

El objetivo siempre fue lograr la disuasión de cara a los árabes. Peres pensó en un principio que los asentamientos harían eso. Otros pensaban aún en las ventajas de una guerra preventiva llevada a cabo en territorio del enemigo. Eventualmente, Ben Gurion llegó a la conclusión de que la vieja estrategia de la guerra preventiva debía ser abandonada en favor de la disuasión final: la bomba atómica.

Peres compartió la opinión de Ben Gurion. Él fue el ejecutor. De hecho, la mayor ganancia de Israel por la campaña de Suez de 1956 fue el "regalo francés", parte del acuerdo secreto para derribar a Nasser después de que nacionalizó el Canal de Suez. Peres se convirtió en la bestia negra de la izquierda israelí desde entonces. El activista y periodista israelí de extrema izquierda Uri Avnery, que tiene alrededor la misma edad de Peres, lo describió como uniéndose a las fuerzas más reaccionarias del mundo.

Hay varias teorías sobre lo que llevó al conflicto entre Peres y Rabin, el cual dominó la política interna del laborismo durante décadas. El fondo la controversia giró en torno a la postura defensiva. Rabin no creía en la opción nuclear, prefiriendo en su lugar invertir en una fuerza blindada capaz de decidir las guerras. Mientras tanto, Peres escribió en un artículo en el Haaretz en 1966 que la mejor guerra preventiva era la que se previene. Posteriormente, el escenario que Ben Gurion y Peres más temían aconteció. La Guerra de los Seis Días, seguida de la Guerra de Desgaste y de la Guerra de Yom Kippur, demostrando el fracaso del enfoque de Ben Gurion, en cierta medida, ya que el programa nuclear de Israel no impidió esas guerras.

De aquí en adelante, se intensificó el conflicto entre Peres y Rabin, con el último siendo acusado de provocar la crisis de mayo de 1967 y luego desplomarse y ser incapaz de manejarla. La ironía es que la mayor contribución de Peres al estado llegó cuando contribuyó en puestos de menor jerarquía como director general del Ministerio de Defensa (1953-1959) y luego como viceministro de Defensa (1959-1965).

Posteriormente, en la era post-Ben Gurion, Peres comenzó a sentir un nuevo camino. A pesar de que se convirtió en ministro de Defensa en el primer gobierno de Rabin, justo después de la Guerra de Yom Kippur, en realidad no hizo una contribución muy valiosa. Este es el período durante el cual Rabin le tachó de ser un "subversivo incorregible". Entonces Peres trató de suceder a Rabin como primer ministro, y por un momento parecía que podría lograrlo cuando el periodista Dan Margalit publicó su información sobre la cuenta en dólares de la familia Rabin en los Estados Unidos [algo que era ilegal en esos momentos]. Rabin renunció en la víspera de las elecciones de 1977, pero Peres, quien tomó su lugar como líder del partido Laborista, perdió a manos de Menachem Begin, comenzando así un nuevo capítulo de su biografía política.

Entonces, después de la agitación causada por la primera derrota electoral del Laborismo, con un partido desolado, las mejores y más brillantes figuras del partido comenzaron a reunirse alrededor de Peres: Yossi Beilin, Gideon Levy, Israel Peleg, Yossi Sarid y otros que pasaron a ser finalmente los principales líderes de opinión de la izquierda dura. Este período también vio crecer la amistad entre Peres y el escritor Amos Oz. Más tarde fue coronado por los socialistas europeos, que en aquellos momentos reinaban en Europa: Bruno Kreisky, Willy Brandt, Pierre Mendès France y finalmente François Mitterrand.

El resultado fue un movimiento lento y continuo hacia la izquierda, y en dirección hacia la OLP. Fue un largo período que comenzó en 1977 y alcanzó su cumbre con los Acuerdos de Oslo de 1993. ¿Cuán trágico y  revelador fue el hecho de que Peres tuviera un derrame cerebral el 13 de septiembre, el aniversario de la firma de esos acuerdos? Antes de 1977, Peres fue el mayor patrocinador del proyecto de asentamientos del Gush Emunim en Judea y Samaria. Él era el hombre que formuló los argumentos más convincentes en contra de un estado palestino y de la OLP. Tal estado, dijo, socavaría tanto a Jordania como a Israel.

Peres llevó al partido Laborista a una serie de elecciones que fueron de las más dramáticas en la historia de Israel. La primera fue en 1977. En 1981, llevó al Laborismo a la más tensa y polémica elección jamás celebrada en Israel. Fue cuando la famosa personalidad televisa Dudu Topaz cometió su infame metadura de pata en un mitin de campaña previo al día de las elecciones en Tel Aviv, frente a más de cien mil personas, utilizando el término de Tchaḥtchaḥim [un término despectivo dirigido contra los judíos mizrahim] dirigido contra los votantes del Likud. "Ellos solamente son unos empleaduchos mientras que nosotros tenemos a los soldados de élite y a los pilotos". Peres perdió por un solo escaño en la Knesset. En un movimiento similar a la victoria-derrota de Dewey frente a Truman, su victoria fue celebrada en el Hotel Dan durante unas horas, pero fue interrumpida cuando cantaba el popular cantante folk israelí Arik Lavie, al anunciar a la nación el presentador de noticias Haim Yavin que Ariel Sharon probablemente sería el "ministro de la guerra" del segundo gobierno Begin.

En 1984, a pesar de los decepcionantes resultados en las elecciones, Peres dirigió a los Laboristas a una victoria electoral por los pelos contra el partido Likud, entonces dirigido por Yitzhak Shamir. El estancamiento entre las dos partes obligó al establecimiento de un gobierno de unidad nacional, y Peres alcanzó prominencia de nuevo. Junto con Rabin, retiró parcialmente al IDF del Líbano, el lodazal que había enredado a Israel y polarizado al sistema político, y junto con el ministro de Finanzas Yitzhak Moda'i puso en práctica el plan económico de estabilización que detuvo la inflación fuera de control que, con Begin y Shamir, había alcanzado proporciones del nivel de Weimar. Añadamos el crash de los bancos en 1983 y tenemos una caída en picado de la seguridad económica. Después de esos años de Begin y Shamir, el liderazgo de Shimon Peres fue visto como un soplo de aire fresco, de cordura y de capacidad para manejar grandes problemas.

En 1988, se le ocurrió otro "casi" [cuando el Laborismo perdió por estrecho margen ante el Likud, obligando a otro gobierno de unidad]. En 1996 se produjo la batalla épica al final de la cual Benjamin Netanyahu derrotó a Peres tras los acuerdos de Oslo, después de los terribles ataques con bomba a los autobuses y restaurantes, después del asesinato de Rabin y después de la campaña de dieciséis días de Israel en el Líbano para poner fin al bombardeo por parte de Hezbollah de aldeas norteñas galileas. Después de todo eso, Peres le gritó a la audiencia en Beit Berl, [un kibutz y una universidad que sirvió históricamente como uno de los centros del Laborismo]: "¿Perdedor? ¡¿Soy un perdedor?!".

Muchos también recordarán cómo politizó la institución de la presidencia. Una vez más se postuló para volver a intentar deponer a Netanyahu, usando su nuevo estatus de una figura de consenso como trampolín. Y una vez más socavó al primer ministro Netanyahu y al ministro de Defensa Ehud Barak, al unirse con el presidente Obama y con el grupo de "ex altos funcionarios de seguridad israelíes" que defendían el acuerdo con Irán. Pero hoy en día, como vamos a decir adiós a Shimon, vamos a decir sólo esto: "No, no fue un perdedor". Hubo momentos desde luego en los que te perdimos. Pero ahora es el momento para que usted pueda descansar, este subversivo e incorregible Don Quijote.

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