Monday, July 21, 2008

Estos son los resultados de esa guerra - Ari Shavit - Haaretz

Estos son los resultados de la guerra de Israel contra Hezboláh hasta la fecha. Hezboláh ha conseguido llevar a casa a un asesino, e Israel ha devuelto a la suya a dos soldados muertos, para cuya devolución se sacrificaron a otros 160 soldados y civiles.

Hezboláh celebra una victoria simbólica, e Israel está en crisis ideológica.

Hezbolá ha obtenido casi por completo el control político sobre el Líbano, Israel se regodea en un irrevocable caos político.

Hezboláh ha conseguido armarse con 40.000 cohetes que amenazan a la mayor parte del territorio de Israel, mientras que Israel no tiene respuesta para ellos.

Hezboláh ha multiplicado por cuatro o cincos veces su capacidad de fuego, mientras Israel permanece débilmente en silencio.

Hezboláh duplica su lucha contra el alineamiento y crea numerosos puestos avanzados en el norte y al sur del río Litani, lo que obligará a Israel a conquistar la mitad de Líbano en el próximo enfrentamiento, mientras que Israel sigue paralizado en la confusión.

Consciente de su sensación de poder, Hezboláh está exigiendo la zona de las Granjas de Shaba, mientras que un Israel tartamudeante encara el camino hacia su próxima retirada.

Dos años después de que una efímera milicia provocara a una superpotencia regional, la milicia es cada vez más fuerte que nunca, y la superpotencia regional se halla sumida en un estado de agitación, degeneración y de nebuloso estupor.

Estos son los resultados de la guerra de Israel contra Hamas hasta la fecha. Hamas celebra el secuestro de un soldado israelí a pocos metros de las tropas del IDF, y está exigiendo que Israel se ponga de rodillas para su puesta en libertad.

Hamas impone a Israel una tregua que la fortalece estratégicamente, a sabiendas de que el liderazgo de Israel carece de capacidad moral para enfrentarse a ella directamente.

Hamas se arma con misiles antiaéreos y antitanque, y con bombas que matarán a cientos de personas en un futuro enfrentamiento con el IDF. Hamas está construyendo variantes de cohetes que pronto amenazarán Ashdod, Kiriat Gat, vitales y sensibles bases aéreas y estratégicas.

El poder político de Hamas se ha incrementado con su fuerza militar. Su probada capacidad para hacer frente a Israel y para disolver el cerco en Gaza, la ha convertido gradualmente en un poder legítimo que los palestinos “moderados” tendrán que aceptar y respetar su autoridad. Dos años y medio después de que una fanática organización terrorista provocara a una superpotencia regional, la organización está cada vez más fuerte, mientras que la superpotencia tropieza entre tácticas y estrategias que la llevan de derrota en derrota, de la sartén al fuego.

Estos son los resultados de la guerra de Israel contra el programa nuclear de Irán hasta ahora. Irán está avanzando hacia la bomba paso a paso, mientras que Israel está siendo empujado a una esquina. Por supuesto, Irán se enfrenta a algunos problemas tecnológicos, accidentales o no. Por supuesto, Israel está haciendo todo lo posible para retrasar la nuclearización de Irán. Por supuesto, las potencias occidentales entienden ahora el significado completo de la amenaza iraní.

Sin embargo, Israel no ha logrado convertir la comprensión de Occidente en una determinación a toda costa en poner fin a la amenaza nuclear que representa Irán. Israel fracasó en su intento de iniciar una acción internacional de emergencia para imponer inmediatamente sanciones draconianas a Irán. La posibilidad de poner fin a Irán por vías diplomáticas es cada vez menor. La posibilidad de que Estados Unidos realice un ataque militar contra Irán está disminuyendo.

Dentro de poco tiempo el país tendrá que elegir entre dos malas opciones: aceptar al Irán nuclear, o montar una operación. Tres años después de la elección de un presidente iraní loco que preconiza públicamente día y noche la destrucción de Israel, Israel no ha logrado aislarle, al igual que no pudo hacerlo con Hassan Nasrallah y Ismail Haniyeh. Una calma intranquila, que no es definitiva o inequívoca, puede ser peor que las otras dos opciones.

Estos son los resultados del combate de Israel por la paz hasta el momento. El frente palestino moderado está realizando un heroico esfuerzo de último minuto para producir un documento. El equipo de Oslo está de vuelta y en acción. Se está tratando de obtener las firmas de dos dudosos líderes en un papel irresponsable. Si el documento no se firma, traerá desastres para la Autoridad Palestina. De un modo u otro, se trata de un movimiento temerario, que pone en peligro la solución de dos estados en lugar de promoverla y avanzarla.

Sin embargo, mientras Israel se mueve en la vía palestina y sigue siendo posible el fracaso, los movimientos en la vía siria ya han fracasado. Israel está proporcionando a Bashar Assad, que continúa armando a Hezboláh, una legitimidad internacional (como lo hizo en la conferencia de París de esta semana) sin obtener nada a cambio. El necesario pasar a hablar con los sirios se está llevando a cabo de una forma increíblemente incompetente y torpe. Dos años después de la Segunda Guerra del Líbano, los sirios y sus aliados han logrado superar sus estrecheces y las maniobras de sus rivales, mientras que Israel permanece en una posición de debilidad evidente.

En dos años y medio del gobierno de Olmert Israel ha fracasado en cuatro campañas diferentes. Ninguno de estos fracasos fue necesario. Básicamente, Israel ha sido y sigue siendo un país muy poderoso. Sin embargo, cuando un gobierno estúpido lleva a cabo una política de imbéciles en todos los ámbitos, el resultado es un fracaso rotundo. Este fracaso podría convertirse en una amenaza real. No, no constituye aún una amenaza para nuestra supervivencia, pero sin duda lo es de carácter estratégico.

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