Thursday, January 06, 2011

El genoma revela que las dos ramas de la diáspora judía partieron de Italia - ADI



El siguiente artículo, traducido por la ADI, y que fue publicado por el diario La Repubblica de Italia (06.11.2010), da cuenta de los estudios sobre cartografía genética que demuestran que las dos principales ramas genéticas de la población judía, la díaspora askhénazi y sefardí, tienen un origen común. Esta demostración refuta esas tesis últimamente tan populares (en especial en medios antisionistas) como la de Shlomo Sand, quien afirma que "la diáspora no nació de la expulsión de los judíos de Palestina (aunque esta denominación no existía cuando se produjo en buena medida), sino de las conversiones sucesivas en África del Norte, el sur de Europa y el Oriente Próximo".

La tesis ideológica de Schlomo Sand, que dice "querer socavar la piedra angular del pensamiento sionista, esa que quiere que los judíos sean los descendientes del reino de David y no los herederos de guerreros bereberes o de jinetes kázaros"(Shlomo Sand en Le Monde Diplomatique, 08/2008) ha tenido un amplio eco en la prensa. Por contra, los estudios científicos que resumimos a continuación, por lo que nosotros sabemos, no han generado ningún interés en Bélgica, y en Francia sólo han sido recogidos exclusivamente por Le Figaro (10/06/2010), en el mismo momento que La Repubblica.
Las dos principales cepas de la diáspora judía en el mundo tienen una raíz común: la Italia del Imperio Romano. El descubrimiento de este ancestro común en la península italiana es el resultado sorprendente de las investigaciones sobre el genoma de todas las poblaciones de origen judío.

Más concretamente, fue en el siglo IX d.C. cuando aparecieron en el norte de Europa los primeros nucleos de judíos ashkenazis. En el presente, la cartografía genética establece que se trata de los descendientes de una cepa de judíos expulsados previamente de Italia después de la invasión romana de Jerusalén, bajo el reinado de Tito Flavio Vespasiano (70 d.C.). Y la otra rama de la diáspora, los sefardíes, que se establecieron en la Europa mediterránea, remonta a la misma comunidad de judíos que residían en Italia.

La historia de estas dos ramas continuo por caminos muy diferentes. Exiliados de España en 1492 y de Portugal en 1497, los sefardíes se dirigieron preferentemete a Oriente Medio, bajo el dominio otomano, y también a África del Norte y Holanda. Los askenazíes, la cuna de la cultura yiddish, se asentaron en Europa central y oriental, incluida Rusia, hasta que la persecución de los judíos (pogromos) y el Holocausto nazi obligaron a muchos de ellos a huir a los EEUU o regresasar a Israel.

El alejamiento entre estas dos diásporas ha reforzado la opinión de que los asquenazíes y sefardíes tenían poco en común, sobre todo después de siglos de mezcla con las poblaciones de sus países de adopción.

Una versión extrema de esta teoría es la del historiador Schlomo Sand, autor de "La invención del pueblo judío", donde afirma que los judíos de hoy en día no tienen un origen común, sino que son una superposición de pueblos de Europa y Asia Central convertidos a la religión judía en diversas épocas.

Sin embargo, la investigación genética le desmiente totalmente. Los nuevos descubrimientos fueron obtenidos simultáneamente por dos grupos de investigación. De una parte Gil Atzmon, del Colegio de Medicina Albert Einstein y Harry Oster, de la Universidad de Nueva York, cuyo estudio fue publicado por la revista American Journal of Human Genetics. Por otro lado, Doron Behar, de la Facultad de Medicina de Haifa, y Richard Villems, de la Universidad de Estonia, que publicaron su investigación en la revista Nature. Utilizando la cartografía del genoma, los investigadores lograron recientemente fechar con precisión acontecimientos muy antiguos y seguir sus trazas y huellas en la población actual. Mientras trabajaban en las similitudes y diferencias genéticas de las comunidades en las que viven, se demostró, por ejemplo, que la primera separación entre los judíos iraníes e iraquíes se remonta a hace 2.500 años: es probable que fuera consecuencia de la destrucción del Primer Templo de Jerusalén por Nabucodonosor (587 a.C.) y el exilio en Babilonia.

Usando este método, se descubre un alto nivel de "parentesco" entre los judíos sefardíes y los ashkenazis: a pesar de los siglos de separación, la similitud genética sigue siendo elevada, uno y otro grupo tienen cerca de un 30% de ancestros europeos y casi dos tercios de ancestros del Oriente Próximo.

De hecho, según observa el New York Times, "dos judíos, aunque miembros de comunidades alejadas la una de la otra y con historias muy diferentes, están emparentados entre si como si fuesen primos de cuarto o quinto grado, una afinidad diez veces mayor que la de dos residentes de Manhattan seleccionados al azar en la calle. Italia juega un papel importante en esta historia. Esta Italia es el epicentro de las diferentes corrientes", sostiene el historiador Aron Rodriguez de la Universidad de Stanford.

Algunos indicios sobre la relación entre askenazíes y sefardíes eran conocidos desde hace bastante tiempo. Por ejemplo, en la geografía de los apellidos. Los "Morpurgo" son judíos italianos originarios de la ciudad alemana de Marburg. y el apellido Eskenazi era bastante común en el Imperio Otomano, indicando que judíos de la Europa septentrional se habían sumado a la comunidad sefardí en el Oriente Medio.
Ahora la cartografía genética añade un mayor grado de certeza: ese 30% de origen europeo que comparten en común las dos diásporas, askenazíes y sefardíes, los relacionan con el territorio italiano. El patrimonio genético de los askenazíes y sefardíes es muy similar al de los judíos italianos que, en la Alta Edad Media, se mezclaron a través de matrimonios con las poblaciones del valle del Po.

Merci a Philosémitisme y a la ADI

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