Saturday, November 10, 2018

Una misión de un solo hombre para salvar los tesoros espirituales sefardíes - Tali Farkash - Ynet





El rabino Prof. Moshe Amar, uno de los más grandes eruditos de la comunidad judía oriental, realizó una misión para rastrear y examinar manuscritos, inscripciones y cartas antiguas sefardíes antes de que desaparezcan en el olvido.

Moshe Amar es un hallazgo raro en la academia de Israel. Es un judío mizrahi que viste una kipá negra, un rabino, pero también un profesor. Durante años ha estado solo en esta misión de encontrar y preservar los tesoros culturales del norte de África, mientras trataba de interesar a varias instituciones culturales para financiar su investigación.

Según él, mientras que existe un interés creciente por la música y la cocina mizrahi, se están descuidando tesoros espirituales de siglos de antigüedad. "Mimouna (una tradicional celebración marroquí de fin de la Pascua), y Mufleta (un pastel marroquí, ed.) son agradables disfrutarlos ahora, pero el legado espiritual permanecerá para siempre", nos dice Moshe Amar.

Experto en paleografía hebrea medieval, Amar es el presidente de las "Luces de los judíos del Magreb", una institución para la preservación del patrimonio judío marroquí. Según el profesor, la problemática relación entre la academia israelí y la literatura y filosofía sefardí comenzó en los 80'.

"Hubo una gran indignación después de la publicación del libro de Kalman Katzenelson de 1964 titulado 'La Revolución Ashkenazi' ", nos explica. Según ese libro, había dos pueblos viviendo en Israel: los ashkenazim a un nivel superior y los sefardíes inferiores, y estos últimos deberían aprender yiddish para ser considerados "cultos".

Se desató una gran indignación y luego la Knesset decidió realizar un cambio. Se fundó el Instituto para la Integración del Legado Judío Mizrahi, y todas las universidades que querían participar de los presupuestos, establecieron organos de investigación", agregó Amar.

Sin embargo, entre 2006-2007, las cosas empezaron a cambiar. “Limor Livnat, la ministra de Educación en ese momento, había decidido cerrar esa institución y las universidades se quedaron sin incentivos. Una vez que un profesor se retiraba, su puesto era cancelado y solo quedaron varios cursos", nos explica.

Sin embargo, no hay escasez de estudiantes. Amar dice que la mayoría de los estudiantes vienen a estudiar al departamento después de consultar con él sobre otras materias. "Todo termina aquí, desafortunadamente. No tienen nada que hacer con eso después, ya que el Judaísmo del Magreb no se estudia en ninguna parte en las universidades", se lamenta Amar.

Después del Comité Biton de 2016, que supuestamente fomentaría el legado Mizrahi en educación, se podría suponer que las cosas estaban a punto de cambiar. Sin embargo, según Amar, la ministra de Cultura y Deportes, Miri Regev, alienta solamente la cultura popular Mizrahi. "Teníamos grandes esperanzas en el Comité Biton, pero nada salió de esto".

El profesor Amar, uno de los principales investigadores en su campo, ahora está retirado. Viaja a Marruecos de forma independiente para encontrar libros y manuscritos de diferentes comunidades, pero es una misión de un solo hombre.

Me mostró un antiguo libro de poesía escrito por un diplomático judío del siglo XV llamado Avraham Ben Zimra, solo una o dos generaciones después del Decreto de Expulsión de la Alhambra. “¡Encontré esto por error, e intacto!. Su poesía es increíble, y hay muchos detalles aquí sobre uno de los períodos más importantes de la historia", nos comenta Amar.

Lo encontró mientras deambulaba por las tiendas de antigüedades de Marruecos. “Los vendedores de antigüedades recolectaron cosas de sinagogas abandonadas o de personas que abandonaron el país. Así que entré y les pregunté si tenían algo que 'perteneciera a los judíos' ". Pedí los manuscritos y el propietario me dijo: " 'No me pagará lo que quiero', pero cerró la tienda y me mostró el sótano".

En el sótano me esperaba este libro, junto con rollos de la Torá y las inscripciones. Sólo por la escritura pude ver que era muy viejo, y le dije que lo compraría. Me pidió 1.000$, una suma imaginaria para Marruecos en los años 90. Me dijo que si no lo compraba, algún estadounidense vendría y pagaría el doble. ¿Qué podía haber?".

Entre los textos que Amar guarda en sus archivos se encuentran los protocolos de los tribunales rabínicos locales que cuentan la historia de comunidades enteras: historias de plagas, pogromos, dificultades, filosofía y mucho más.

La historia de la vida de Amar es excepcional en sí misma. “En 1963 llegué a Israel y estudié en la famosa yeshiva sefardí Porat Yosef. La situación financiera era difícil. Fui a uno de mis maestros para pedirle consejo, y él me sugirió que estudiara para convertirme en rabino", explicó.

Más tarde, Amar dejó la yeshiva y se unió al IDF, donde ejerció de profesor. Continuó sirviendo como un rabino comunitario durante una década, hasta que un amigo le presentó al profesor Haim Ze'ev Hirschberg, el fundador de la investigación de los judíos del norte de África en la Universidad Bar-Ilan.

"Hirschberg me preguntó, '¿tienes un diploma de la escuela secundaria?... ¿cómo podrías ser aceptado en la universidad de lo contrario?' Le respondí que podía leer manuscritos de cualquier tipo. Sacó una enorme pila de papeles de su cajón y me pidió que los tradujera y escribiera algunos textos breves, así que lo hice", nos explica.

En 1975, Amar fue aceptado en la universidad sin un diploma de escuela secundaria. “Cuando terminé mi licenciatura, comencé mi doctorado inmediatamente y me convertí en profesor unos años después: yo, el estudiante de yeshiva, el hombre ortodoxo que no sabía nada de la academia".

"Mi sueño es una escuela que enseñe tanto a rabinos como a investigadores. Ahora comenzamos un pequeño proyecto en Jerusalén, solo aceptamos rabinos, y es un programa de dos años. Tenemos dos objetivos principales: enseñar a los estudiantes cómo tratar a su público , y conocer las tradiciones normativas halájicas sefardíes", agregó Amar con entusiasmo.

La generación joven no sabe nada de la tradición legal sefardí. Ellos sólo conocen la tradición lituana”, se lamentó.

Sin embargo, los rabinos ashkenazis también asisten al programa. "El cambio que veo en la forma de pensar de la gente es sorprendente. Los rabinos sefardíes sabían cómo manejar los problemas que hoy en día se arrastran en el Rabinato. Sabían cómo resolver los problemas antes de que se conviertan en problemas, y cómo gobernar de una manera que enfatice la Halaja. Hoy estamos lejos de ese tipo de sentencias", concluyó

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