Thursday, June 04, 2020

Olvidaron los derechos y el interés judío - Nadav Shragai - Israel Hayom



Si alteramos la historia del Monte del Templo, inclusive los saudíes, para expulsar a los turcos, podrían por primera vez tener un punto de apoyo allí a expensas de Jordania. Pero ¿qué pasa con los derechos y el interés judío?

En los últimos días, desde que Daniel Siryoti informó sobre las conversaciones entre los dos mayores rivales de los santos lugares islámicos (Jordania y Arabia Saudita), los intereses, el estatus y los derechos de los diferentes actores musulmanes en el Monte del Templo han sido objeto de una intensa atención. Por otra parte, casi nadie discute lo que el Monte del Templo representa para nosotros, los judíos, o nuestros propios intereses, objetivos y sentimientos respecto a él. A veces parece como si solamente nos concentráramos en dirigir hacia allí el movimiento de los actores musulmanes.

Tal vez sea hora de decir - con toda la debida precaución y sensibilidad - que Israel ha estado esclavizado por el statu quo vigente en el Monte del Templo durante 53 años, que ese statu quo es en gran medida una ficción, y que ha cambiado drásticamente, sobre todo en beneficio de los musulmanes. Lo más importante: que el Monte del Templo es el sitio más sagrado para el pueblo judío.

Cuando se trata del Monte del Templo, Israel está principalmente preocupado por apagar los incendios y manejar el conflicto. Nunca se ha preguntado qué significa el Monte para el Estado judío y cuáles son sus objetivos. Por ejemplo, dentro de 50 años, ¿estaremos satisfechos con una división que deje el Muro Occidental a los judíos y el Monte en si mismo a los musulmanes? Bajo un acuerdo permanente, ¿Israel mantendrá la prohibición de la oración judía en el Monte? ¿En todo él? Puede haber diferentes respuestas posibles a estas preguntas, pero la discusión no puede dedicarse únicamente a los derechos de los musulmanes, ignorando los nuestros.

Mientras Israel media entre Jordania y Arabia Saudita sobre su estatus en el Monte, debe ampliar la discusión para incluir la santidad del lugar para el pueblo judío y sus derechos en él. Recuerden este hecho básico: En 1967 el Estado judío hizo una concesión inconcebible al arrebatarles de las manos el sitio más sagrado del pueblo judío y dárselo a una religión competidora, el Islam, que sólo clasifica al Monte del Templo como su tercer lugar más sagrado, dañando seriamente los propios derechos de los judíos. Este hecho no debe darse por sentado.

En lugar de refrescar la memoria del público sobre estos hechos fundamentales, el discurso sobre el Monte del Templo se centra en una sola cuestión: hasta qué punto Israel considera y honra los derechos de los musulmanes sobre él. El hecho de que el Monte del Templo es ante todo un lugar sagrado para los judíos, y que nos alejamos de él debido a circunstancias históricas, casi ha sido olvidado. Tenemos que empezar a hablar de ello de nuevo, con sensibilidad pero también con firmeza.

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