Sunday, January 07, 2018

Los "amigos de la Alemania de Merkel": Un peligroso ministro de Asuntos Exteriores para Alemania - JPost



El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, es el nuevo chico dorado recién coronado de Hamas. Una foto de Gabriel apareció en la página de Twitter de Hamas del 31 de diciembre, acompañada del siguiente tweet: "El ministro de Asuntos Exteriorews alemán describe la ocupación israelí como un régimen de apartheid como el de Sudáfrica".

¿Cómo es posible que el ministro de Asuntos Exteriores de uno de los aliados más importantes de Israel de repente se ponga del lado de una organización terrorista islamista que aboga por atacar a civiles israelíes mediante atentados suicidas? Al igual que muchos progresistas europeos, Gabriel puede ser hipercrítico con su propia cultura occidental - y de Israel -, la cual se tergiversa maliciosamente en los círculos progresistas como propia de una potencia colonialista, mientras que los muchos aspectos problemáticos de las culturas no blancas, incluidas la del Islam radical, son fácilmente identificables como esencialistas, racistas o fanática. Pero para los Gabriel occidentales, esto se debería a los sentimientos de culpa por los crímenes pasados ​​de su propio país o podría ser una extensión de su ideología socialista, que considera que las sociedades capitalistas occidentales son inherentemente explotadoras.

Esta cosmovisión hace que Gabriel y otros progresistas de ideas afines sean susceptibles a la propaganda anti-Israel. Según informó el corresponsal europeo de The Jerusalem Post, Benjamin Weinthal, Gabriel promocionó su actitud hipercrítica hacia Israel durante una mesa redonda organizada por Iniciativa contra el Antisemitismo de Kreuzberg.

El evento público se realizó en Berlín a mediados de diciembre, mientras miles de manifestantes, la mayoría inmigrantes de los países musulmanes, atestaron las calles, quemaron banderas israelíes y denunciaron la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.

Por cierto, Gabriel es uno de los arquitectos, junto con la canciller Angela Merkel, de la autodestructuva política de inmigración de Alemania que ha tenido como resultado la afluencia de más de un millón de inmigrantes del Oriente Medio y África desde 2015. Según una encuesta reciente del Comité Judío Estadounidense en Berlín, muchos de estos inmigrantes traen consigo sus prejuicios antijudíos y antiisraelíes.

Gabriel fue confrontado durante el panel por un activista germano-palestino que afirmó que el debate alemán sobre el antisemitismo no deja espacio para ninguna crítica a las políticas israelíes.

"Estás equivocado", le respondió Gabriel según los informes, recordando a ese activista sus propias y duras críticas contra Israel durante una visita a Israel en 2012 que incluyó una gira por Hebrón. Después de la gira, que probablemente fue organizada por uno de los muchos grupos antisionistas que usan las libertades proporcionadas por la democracia de Israel para presentar una versión tendenciosa y pro-palestina del conflicto palestino-israelí. Gabriel escribió en su página de Facebook que Israel era un "régimen de apartheid (en Hebrón) y llamó a incluir a Hamas como parte del proceso político del Oriente Medio". Posteriormente, Gabriel se disculpó después de que grupos judíos lo criticaran, y recientemente expresó su creencia de que Alemania tiene una obligación moral especial de proteger a Israel porque "estamos obligados a garantizar que los sobrevivientes del Holocausto tengan al menos un lugar donde puedan ir siempre".

En abril del año pasado, Gabriel mostró una vez más su parcialidad hacia los muchos detractores de Israel, cuando durante otra corta visita a Israel insistió en reunirse con representantes de B'Tselem y Breaking the Silence. La gran mayoría de los israelíes considera que las agendas políticas de estas dos organizaciones son peligrosas y simpatizan demasiado con una población palestina que ha elegido reiteradamente el terrorismo y la violencia por encima de la paz y las negociaciones.

Criticamos al primer ministro Benjamin Netanyahu en esos momentos por negarse a reunirnos con Gabriel porque, al hacerlo, estaba perdiendo la oportunidad de presentarle a Gabriel una perspectiva más precisa. Y apoyamos el derecho de Gabriel de pasar su tiempo en Israel según su elección.

Pero también advertimos sobre los peligros potenciales que pueden surgir cuando hombres como Gabriel, líderes de las democracias liberales occidentales, otorgan legitimidad a una narración sesgada del "conflicto". Ahora, con un Gabriel alistado por Hamas, se nos da un ejemplo concreto de cómo los progresistas son explotados por las organizaciones terroristas para avanzar sus propias agendas totalitarias. Y si el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania insiste en perpetuar la falsa afirmación del apartheid contra Israel, ¿puede el gobierno alemán objetar que miles de inmigrantes del Oriente Medio salgan a las calles de Berlín y pidan la destrucción de Israel?

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