Sunday, November 29, 2009

"No (nunca) es suficiente" - Ed. JPost

Con la paciencia de un taxista que espera que la luz roja del semáforo esté a punto de volverse verde, los dirigentes palestinos respondieron el miércoles al anuncio de una moratoria en la construcción de asentamientos israelíes con un: "!! No es suficiente !!". 

La moratoria sin precedentes del Primer Ministro Benjamin Netanyahu es sustantiva y simbólica, la respuesta apropiada a una demanda por parte palestina de una congelación de la construcción en los asentamientos que es, al mismo tiempo, emblemática y una pista falsa sobre el verdadero problema.

La disputa entre palestinos e israelíes no radica en los asentamientos. Depende de si los árabes están dispuestos a reconocer la legitimidad de Israel como el estado del pueblo judío dentro de cualquiera que fueran sus límites. Algunos encuentran cómodo imaginar que el enfrentamiento entre las causas sionista y árabe ha pasado a un tercer grado, a un juego de suma cero. Ese no es el punto de vista dominante en Israel. 

En 1920, la comunidad internacional otorgó a Gran Bretaña la responsabilidad de establecer un hogar nacional para el pueblo judío en Palestina. Pero un año después, el emir Abdullah regresó de Londres con la Palestina oriental, dando nacimiento a la Transjordania. ¿La respuesta árabe? "No es suficiente". 

En 1937, la Comisión Peel recomendó dividir Palestina en un estado judío y otro árabe. Los sionistas dieron su consentimiento. Los árabes... dijeron que no.

En 1947, la Asamblea General de la ONU votó la partición de Palestina en dos estados, un estado judío y un estado árabe. Una vez más, los judíos se mostraron de acuerdo. La respuesta árabe fue: "No es suficiente" y trataron de estrangular al recién nacido Estado judío. Israel sobrevivió, mientras que los árabes tomaron Cisjordania y Gaza. ¿Se creó entonces un estado palestino? Por supuesto que no, porque estos territorios "no eran lo suficiente".

En 1967, los árabes no lograron empujar al mar a un Israel que vivía dentro de las líneas del armisticio de 1949,  por contra, Cisjordania y Gaza pasaron a posesión de Israel. Magnánimo en la victoria, Israel ofreció la paz. ¿La respuesta árabe? "No habrá paz, no habrá reconocimiento, no habrá negociaciones". 

En 1977, el presidente egipcio Anwar Sadat emprendió valientemente el camino de la paz. Israel se retiró de todo el territorio reclamado por Egipto, y Menachem Begin, además, ofreció algo a los palestinos que nunca habían disfrutado, la autonomía. Las fuerzas israelíes se habrían redesplegado como preludio a las negociaciones sobre el estatuto definitivo. ¿La respuesta árabe? "No es suficiente".

Como resultado de los Acuerdos de Oslo de 1993, la dirección de la OLP fue invitada a regresar desde Túnez y crear una Autoridad Palestina en Cisjordania y Gaza. Sin embargo, el doble juego que Yasser Arafat adoptó no le permitió abrazar realmente esta oportunidad histórica para la reconciliación. Mientras, Hamas intensificó su campaña de terror que se cobró decenas de vidas israelíes (mucho antes de la masacre de Hebrón de Baruch Goldstein, en febrero de 1994).

Ehud Barak dos veces - en Camp David (julio de 2000) y en Taba (enero de 2001) -, ofreció a Arafat un estado palestino, acompañado de extraordinarias concesiones territoriales y políticas. ¿La respuesta árabe? "No es suficiente". 

Cuando Israel retiró unilateralmente a sus colonos y soldados de la Franja de Gaza en 2005, los árabes, una vez más, afirmaron: "No es suficiente".

En 2008, Ehud Olmert, ofreció Mahmoud Abbas el 93% de Cisjordania, además de territorio de Israel hasta completar el 100%. Abbas ni siquiera se dignó decir "No es suficiente", simplemente no hizo ningún caso.

Después, en junio de este año, Netanyahu, siguiendo los pasos de sus predecesores, aceptó de modo inequívoco un estado palestino desmilitarizado. ¿La respuesta árabe? "No es suficiente". 

Generación tras generación, década tras década, concesión tras concesión de Israel, los palestinos nunca han perdido una oportunidad de decir: "No es suficiente".

Así que ahora la pregunta es qué va a hacer América. El enviado especial George Mitchell reaccionó ahorrando su aprobación a la moratoria de Netanyahu. "No llega a una congelación total de los asentamientos, pero es más que lo que ningún gobierno israelí ha hecho nunca antes...". Para inmediatamente, apresurándose en diluir ese frío elogio, reiterar: "Los Estados Unidos no aceptan la legitimidad de la continuación de los asentamientos israelíes". 

Una reacción algo más positiva vino de parte de la secretaria de Estado Clinton, quien reconoció que "el intercambio de territorios" debe formar parte de las negociaciones sobre la base de las líneas de 1967.

Para tomar riesgos suplementarios para la paz, los israelíes deben sentirse seguros de que la administración Obama apoya totalmente una fórmula mejorada de las líneas de 1967. Washington necesita engatusar a Mahmoud Abbas para que vuelva a la mesa de negociaciones de buena fe, y debe poder extraer gestos diplomáticos de sus aliados árabes en reciprocidad a las concesiones del primer ministro israelí.

De lo contrario, el mensaje desalentador que llegará hasta los israelíes que desean un acuerdo de paz es que no importa lo que haga Israel, siempre será "poco" para la administración Obama y "nunca será suficiente" para los árabes.

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