Thursday, November 23, 2017

¿Por qué en el Haaretz se culpa a las mujeres etíopes israelíes por las largas colas en los puestos de control? - Seth Frantzman



"Las mujeres jóvenes hacen todo intencionalmente más lento. Lo más políticamente incorrecto es decir que cuando la joven que revisa los automóviles es de origen etíope, la fila se alarga aún más", se lee en un artículo de la periodista estrella del Haaretz, Amira Hass, el 20 de noviembre. Titulado "Políticamente incorrecto en Palestina", el artículo consiste en una serie de observaciones sobre Cisjordania. Una de estas tiene que ver con los puestos de control.

La autora se pregunta: "¿Cómo es que una mujer joven - miembro de la Policía Militar o de una compañía de seguridad- está estacionada en un puesto de control y su fila de coches es siempre más larga que la más próxima, donde hay un joven controlándola?".

Luego la periodista continúa:
"Las mujeres jóvenes hacen todo intencionalmente más lento. Lo más políticamente incorrecto es decir que cuando la joven que revisa los automóviles es de origen etíope, la fila se alarga aún más. Estamos hablando de los puestos de control donde solo se permite el paso de automóviles con placas israelíes... Los soldados y las personas de seguridad estacionadas en los puestos de control deben desarrollar habilidades en el ámbito de la doctrina racial y un sentido del olfato canino para distinguir entre un judío y un árabe... Pero dejen en manos de mujeres jóvenes los puestos de control. Comprobarán el acento, abrirán lentamente el maletero o buscarán explosivos en el auto, mirarán con hostilidad a los ocupantes, mientras mastican chicle con la boca abierta, hablando por el móvil y riéndose tontamente".
El pasaje parece enfocarse en las mujeres y las estereotipa señalando que revisan los coches más lentamente que los hombres. Pero además se centra en un grupo racial: las mujeres negras etíopes israelíes. ¿Por qué esto?

Las mujeres de origen etíope constituyen solamente un pequeño porcentaje de la sociedad. Según un estudio de 2012, había alrededor de 120,000 en Israel, un número que ha aumentado a alrededor de 140,000 en la actualidad. Según un documento de la Knesset de 2011, "actualmente, alrededor de 5.600 soldados de origen etíope prestan servicios en el IDF (4.000 hombres y 1.600 mujeres)". Los soldados etíopes se enfrentan a muchas barreras en su servicio militar, incluido un número desproporcionado de encarcelados y licenciados tempranamente [N.P.: suelen ser de familias muy pobres, y cuando éstas les necesitan suelen intentar abandonar el ejército para ayudarlas]. Constituyen solo un pequeño porcentaje del ejército, entre el 2-5%. Eso significa que la cantidad de mujeres etíopes que una periodista estrella del Haaretz podría encontrar en los puestos de control sería muy poca.

Entonces, ¿cómo y por qué ésta famosa periodista decidió elegirlas? ¿Es porque las mujeres etíopes están desproporcionadamente asignadas a los puestos de control? Mati Milstein y Tom Mahager exploraron este tema en un artículo de 2015.

No es la primera vez que el Haaretz se aferra a los estereotipos y publica artículos con términos racistas sobre personas de color en Israel, centrándose en su papel en la seguridad. En 2014, un articulista árabe describió una escena en el aeropuerto. "Ophir era un joven de tez oscura miembro de la seguridad, tal vez un descendiente de conversos de la Península Arábiga, tal vez de las montañas del Atlas. Pero una cosa estaba clara, su tez oscura parecía muy viejo, andrajoso y manchado de maldad".

Esta razón por la cual las personas de tez oscura sean vistos con oprobio por estos escritores del Haaretz, que no son negros, y que tienden a señalar a estas personas de tez oscura mucho más de lo que lo harían con la mayoría, de tez más blanca, que trabaja en la seguridad o en los puestos de control.

Consideren esto. Si hay 10 mujeres que trabajan en la seguridad en un puesto de control y una es negra y dos o tres filas parecen moverse lentamente, ¿la joven de tez oscura se destacará? Los autores blancos tienden a considerar a los blancos como la corriente mayoritaria, y captan a las minorías y luego les atribuyen estereotipos. Así es como hacen a otras personas diferentes y marcan distinciones.

En el caso del  Haaretz, no preguntó a los autores de estos artículos por las evidencias para estos alegatos, ni se plantéo eliminar frases que estereotipan a una minoría, lo que significa un clásico fracaso del periodismo. Es el trabajo, entre otros, de un diario no solo controlar los hechos, sino tener cuidado en no alimentar el racismo. Afirmar que las mujeres, y en particular las mujeres de color, son "más lentas" que otras, sin ninguna prueba, excepto una anécdota, es muy problemático. Es importante que los autores se pregunten sobre sus propios prejuicios. Si el escritor es blanco, y miembro de la mayoría, debe ser sensible a su blancura y a su decisión de colorear a las minorías con estereotipos negativos.

Los periódicos israelíes con frecuencia denuncian el antisemitismo en el extranjero. Por ejemplo, el mismo Haaretz cubrió la historia de Kevin Myers cuando fue despedido por The Sunday  Times por comentarios sobre el pueblo judío. Myers escribió: "En general, los judíos no son conocidos por su insistencia en vender su talento al precio más bajo posible, que es la medida más obvia de una inveterada estupidez". Entonces, ¿por qué es esto menos ofensivo que aparezcan este tipo de comentarios en periódicos israelíes, que encima van de progresistas, contra los negros y otras minorías? ¿Los periódicos israelíes tienen un doble estándar, un estándar para su propio racismo y otro estándar para discutir el antisemitismo en el extranjero?

Otro escritor del Haaretz en 2013, nada menos que su otra estrella Gideon Levy, también usó términos ofensivos para describir las diferencias étnicas en la policía. "La Policía de Fronteras es el cuerpo más enfermo de la administración de la ocupación. Las razones son sociológicas y étnicas, y están vinculadas al trasfondo de la mayoría de sus policías: suelen ser rusos, drusos, etíopes y residentes de la periferia geográfica de Israel. Cínicamente, y no por casualidad, son enviados por Israel para ser la punta de lanza de su gobierno para violentar a los palestinos, y no casualmente se vuelven extremadamente brutales".

Tal vez es hora de preguntarse por qué que las personas de color, y otras minorías, son tan señaladas por el Haaretz. ¿Por qué son seleccionados para trabajar en los puestos de control después de ser reclutados en el ejército, mientras que sus colegas blancos no? Tal vez es hora de que la prensa israelí haga lo que se supone que deben hacer los medios y diga la verdad al poder en lugar de apuñalar a las minorías. Decirle la verdad al poder sería preguntarse si las minorías son enviadas desproporcionadamente a ciertas unidades del ejército, o si se espera que trabajen en los puestos de control, mientras que otros procedentes de las clases altas tan progresistas, van a otras unidades más cómodas y atractivas.

Tal vez es hora de preguntar por qué la gente de color, el 2% del ejército, recibe las críticas, mientras que todo el edificio que constituye la mayoría del gobierno israelí en Cisjordania, y que está compuesto por la población mayoritaria, parece blindado de la misma crítica. Cuando un soldado blanco en un puesto de control trata mal a los palestinos, él o ella es solo un individuo, una mala manzana. Pero cuando lo hace un miembro de una minoría, se lo representa como un representante del grupo.

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