Tuesday, December 27, 2016

Gran artículo: El final adecuado para la ruinosa presidencia de Obama - Bret Stephens -.WJS



La decisión de Barack Obama de abstenerse, y por lo tanto permitir el voto de censura contra Israel en el Consejo de Seguridad de la ONU, es una piedra angular muy apropiada para lo que queda de su política exterior. Medidas medio estratégicas, tácticas sucias y gestos moralizantes han dominado el estilo del presidente desde el principio. Los israelíes no son los únicos que se han sentido traicionados por los resultados.

Dentro de la lista de traicionados están:

- Los iraníes, cuyos heroicos protagonistas de la Revolución Verde del 2.009, las protestas ante las elecciones que fueron robadas, fueron ignorados visiblemente por Obama por temor a ofender a la teocracia gobernante.

- Los iraquíes, que estaban seguros de una ofensiva diplomática para consolidar los logros de la oleada militar, pero que dejaron de tener interés para Mr. Obama en el momento en que se retiraron las tropas estadounidenses, y sólo se preocupó nuevamente de ellos cuando el ISIS se acercaba a las puertas de Bagdad.

- Los sirios, cuya revuelta inicialmente pacífica contra el dictador antiestadounidense Bashar Assad Obama se negó a abrazar, y cuyo inicial levantamiento más bien moderado Obama no apoyó, y cuyos hijos gaseados Obama se negó a rescatar olvidando sus autoproclamadas líneas rojas.

- Los ucranianos, que renunciaron a sus armas nucleares en 1994 con las garantías formales de los Estados Unidos de que se les respetarían sus "fronteras existentes", sólo para ver como Obama se negaba a suministrarles armas defensivas cuando Vladimir Putin invadió su territorio 20 años más tarde.

- Los líderes árabes pro-estadounidenses, que esperan algo mejor que un ultimátum de Washington para que renunciaran, y que no anticiparon la inclinación de la administración Obama por los Hermanos Musulmanes como una oposición política legítima, y ​​hacia Teherán como un interlocutor responsable.

Los otros traicionados: los estadounidenses.
Obama les prometió un final responsable de la guerra en Irak. Ahora estamos de nuevo luchando en Irak.  
Él les prometió la victoria en Afganistán. Y los talibanes están ganando.  
Prometió un reset con Rusia. Somos enemigos de nuevo.  
Prometió contener a Irán. Estamos siendo testigos de la extensión de su poder en Irak, Siria, Líbano y Yemen. 
Prometió un mundo libre de armas nucleares. Estamos entrando en otra edad de proliferación nuclear.  
Prometió que Al Qaeda se dirigía hacia la derrota. La yihad nunca ha estado tan extendida y ha sido tan mortal.
Estos son los resultados. Serían más fáciles de perdonar si no se hubiera llegado a ellos tan a menudo mediante falsos y deshonrosos medios.

La administración engañó sobre los motivos del ataque de Bengasi de 2012. Engañó sobre la hoja de servicios del sargento Bowe Bergdahl, y las consideraciones que llevaron a intercambiar cinco líderes talibanes por su libertad. Engañó acerca de cuándo comenzaron las negociaciones nucleares con Irán. Engañó sobre los términos del acuerdo. Continuó engañando sobre el objetivo fundamental de este acuerdo, que tiene menos que ver con poner freno a las ambiciones nucleares de Irán que con alinear los intereses de Washington con Teherán.

Ahora probablemente esta administración nos engaña acerca de la pasada votación de la ONU alegando que no promovió, elaboró u orquestó una resolución que trata al barrio judío de la Ciudad Vieja de Jerusalén como un asentamiento en un territorio ocupado ilegalmente.

Sin embargo, en noviembre pasado, John Kerry tuvo una larga conversación sobre dicho tema con el ministro de Asuntos Exteriores de Nueva Zelanda, uno de los patrocinadores de la resolución. "Una de las discusiones a puerta cerrada entre el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el gobierno de Nueva Zelanda, fue una posible resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre una solución de dos estados para el conflicto entre Israel y Palestina", informó el New Zealand Herald el mes pasado. "Fue una conversación donde nos comprometimos profundamente y donde pasamos cierto tiempo hablando con el secretario Kerry acerca de hacia dónde quería llegar los EEUU", agregó el diario citando al ministro de Exteriores, Murray McCully.

Los israelíes afirman tener más pruebas de este protagonismo. Si es así, significa que la administración ya ni siquiera se molesta en mentir de forma convincente.

Incluso todo esto podría ser excusable si Mr. Obama, al menos, tuviera el coraje de defender sus convicciones erróneas, o si sus engaños estuvieran al servicio de un final más digno. En su lugar, tenemos el espectáculo de la administración de los Estados Unidos ocultándose detrás de las faldas del ministro de Asuntos Exteriores de Nueva Zelanda, junto con los otros "eminentes" co-patrocinadores, Venezuela, Malasia y Senegal, y ello con el fin de avergonzar y poner en peligro a un aliado democrático en un foro en el que dicho aliado ya está constantemente acosado y aislado. En el catálogo de puntos bajos dentro de la diplomacia estadounidense, éste ocupa un lugar destacado.

Después de que la administración Carter realizara un truco similar contra Israel en el Consejo de Seguridad en diciembre de 1980, el Washington Post publicó un editorial que debería honrar al diario actual.

"No se puede negar", escribieron los editores, "que se trata de un paquete que acosa a Israel sin vergüenza, y esto hace que sea mucho más grave que los Estados Unidos se unan a él". El editorial se titulaba "La unión de los chacales".

A diferencia de Mr. Carter, Mr. Obama no se ha unido a los chacales. Él simplemente les ha abierto totalmente las puertas, ya sea en la ONU, en los cielos de Siria o en los campos de la muerte en Ucrania. Los Estados Unidos se abstienen: que final tan adecuado para esta ruinosa presidencia.

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