Monday, December 31, 2018

Diez periodistas del New York Times acusan a Israel de "posiblemente, un crimen de guerra" - Ira Stoll - Algemeiner



El New York Times dedicó un gran número de recursos a su proyecto de investigación sobre la muerte de una médico de Gaza de 20 años llamada Rouzan al-Najjar. El artículo se encuentra en la parte superior de la portada del periódico del domingo y luego consume tres páginas adicionales de hojas grandes en su interior. En las líneas de la portada aparecen cinco reporteros del NYTimes (al menos uno de ellos un veterano de Al Jazeera) y también acredita dentro de otros cinco periodistas del NYTimes y un fotógrafo.

Sin embargo, en lugar de ser un tour de force del NYTimes, una muestra del mejor periódico, el artículo termina siendo un fracaso, una demostración del NYTimes en su peor momento. El NYTimes puede usar miles de palabras, gastar millones de dólares en periodistas muy bien pagados y elaborar cuidados gráficos para transmitir su mensaje. Pero eliminen ese intento de una presentación digna, y el mensaje es efectivamente el mismo que los signos garabateados por algún ignorante de extrema izquierda o de extrema derecha que odia a Israel en alguna manifestación de la temporada navideña extremista: los judíos, dice este libelo, son culpables, son asesinos empapados de sangre.

Los problemas con el artículo comienzan con el subtítulo de la primera página: “Israel mató a una médico. ¿Fue un accidente?”. Se supone que el periodismo debe responder preguntas, no interrogar a los lectores. Por lo general, el titular con es pregunta es un descarada forma de ocultar un periodismo que no es capaz de llegar a una conclusión. En este caso, el NYTimes quiere acusar a Israel de asesinar a esta mujer, pero no puede probar su caso, por lo que se esconde detrás del titular de la pregunta.

Pero no se trata solamente de los signos de puntuación que utiliza el NYTimes para llevar a cabo este movimiento de dos pasos de acusar a Israel de un asesinato sin por otro lado atreverse a decirlo directamente. El NYTimes también se esconde detrás de la palabreja "posiblemente". Un gráfico afirma que "una investigación del New York Times muestra que el tiroteo parece haber sido imprudente en el mejor de los casos, y posiblemente un crimen de guerra", un lenguaje que se repite en el artículo. Como lector, quiero que el NYTimes informe sobre lo que sucedió, no sobre lo que "posiblemente" sucedió. De lo contrario, no habría un final para los artículos especulativos del NYTimes. Si diez periodistas del NYTimes no pueden encontrar o demostrar la existencia un crimen de guerra, sino limitarse a decir "posiblemente un crimen de guerra", entonces "posiblemente deberían encontrar algo más sobre lo que escribir".

El NYTimes se posiciona inicialmente como imparcial. "Cada lado está encerrado en un ciclo de violencia sin fin e insoluble", afirma el NYTimes , utilizando el habitual cliché de equivalencia moral. Adopta una postura por encima de la refriega, como si fuera el árbitro de un partido de tenis: “Para los palestinos, ella era una mártir inocente asesinada a sangre fría... Para los israelíes, era parte de una protesta violenta dirigida a destruir su país”.

Pero un examen más detenido del contenido del artículo demuestra claramente que el NYTimes no es realmente imparcial.

El NYTimes, por ejemplo, describe a Israel como "la parte mucho más fuerte" con relación a los palestinos. Pero hay entre 1.500 y 1.800 millones de musulmanes en el mundo y alrededor de 14 millones de judíos. Hay alrededor de 50 países de mayoría musulmana y un pequeño estado judío. Los musulmanes también tienen buena parte de las reservas de petróleo. Puede ser conveniente para el NYTimes despertar simpatía por los palestinos al describirlos como los más débiles, pero no es un asunto tan claro como el NYTimes lo describe.

El NYTimes describe el conflicto como "insoluble", pero también se queja de que Israel "continúa centrándose en la contención en lugar de encontrar una solución". Parece injusto criticar a Israel por no haber resuelto un problema que el propio NYTimes reconoce que es "insoluble".

Otro signo de sesgo del NYTimes es la forma en que usa el lenguaje para exculpar al terrorismo árabe palestino. Según informes del NYTimes, "los ataques con cohetes y los bombardeos después de que la Segunda Intifada entró en erupción en el 2000, llevaron a Israel a acordonar la Franja y finalmente abandonar sus asentamientos de allí". Más adelante, el NYTimes escribe: "luego vinieron los cohetes", como si los cohetes llegaran solos, espontáneamente.

Pero los ataques con cohetes y los bombardeos no "estallaron" por sí solos, lo que el NYTimes parece dejar entender, fueron lanzados o perpetrados por los palestinos con intenciones violentas y asesinas. El NYTimes no nos cuenta nada sobre las víctimas de esos ataques con cohetes y bombardeos. Sin embargo, parece contento de poder detenerse en el "número de muertos palestinos", de las "víctimas" en las protestas en Gaza. Escribe The NYTimes: “las víctimas incluyen dos mujeres y 32 niños, periodistas y un doble amputado en una silla de ruedas...”. Qué sexista y mendaz es el NYTimes, generalmente tan despierto, para implicar que las mujeres o los amputados no pueden ser combatientes formidables. El jeque Yassin, el fundador de Hamas, era cuadripléjico, pero eso no lo hacía menos malvado o mortal.

El artículo del NYTimes concluye afirmando que Najjar "se ha convertido en un símbolo, quizás no en lo que ninguna de las partes hubiera esperado, sino en un conflicto sin fin y con constantes vidas desperdiciadas".

Este es un truco, porque lo esencial del resto del artículo desarrolla la idea de que no fue el "conflicto lo que la mató", sino un francotirador israelí, en lo que fue "posiblemente un crimen de guerra". Y ahora, gracias al trabajo de al menos diez periodistas del NYTimes y de sus editores que les dieron libertad para elaborar su puesta en escena y darla un juego prominente, su vida ya no ha sido “desperdiciada”, sino que se ha convertido en una valiosa herramienta de propaganda para los árabes palestinos, que ahora pueden utilizar su muerte para pintar a Israel ante la audiencia del NYTimes como asesinos temerarios e irresponsables, cuando no como criminales de guerra, o al menos "posiblemente criminales de guerra".

Nada de esto quiere decir que las tropas israelíes que defienden la frontera con Gaza funcionen a la perfección, o que no haya espacio para el periodismo que pueda ayudar a Israel a hacer un mejor trabajo en el futuro. Ningún humano es perfecto. La policía estadounidense y las tropas estadounidenses también matan accidentalmente a personas, y los terroristas árabes palestinos han matado intencionalmente a muchos civiles israelíes. Sin embargo, por la razón que sea, el NYTimes ha decidido que esta muerte en Gaza es lo suficientemente interesante como para dedicarla diez periodistas y tres páginas del periódico del domingo, mientras que la historia del asesinato de un estadounidense de origen israelí, Ari Fuld, ni siquiera fue considerada adecuada para ser impresa por el NYTimes.

Si uno retoma el enfoque de NYTimes, podría titular este post de esta forma: "El NYTimes presta más atención al asesinato de una palestina que al de un judío estadounidense israelí. ¿Es casualidad?". Y quizás alguien pueda interpretar ese sesgo: "el periodismo del NYTimes parece ser descuidado en el mejor de los casos, y posiblemente presenta un libelo de sangre".

Pero rechazaré ese enfoque y seré más claro y directo. La "investigación" del NYTimes, a pesar de todas sus trampas de apariencia profesional, es exactamente el mismo ataque a Israel que se puede obtener de forma gratuita en cualquier web de extrema derecha o de extrema izquierda, o en las redes sociales.

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