Sunday, August 12, 2018

Eydar y la ley del Estado-nación I: Un derecho a la autodeterminación, no al racismo - Dror Eydar - JNS



1.- ¿Es la ley del Estado-nación una declaración de independencia de la mayoría en Israel contra un intento de años de dictar la identidad de Israel y sus leyes, a través de una minoría no elegida en el Tribunal Supremo y de una élites en los medias y la academia que se declaran responsables de establecer cómo debe ser Israel? Ojala. El tiempo dirá. De acuerdo con la histeria que la izquierda ha creado usando sus interminables portavoces, parece que hemos dado en el clavo: la batalla por la identidad judía del Estado de Israel. Algunos piensan que después de 2.000 años, se debería establecer un país europeo cuya judeidad solamente se expresara por las personas que vivan aquí. Pero un pueblo que ha existido durante miles de años no puede escapar a su identidad y a su identificación con ella.

2.- Todavía no he escuchado ni siquiera un argumento serio contra esta Ley Básica: Israel como el Estado-nación del pueblo judío. Solamente se oyen maldiciones, invectivas y clichés infantiles, por no mencionar, por supuesto, "lágrimas y sentimientos heridos". Estimados lectores, lean la  versión completa de la ley. Es corta. Es la mejor vacuna frente a la inoculación de la propaganda mediática.

La ley del Estado-nación protege a Israel del riesgo de que se convierta en un estado binacional, la dirección hacia la cual el ex presidente del Tribunal Supremo Aharon Barak lo impulsaba, lo cual se conoce formalmente como "un estado de todos sus ciudadanos", pero que en efecto significa "un estado de todas sus naciones". Si no fuera por esta ley, al final del proceso actual, los ciudadanos árabes de Israel exigirían la autonomía nacional. Ya lo hacen, pero sin la ley del Estado-nación, el camino se hubiera despejado para ellos.

3.- Aquí no se ataca a los derechos individuales ni a los derechos civiles. En Israel, todos son iguales ante la ley. Pero la ley del Estado-nación es diferente, forma parte de una totalidad que se expresará en una futura constitución, pero lo que aborda nada más es el tema de la nacionalidad. Cuando se trata de esto, no hay igualdad. En el Estado de Israel, solo hay espacio para una identidad nacional: la del pueblo judío. La ley del Estado-nación pertenece a la misma familia de leyes que la Ley del Retorno. "Apartheid", tuiteó un veterano reportero el lunes sobre la ley estatal nacional. De acuerdo con esa lógica, la Ley del Retorno también es apartheid (y estoy familiarizado con las figuras legales que la izquierda desempeña para justificar la Ley del Retorno). Oh, ¡qué vergüenza!

4.- Lo que tenemos aquí no es racismo (y puede que las bocas de aquellos que lo llaman así se llenen de polvo). Más bien, es el derecho simple y natural del pueblo judío a su único estado nacional en el mundo. Cualquiera que se oponga a eso es racista porque no acepta el derecho del pueblo judío a su autodeterminación, mientras que no tienen problemas para apoyar a un estado palestino de Judenrein. Al margen de la oposición a la ley estatal nacional, también se niega que los judíos sean un pueblo y una nación. El artículo 19 de la Carta de la OLP determina que los judíos son una religión, no un pueblo, y por lo tanto no tienen derecho a un país propio. ¿Entienden quienes son los principales oponentes de la ley?

5.- La ley del Estado-nación no debe ser tocada o modificada, pero estoy a favor de una ley especial que beneficie a los drusos y otras minorías que son aliados de sangre del pueblo judío. Durante años, he estado presionando para asignar más fondos a sus comunidades. Pero la ley del Estado-nación no tiene nada que ver con eso, se trata de la cuestión de la nacionalidad judía de Israel. Los drusos no tienen aspiraciones nacionales ni ningún deseo de formar un estado independiente. Por lo tanto, la ley del Estado-nación no los afecta. Cualquiera que diga que los derechos de las minorías han sido perjudicados, incluso un ápice, está mintiendo. A propósito, sólo un estado judío podría proteger los derechos civiles y humanos de las minorías que viven en él. Uno solo necesita mirar alrededor de esta región para darse cuenta de eso. Las personas que se oponen a la ley estatal nacional deben decidir quién es su líder.

6.- La furiosa disputa sobre la ley del estado nacional hace estallar un debate que ha sido anulado y reprimido en el discurso público durante muchos años: el judaísmo no como una religión, sino como una civilización y como la responsabilidad central de Israel para su pervivencia y existencia. Esto es lo que la ley protege. Las minorías en Israel tienen derecho a vivir en esta gran civilización que ha puesto a su disposición una gran cantidad de tesoros de conocimiento, sabiduría y textos antiguos, un legado semejante al que ninguna otra civilización ha dejado a sus descendientes. Al igual que se la estamos ofreciendo al mundo, pero para continuar floreciendo en términos culturales y religiosos, también tenemos la obligación de defender nuestro hogar nacional. Juramos defender nuestra civilización en la Diáspora, otra razón por la cual ahora tenemos la ley.

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