Thursday, November 29, 2007

Si es Israel no es un estado judío (En sueños y pesadillas) - Amnon Rubinstein - JPost


(La bandera más grande del mundo, desplegada esta semana
cerca del aeropuerto de Masada, y elaborada por la ciudadana
filipina Grace Galindez-Gupana, en homenaje a los más de
50 años de amistad entre ambos países
)


Si Israel no es un estado judío, no puede llamarse Israel, porque Israel es un sinónimo para el pueblo judío. Si Israel no es judío, su Declaración de Independencia debería ser anulada, porque habla del establecimiento de un estado judío llamado Israel.

Si Israel no es judío, la resolución de las Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1947, referente a la partición de Palestina en dos estados, uno judío y el otro árabe, debería ser revocada.

Si Israel no es judío, la Ley de Retorno, evidentemente, debería ser revocada, junto con la Ley Básica: Dignidad Humana y Libertad, que determina que los valores de Israel están basados en dicha ley y es un estado judío y democrático.

Si Israel no es judío, un nuevo himno nacional deberá sustituir a Hatikva. Si Israel no es judío, tampoco será católico, o budista. Será árabe musulmán, aún si el camino hacia ese resultado sea el de un estado binacional.

Si Israel no es judío, no habrá dos estados para dos pueblos. Si Israel es árabe musulmán, probablemente no será democrático.

Si a Israel le ocurren todas esas cosas, todos sus intelectuales y periodistas antisionistas serán los primeros en huir. En cambio, los judíos de los países del Oriente Medio serán abandonados. Aunque ellos escaparan ya una vez de un régimen árabe a fin de vivir en un país judío, ese mismo régimen que los humilló y oprimió anteriormente y del que huyeron, los alcanzará.

Tal guión sería una pesadilla, una que nunca ocurrirá, pero es esencial para que entendamos lo importante que es la exigencia de definir a Israel como un estado judío y democrático. Aún así, nos dicen que la existencia de una importante minoría árabe en Israel significa que Israel no puede ser definido de esa manera, porque una definición del país sin tomar en consideración esa minoría no sería democrática.

Pero cuando las Naciones Unidas declararon el establecimiento de un estado judío, los árabes constituían más del 40% de la población, y a pesar de eso, la Asamblea General de las Naciones Unidas no vio ninguna contradicción entre esta realidad y la definición de Israel como un estado democrático judío.

Los antisionistas dicen que esta realidad ha cambiado, que el mundo ha entrado en la época del post-nacionalismo. Pero hasta en esa época, la mayor parte de los países de Europa, incluso aquellos con minorías nacionales muy importantes, permanecen como estados nación.

La verdad, por supuesto, es que no hay ninguna justificación en absoluto para no reconocer a Israel como un estado judío y democrático. Nuestra Corte Suprema ha definido repetidamente las principales características judías del estado, y que son, e incluyen, lo siguiente: que la lengua hebrea es su principal idioma oficial, que el formato de los días estará de acuerdo con la tradición judía y que el estado tiene una mayoría judía.

Nos dicen que definiendo a Israel como un estado judío despertamos la sospecha de que constituye una teocracia, y qué, como máximo, Israel no es más que el estado de los judíos - como el nombre del libro de Herzl. Pero el mismo Herzl no vio ninguna diferencia entre la idea de un estado judío y la de un estado de los judíos, y permitió que el nombre de su libro fuera traducido a otras lenguas como "el estado judío". Cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió que Israel sería un estado democrático judío, seguramente no estaba pensando en una teocracia; y tampoco lo hizo David Ben-Gurion, quién redactó la Declaración de Independencia; ni tampoco lo pensaba el antiguo presidente de la Corte Suprema, Aharon Barak, que definió la esencia del estado como judío.

¿Y qué buena voluntad existe para cambiar el nombre de Israel? ¿Estarán de acuerdo alguna vez los árabes palestinos con la existencia de un "estado de los judíos" bajo cualquier nombre?

¿Si Israel como estado judío no tiene que ser judío en el sentido religioso-halajico, qué piensan entonces que es ser judío?

Ese sentido no ha variado desde los tiempos de Herzl: los judíos, al menos desde la Emancipación, son un pueblo, un pueblo único que tiene un elemento religioso muy importante y que, como otros pueblos, está fuertemente relacionado con su pasado religioso. Ese pasado es la plataforma de lanzamiento de la que proviene su identidad nacional moderna.

Israel es el estado del pueblo judío y de todas sus partes, y también debe ser el estado de todos sus ciudadanos no judíos, así como de su gran minoría musulmana, cuyos líderes niegan que ellos pertenezcan a este estado.

El estado no puede ser idéntico a sólo una parte del pueblo judío. Es la casa compartida por todos - tanto judíos como no judíos, ortodoxos, tradicionales y laicos - y no se debe discriminar entre ninguno de los elementos que lo constituyen.

Sí, todavía hay defectos en el sistema gubernamental de Israel, siendo la ausencia del matrimonio civil uno de los más serios.

La subyugación de los israelíes a los jueces y tribunales rabínicos ortodoxos está en desacuerdo con la esencia de Israel como una democracia.

Pero esa no es la razón por la que el liderazgo árabe y el presidente palestino están opuestos a la definición de Israel como un estado judío. Al contrario, ellos mismos procuran establecer una teocracia fanática y antidemocrática, a su semejanza, aquí, en lugar de Israel.

Su oposición lo es a la existencia de un estado judío democrático en cualquier parte de la región. Su sueño es nuestra pesadilla.

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