Sunday, June 04, 2017

Llamamiento de intelectuales franceses: "Que se diga la verdad sobre el asesinato de Sarah Halimi" - Le Figaro



El 4 de abril, Sarah Halimi, una judía francesa de 65 años y madre de tres hijos y jubilada, fue torturada en su casa a los gritos de "Alá Akbar" y defenestrada finalmente.

La víctima vivía en una vivienda social de un barrio de Belleville desde hace treinta años. Esa noche, su vecino  Kobili Traore, de 27 años, entró en su casa a las cuatro de la mañana, la agredió y comenzaron los abusos.

"El informe de la policía confirmó que mi hermana sufrió torturas durante casi una hora, siendo masacrada. Los daños fueron tales que mi decencia no permite que proporcione detalles", explicó William Attal, el hermano de Sarah Halimi.

Una parte de la escena fue grabada por un vecino. El registro sonoro, en manos de los investigadores, confirma el calvario de Sarah Halimi. Golpes gratuitos por parte del asesino de una extremada violencia. La autopsia reveló más de veinte fracturas en el cuerpo y la cara de la víctima. Mientras que el asesino se encarnizaba con Sarah Halimi, el criminal la calificaba  de "Sheitan" ("demonio" en árabe). El asesino también recitaba el Corán y gritó "Alá Akbar" más de una docena de veces. Los gritos resonaban en la planta baja del edificio. Nadie ayudó a Sarah Halimi. Sin embargo, los vecinos llamaron a la policía, que fue hasta allí pero no intervino.

En definitiva, después de haberla torturado durante más de una hora, Kobili Traore arrastró a su víctima y la tira por la ventana del tercer piso. Entonces, con perfecta calma, se puso a orar, mientras Sarah Halimi descansaba muerta en el pequeño patio del edificio. Se trataba de las 5:30 de la mañana. La policía presente en el lugar se decidió por fin a desafiar al criminal. La detención se llevó a cabo sin problemas. Considerado no apto para ser colocado bajo custodia, el asesino fue enviado automáticamente a un hospital psiquiátrico. En el ámbito penal, si el tribunal llega a la conclusión de que existe una "falta de discernimiento" por parte del asesino, es declarado irresponsable y no comparece en audiencia.

Sin embargo Kobili Traore no tiene antecedentes psiquiátricos. Él tiene el perfil de muchos violentos radicales islámicos: un pasado de delincuente, una muy extensa lista de antecedentes penales con múltiples condenas por casos de drogas, varias estancias en prisión. El día antes del asesinato había pasado el día en la mezquita de la calle Jean-Pierre Timbaud (XI), conocido por ser un hogar del islamismo radical. Por otra parte, Kobili Traore no ignoraba el carácter judío de su vecina. La víctima era una mujer piadosa jubilada que llevaba la peluca característica de las judías ortodoxas. Sus nietos venían a visitarla con la kipá. Una de las hijas de Sarah Halimi dice que en el pasado fue tildada "sucia judía" por una de las hermanas del agresor de su madre.

Los hechos que acabamos de narrar tienen como fuente el informe de la policía consagrado al homicidio. Una investigación judicial fue abierta el 14 de abril por el tribunal de París por "homicidio voluntario". La naturaleza antisemita del asesinato no fue retenida. El fiscal de París, Francois Molins, consideró que era necesario esperar al resultado de la investigación antes de decidir sobre la naturaleza del delito. Por su parte, los abogados de la víctima evocan un "muro de silencio" y afirman que la investigación retiene esta circunstancia agravante. Casi dos meses después del incidente, la prensa finalmente ha comenzado a relatar el crimen que tuvo lugar durante la campaña electoral.

Todo deja pensar que en este crimen la negación de la realidad está nuevamente funcionando. Una de las cuestiones entre muchas: ¿por qué la policía, llamada a la escena por los vecinos, no intervino en el apartamento? ¿Habrían tenido miedo? Exigimos que se establezca la verdad sobre el asesinato de Sarah Halimi. Que se establezca toda la verdad sobre la profundidad de las fracturas franceses. Es necesario que la política del avestruz cese y que nuestros líderes sean conscientes de lo que está sucediendo en el país. Por Sarah y su familia, pero también por Francia.

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