Wednesday, January 30, 2008

Antes de Winograd, Olmert ya había ganado - Yossi Dagan - Israel Hayom

Las conclusiones de la Comisión Winograd son ya, como se desea, un triunfo para el primer ministro Ehud Olmert. Aun si la Comisión lo ataca con duras palabras y acusaciones directas y personales. Aún así, en la biografía de Olmert este capítulo se inscribirá como un éxito. Cualquier conclusión o crítica que se le haga no es nada en comparación con la comisión investigadora oficial y vinculante que se habría formado en cualquier país normal, incluso respecto de funcionarios menores.

Ya en la etapa que precedió a la designación de la Comisión, Olmert consiguió, con una astucia digna de elogio, eludir las exigencias de la gente y de los combatientes que mandó a la guerra, y logró impedir el establecimiento de una comisión que pudiera acusarlo de modo formal y dentro del ámbito judicial.

Así fue como Olmert quiso nombrar en el papel de coordinador de la Comisión a Menny Ben Jaim, una persona seria. Tan seria, que en las elecciones realizadas diez meses antes coordinaba a los voluntarios del partido Kadima (sí, el de Olmert). Ese increíble intento de nominación fue frenado por el asesor letrado del gobierno Menny Mazuz.

Posteriormente Olmert intentó manipular por todos los medios la composición de la Comisión. Olmert y sus "allegados" entorpecieron el avance de su trabajo de investigación y la publicación de sus conclusiones por medio de oportunas apelaciones judiciales y de cutres manipulaciones mediáticas, y el premier decretó de antemano que – sin importar cuáles sean los resultados de la investigación realizada por la Comisión – no piensa renunciar a su cargo.

Una fuente cercana a Olmert dijo la semana pasada que, "si los oficiales del Tsahal que le exigen que asuma su responsabilidad se hubiesen esforzado en la guerra como lo hacen ahora contra Olmert, nuestra situación en la guerra habría sido mejor". Parafraseando esta espantosa cita podríamos decir que si Olmert se hubiese esforzado tanto para ganar la guerra como lo hace ahora en todo lo relacionado con la Comisión Winograd y con su propia supervivencia política, el Tsahal habría logrado una victoria por KO en pocos días.

Dado que el primer ministro decidió cómo estaría conformada la Comisión y el gobierno a su cargo delimitó su margen de autoridad y sus funciones, la mencionada Comisión no ha investigado ningún tema en profundidad y, al parecer, sus conclusiones serán parciales, de modo acorde a esta situación, y se concentrarán en una evaluación detallada, técnica, de los días de la guerra.

La Comisión arremeterá contra algunos oficiales, quizás también contra algunos políticos, pero no llegará a la raíz de los problemas. Sus conclusiones, incluso si se ponen en práctica, provocarán la adquisición de más municiones, la modernización de los chalecos antibalas y la intensificación de algunos ejercicios para que los soldados reservistas bajen de peso antes del próximo desafío. Lamentablemente, la autoridad que tiene esta comisión la condenó a ser una aspirina para la lucha contra un cáncer.

La Comisión no investigará cuál fue la contribución de la errónea política de los sucesivos gobiernos de Israel, consistente en huir del terrorismo lanzando amenazas verbales sobre el trágico destino que tendría la otra parte si nos atacaban dentro nuestras propias fronteras después de la retirada. En efecto, la retirada del Líbano, que fuera interpretada (y con razón) como una derrota-huida humillante por los árabes, nos trajo como resultado la guerra que aquí hemos llamado la intifada de Al Aqsa. La evacuación de los asentamientos de Gush Katif y del norte de Samaria, que fue vista (también con toda razón) como una nueva huida y una nueva derrota, nos trajo la Segunda Guerra del Líbano.

Pero sobre todo esto el juez Winograd seguramente no escribirá. El juez Winograd no investigará el lavado de cerebro pseudo psicológico sin precedentes que supuso esa denominada "preparación psicológica" que castró al ejército física y psicologícamente durante el año que precedió a la Desconexión. Tampoco investigará las "marchas triunfales" efectuadas por el entonces Comandante en Jefe de Tsahal, Dan Halutz, durante el año que siguió a la Desconexión.

Todo eso no será investigado por la Comisión Winograd. En estos temas la Comisión no presentará ninguna conclusión personal. El principal investigado se preocupó hace tiempo de cercenar la autoridad e independencia de la Comisión. Las conclusiones que el juez Winograd no redactará están hace tiempo escritas en la historia. Lo único que falta aquí es el niño de los cuentos de Andersen que diga ante todos "El Rey está desnudo", para que finalmente se lean en voz alta.

(Artículo extraído de la sección de Opinión y Análisis de Povesham)

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