Tuesday, April 29, 2008

Golán II - Ya hay paz con Siria – Guy Bechor - Ynet

No hay mucha diferencia entre la paz que tenemos hoy en día con Siria y la que tenemos con Egipto, salvo por el tratado firmado con este país, que ya nadie recuerda qué dice exactamente. Si bien es cierto que Bashar Assad nunca estuvo en Jerusalem, ¿cuándo nos visitó Hosni Mubarak en su condición de presidente? Sólo una vez, en ocasión del sepelio del asesinado primer ministro Itzjak Rabin, cuando los norteamericanos lo obligaron.

Más aun: nuestra frontera con Siria es más tranquila y estable, allí no pasa nada desde hace por lo menos diez años, a diferencia de la “Frontera de la Paz” con Egipto, donde en todo momento hay infiltraciones en territorio israelí, terroristas y otros problemas.

En comparación con la frontera entre Siria y Jordania o entre Siria e Irak, la frontera de Siria con Israel es una maravilla, tranquila y segura.

Siria ha perdido su lugar central en el mundo árabe, cuya mayoría la boicoteó en la última Cumbre Árabe realizada en Damasco. Siria hoy en día es un país aislado, que no tiene legitimación y un acuerdo de paz con Israel sólo le traerá más aislamiento y profundizará la deslegitimización de sus dirigentes. Un acuerdo de paz con Israel transformará automáticamente a Irán en el peor enemigo de Siria, un enemigo peligroso, que domina Irak y el Líbano, ambos vecinos de Siria. Siria perdió al Líbano y por ello un acuerdo de paz con un país no significa también la paz con el otro. Al contrario, habrá factores libaneses que harán todo lo posible para dañar una eventual paz entre Israel y Siria.

En las Alturas del Golán existe una clara separación entre las fuerzas de Tsahal y del ejército sirio, entre las cuales hay efectivos de la ONU. Cada uno sabe cuál es su lugar y existe un sistema de alarma israelí más que eficaz. Este sistema también deberá ser fuerte y eficiente en el futuro. Tanto el primer ministro Olmert como el presidente sirio han construido en los últimos meses un sistema de señales, mensajes, declaraciones y aclaraciones por temor a los malos entendidos. El frente sirio volvió a ser estable tras una etapa de intranquilidad posterior a la Guerra del Líbano. ¿Qué más se puede pedir?

Y no menos importante: contrariamente al viejo modelo de paz con los países árabes, Israel en este caso sigue manteniendo en su poder el territorio en cuestión, o sea las Alturas del Golán. Este es el único caso de “paz” entre nosotros y nuestros vecinos en el cual nosotros tenemos tanto el territorio como la estabilidad. Desde nuestro punto de vista es un modelo mucho mejor que el jordano o el egipcio.

Paradójicamente, el único sostén del gobierno sirio es en estos momentos Israel. A diferencia del odio que le tienen en el Líbano, en Jordania y en Turquía, la tranquilidad con Israel es un interés primordial para el país. ¿Cuándo comprenderemos que la paz que nosotros deseamos con Siria constituye una amenaza para el régimen sirio? Así como los atemorizamos con la guerra, también lo hacemos inconscientemente con nuestro deseo de paz. Ese fantasma de la paz amenaza con destruir al régimen de Assad.

Pero nuestra prensa nos sigue idiotizando con ese mismo reflejo condicionado desde hace decenas de años, y la sensación generalizada es que la felicidad total está al alcance de la mano. Con sólo ceder las Alturas del Golán, el paraíso del Oriente Medio se abrirá ante nosotros. Las Alturas del Golán dan forma hoy en día a la Galilea y a todo el norte de Israel de una manera existencial. Si cometemos ese error y evacuamos el Golán, ¿cuál será nuestro destino?

Se acabará la paz, se terminarán la estabilidad y la tranquilidad, sobre todo porque los sirios inmediatamente asentarán en las Alturas del Golán a millones de sus ciudadanos, exactamente como lo hicieron en el Líbano, con opción a algún “movimiento de resistencia”, como lo es allí Hezbollah. ¿Y qué sucederá si el régimen de la minoría en el poder en Siria cae y es reemplazado por una república islámica radical que se nos meta en lo profundo de nuestra Galilea?

En lugar de lamentarnos y preguntarnos por qué no tenemos paz con Siria, debemos entender que ya hemos alcanzado la paz con Siria, e incluso una situación aun mejor.

(Extraído de Povesham)

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