Saturday, December 29, 2018

El dilema de la derecha - Yoaz Hendel - Ynet



No fue hace mucho, de hecho fue en agosto, cuando Benjamin Netanyahu prometió que su partido Likud llegaría hasta los 40 escaños en la Knesset en las próximas elecciones, y otros miembros del Likud predijeron una verdadera ganancia de votos. Pero mientras que el campo nacional, esa confederación de sionistas de derecha y judíos religiosos, va a funcionar bien en abril, tiene un gran problema con Netanyahu.

El primer ministro tiene el apoyo total de su partido el Likud, donde incluso los opositores políticos como Gideon Sa'ar están controlados. De manera similar, el partido Hogar Judío dice que proporcionará a Netanyahu el apoyo de la derecha y evita expresar cualquier crítica basada en los problemas legales del primer ministro. La derecha habla con una sola voz, y esa voz es la de Netanyahu, pero ¿es realmente su representante?

Netanyahu, quien una vez lideró un partido de centro derecha, ha logrado parecer más de derechas que el propio líder del Hogar Judío, Naftali Bennett, durante la mayor parte de la existencia de este gobierno.

La mayoría de los israelíes le identifican con la postura conservadora del campo nacional, y esto se ilustra en las encuestas. Si un despistado encuestador extranjero aterrizara en Israel, sin duda recomendaría un candidato potencial que creara competencia dentro de ese vasto campo donde no existe oposición.

La mayoría de los rivales políticos de Netanyahu han decidido tirar la toalla. Consideran que estas elecciones son inútiles, solo otra manera de pasar el tiempo antes de que Netanyahu sea acusado y el próximo gobierno se derrumbe. Después, llegará el momento de competir entre sí, cuando él se haya ido.

¿Por qué colapsará el gobierno? Porque solo hay un número limitado de partidos que desean unirse a una coalición encabezada por un primer ministro que tiene múltiples acusaciones sobre su cabeza: los ultraortodoxos, el Likud y tal vez el Hogar Judío, pero eso sería todo.

¿Qué harán aquellos en la derecha que creen que un primer ministro no puede servir bajo sospecha de corrupción, pero que tampoco se identifican con personas como el dirigente de extrema derecha, Betzalel Smotrich, miembro del Hogar Judío?

¿Qué harán aquellos que se mostraron escépticos de que la delicada situación de seguridad, que impidió las elecciones hace un mes, terminará inesperadamente el lunes?

 Sólo el tiempo dirá.

Labels: ,

0 Comments:

Post a Comment

<< Home