Saturday, August 26, 2017

Mi respuesta a Bret Stephens sobre los medios de comunicación - Dennis Prager



Bret Stephens dedicó su columna del New York Times de la semana pasada a amonestarme por mi tweet de hace dos semanas y criticar mi columna de la semana pasada explicando el tweet.

El tweet dice: "Los medios de comunicación en Occidente representan un peligro mucho mayor para la civilización occidental que Rusia".

Como escribió la columna como una carta al estilo "Querido Dennis" responderé de manera semejante.

Querido Bret: Voy a tratar de responder a los argumentos más sobresalientes que hiciste. Comenzaré con uno de los más preocupantes.

Tú escribiste: "Los conservadores más sabios, y te cuento entre ellos, Dennis, también saben que cuando hablamos de Occidente lo que estamos hablando es de una tensión particular dentro de él. Despúes de todo, Marx y Lenin forman también parte de la tradición occidental, como lo son Heidegger y Hitler".

Me sorprendió que un pensador tan serio pudiera escribir que comunistas y nazis nihilistas pudieran ser identificados como "parte de la tradición occidental".

Eso es lo que enseñan la gran mayoría de los profesores de las ciencias sociales, que no hay nada moralmente superior en la civilización occidental, que de hecho ahí están Hitler y Lenin, como también Moisés y Thomas Jefferson. Y de todos modos, también afirman que Moisés nunca existió y Jefferson fue un violador esclavista. Entre los estudiantes de estos profesores están prácticamente todos aquellos que dominan los medios de comunicación occidentales.

¿Me equivoco? ¿Cree usted que sus colegas en el NYTimes, en el Washington Post, en Le Monde o en la BBC creen en la superioridad moral de Occidente?

Por supuesto que no. La mayoría cree en el multiculturalismo - la doctrina que afirma que todas las culturas son iguales - y, por lo tanto, no es más que un racismo blanco el que sostiene que la civilización occidental es superior. ¿Acaso no es cierto que casi todos sus colegas (no conservadores) que comentaron el discurso del Presidente Trump en Varsovia lo tildaron como un guiño a los supremacistas blancos?

Sólo por esos motivos, mi tweet era preciso.

Me sorprende que cualquiera - especialmente usted - crea que la Rusia de Vladimir Putin representa una amenaza mayor para la supervivencia de la civilización occidental que la izquierda occidental. Ninguna fuerza externa puede destruir una civilización tan eficazmente como una interna, especialmente una poderosa y rica como Occidente. La izquierda occidental (no los liberales occidentales) son una tal fuerza autodestructiva. Los liberales occidentales siempre han adorado a Occidente.

También me sorprendiste al decir que "no estoy seguro de que Justin Trudeau, quien ha declarado que no hay 'una identidad central, ni una corriente principal en Canadá' cuente como un momento spengleriano en la historia del declive occidental".

El primer ministro de Canadá anuncia con orgullo que su país no tiene una identidad central y tú no crees que eso cuenta como un ejemplo de una civilización en declive.

Y aquí hay otra frase perturbadora: "Sugerir que Vladimir Putin es una molestia distante, mientras Maggie Haberman o David Sanger son una amenaza existencial para nuestra civilización, no es ver las cosas claras, por decirlo suavemente".

La razón por la que encontré preocupante tu opinión es que nunca he citado a Haberman o Sanger, y bien sabes que ninguna generalización incluye todos los ejemplos posibles - eso es lo que lo convierte en una generalización -. Pero mencioné específicamente a los escritores del Atlantic que equipararon la civilización occidental con la supremacía blanca, y tu sustitución de los escritores del Atlantic por los colegas del New York Times te permitió evitar opinar de los escritores del Atlantic y de otros medios contra la civilización occidental.

A pesar de que ni mi tweet ni mi columna dijeron una palabra sobre Trump, dedicaste casi la mitad de tú columna a denunciar al presidente. Sin embargo, como escribí en la columna, mi tweet habría sido igual de preciso si lo hubiera enviado durante la administración del ex presidente Obama o Hillary Clinton, si ella fuera presidente.

Bret, para tu crédito, eres una voz solitaria que apoya fuertemente a Israel en tu periódico. ¿No te preocupa la hostilidad casi uniforme hacia Israel en los medios de comunicación progresistas y en la universidad? ¿Te molesta que la mayoría de los miembros demócratas en América tengan una visión negativa de Israel? ¿Que los estudiantes judíos en muchas universidades estadounidenses, por no hablar de las europeas, temen expresar su apoyo a Israel o simplemente usar una kippa en el campus? ¿Que tantos jóvenes judíos norteamericanos, influenciados por los medios de comunicación y por sus profesores, comiencen a detestar a Israel? Estoy seguro de que todo eso te preocupa mucho. ¿Hay algo en todo esto que Putin esté desencadenando? ¿O es todo el resultado de los medios de comunicación y la universidad?

Mencionaste que me ibas a enviar un regalo de cumpleaños, un libro sobre la Rusia de Putin, "Nada es cierto y todo es posible" de Peter Pomerantsev. Prometo leerlo. Y te pido una promesa a cambio: lee el libro que te envío, "La extraña muerte de Europa", por el eminente pensador británico Douglas Murray. El libro describe el suicidio de Europa a manos de sus elites progresistas - en particular, su multiculturalismo - afirmando a unos líderes políticos y a unos medios de comunicación mendaces. Según recuerdo, al describir la muerte de la civilización europea, Murray no menciona a Putin una sola vez. (En cuanto a los medios de comunicación mendaces, lea el informe publicado hace una semana en Alemania sobre la deshonestidad de los medios de comunicación alemanes, quienes sustituyen rutinariamente los hechos por la opinión de la izquierda al informar sobre la crisis de los inmigrantes en Alemania.)

Tal vez la parte más preocupante de tu respuesta fue tu penúltima línea: "No seas un enemigo, Dennis".

¿De donde vino eso? No citas ni una sola palabra odiosa en mi columna y eso porque no las hay. Y convertir en "odiador" se ha convertido en el epíteto de las izquierdas para todos los conservadores. ¿Por qué mi amigo Bret Stephens lo usa?

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