Thursday, June 04, 2020

Los judíos tienen la culpa, nuevamente - Ben-Dror Yemini - Ynet


El legislador holandés Arnoud van Doorn se convirtió al Islam, la religión de la paz y el amor, y vio la luz. Un ejemplo


 No importa qué desastre o crisis asalte la Tierra, es solo cuestión de tiempo hasta que los judíos o Israel sean culpados por ello.

El coronavirus ya se ha ganado el apodo de "la peste judía" aquí y allá, ya que, al igual que en la pandemia de peste del siglo XIV, en 2020 también se culpa a los judíos por eso.

Una imagen antisemita que conecta a los judíos con el brote de coronavirus fue publicada por el legislador holandés Arnoud van Doorn (un miembro de un partido populista que se convirtió al Islam) en las redes sociales.

El Ministerio de Asuntos Estratégicos ya ha publicado un informe sobre el asunto titulado "El virus del odio".

La Liga Antidifamación y el Centro Kantor para el Estudio de la Judería Europea Contemporánea también han publicado informes sobre el tema.

Todavía no es el renacimiento de los libelos de sangre, y aunque los judíos en las naciones occidentales se ven desproporcionadamente más afectados por la enfermedad que la población en general, a los antisemitas nunca les importaron los hechos.

Y todavía no habíamos terminado de lidiar con el odio provocado por el brote de coronavirus cuando los antisemitas salieron de la oscuridad para dar vuelta a una historia completamente nueva.
Ahora alegan que la despreciable muerte de George Floyd en Minneapolis fue el resultado de que la policía de Israel hubiera entrenado a oficiales de policía estadounidenses.

Muchos departamentos de policía de todo el mundo cooperan en la capacitación y la recopilación de información, y la Policía de Israel tiene una amplia experiencia en tácticas y operaciones antiterroristas.

El Jewish Institute for National Security of America se enorgullece de enviar delegaciones de oficiales de policía de alto rango de los Estados Unidos a Israel para conocer los métodos contra el terrorismo.

Las organizaciones afiliadas al movimiento anti-Israel del BDS han protestado en el pasado y han tratado de detener a estas delegaciones.

La siempre muy objetiva Amnistía Internacional inclusive publicó un informe en el 2016 alegando que las violaciones de los derechos humanos cometidas por agentes de policía en los EEUU estaban relacionadas con su formación en Israel. 

En respuesta al informe, la National Black Police Association escribió una carta apoyando la capacitación en Israel, destacando las tácticas contra el terrorismo que se les enseña.

No hay una sola evidencia de que los policías estadounidenses sean brutalizados durante sus visitas a Israel o que aquellos que maltratan a los afroamericanos tengan alguna conexión con ese entrenamiento.

Los datos muestran que la brutalidad policial ha disminuido en los últimos años, pero nuevamente, los propagandistas antisemitas nunca se preocupan por los hechos.

Uno de los principales defensores de esta mentira es Eran Efrati, antiguo miembro de Breaking the Silence, cuya antigua organización parece haberse vuelto demasiado suave para él.

Da charlas en todo Estados Unidos, menciona que su padre era el oficial de policía de alto rango Shlomo Efrati e insinúa que el brutal trato de los oficiales de policía estadounidenses se deriva de su entrenamiento en Israel. 

El asesinato de Floyd se ha convertido en el nuevo libelo de sangre, con las protestas actuales que envuelven a la nación encabezada por Black Lives Matter, Antifa y los Socialistas Democráticos de América, alineados con el BDS.

No está claro si las manifestaciones mejorarán la situación de los afroamericanos, sobre todo tras ocho años de un presidente negro que no hizo demasiado para ayudar en ese campo; pero está claro que están liberando en el aire los humos nocivos del antisemitismo, sin siquiera intentar hacerse pasar por antisionistas.

El profesor Hamid Dabashi, nacido en Irán, de la Universidad de Columbia, escribió en el pasado que "para cada acto sucio, traicionero, feo y pernicioso que ocurra en el mundo, solo deben esperar unos días y aparecerá el feo nombre de 'Israel'".

Los viejos antisemitas culparon a los judíos. Los nuevos culpan a Israel.

Las palabras de Dabashi tienen algo veraz. Solo esperen unos días y se culpará a los judíos o a Israel por cada desastre en el mundo. Así fue con el coronavirus, con los disturbios de Ferguson de 2014 y ahora con la muerte de George Floyd.

El antisemitismo es una enfermedad contagiosa. Incluso judíos e israelíes como Efrati pueden atraparla e infectar a otros.

En el pasado, estaba claro que las organizaciones en la sombra estaban detrás de esto. Hoy la infección es dos veces más efectiva: proviene tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda.

La guerra contra esta enfermedad es larga, dura y ardua, y puede que nunca se gane realmente.
Pero el primer paso para matar una enfermedad es reconocer su existencia.

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