Tuesday, August 26, 2008

Abandonando a Guilad - Shlomo Angel - Ynet.

Querido Guilad, Shalom:

Lamentablemente es muy difícil ver un rayo de luz y de esperanza para poner fin a los años de tu cautiverio a manos de Hamás, en duras condiciones de aislamiento e incertidumbre. Esto se debe al negligente e irresponsable manejo del gobierno de Israel, que ha tomado últimamente una serie de decisiones relacionadas directamente con tu suerte y tu futuro, ignorándote de un modo que ofende y asusta.

Hace apenas algunos días, el gobierno decidió fortalecer a Abu Mazen, y liberar sin razón justificada a unos 198 terroristas, dos de ellos asesinos, y decenas de terroristas "importantes" que no lograron asesinar. Acerca de esta lógica torcida, que ve en execrables asesinos un medio para fortalecer a un régimen que debiera hacer la paz con nosotros, huelgan las palabras. No obstante, la estúpida decisión de romper el tabú según el cual no se liberan asesinos con sangre en las manos, aun sin que medien presiones, tiene una influencia decisiva sobre tú futuro y las posibilidades de tu liberación.

Como se sabe, Hamás ha exigido a cambio tuyo la liberación de terroristas que han asesinado a decenas y a cientos de israelíes. Sin embargo, ahora queda claro que el precio ha aumentado. Luego de una liberación tan sencilla de asesinos, destinada a fortalecer a Fatah y debilitar a Hamás, está claro que ahora Hamás redoblará sus esfuerzos por demostrar que es más fuerte que Fatah y que, por lo tanto, aumentará en gran forma la retribución a exigir a cambio tuyo: más asesinos "cualitativos", una nueva humillación del estado de Israel durante las negociaciones e intercambio de prisioneros, así como más poder que acumulará la organización a tus expensas. Esas son las reglas de cualquier mercado en el mundo, y por supuesto lo son en el sangriento bazar del Oriente Medio.

Lamentablemente, el intercambio de los cadáveres de los caídos, Eldad Réguev y Ehud Goldwasser, a cambio de un terrorista "cualitativo" como Samir Kuntar, también actuó en tú contra, y aumentó el precio por tu liberación en la bolsa sangrienta de nuestra cruel región. Olmert, Livni y Barak sabían casi con total certeza, desde el primer momento del secuestro en el norte, que los cautivos no estaban con vida, pero ocultaron esta información a los ojos de la gente.

La absoluta mayoría de los periodistas israelíes, que se enrolan con entusiasmo en pos de cualquier objetivo que debilite al estado de Israel, también mantuvieron el pacto de silencio en torno a este tema clave, y reclamaron sin cesar el regreso de los muchachos, hasta que volvieron, como era previsible, dentro de sus féretros.

Este gobierno, el de los golpes de efecto y los fracasos, aceptó sin pestañear la violación de otro principio sionista, moral y elementalmente humano, de que no se intercambian cadáveres por asesinos, mucho menos por un asesino de niños como Kuntar. En el momento de implementarse el trato, el precio por tu liberación aumentó en decenas de puntos.

Lo mismo vale para los dos asesinos jordanos que el gobierno de Israel liberó hace cerca de un año como gesto de buena voluntad con el rey de Jordania, quien "prometió" que los encerraría en una cárcel de ese país. Éstos fueron liberados de su prisión sin que mediara siquiera una disculpa jordana ni una protesta israelí, con lo cual nuevamente se encareció tu liberación.

Por supuesto, te estarás preguntando sobre la ceguera y estupidez de dichas decisiones, acompañadas de un total desentendimiento de ti. En efecto, no es fácil explicarlas. Se puede interpretar, de modo superficial, que el gobierno de Israel está tan desesperado que, con tal de mostrar algún logro, aunque sea a corto plazo, está dispuesto a pagar casi cualquier precio. Incluso si con ello arriesga tu liberación y afecta el futuro mismo del país. Pero esta explicación no alcanza, pues se trata de un problema mucho más profundo.

Este gobierno, como la mayoría de los gobiernos de Israel desde los Acuerdos de Oslo, carece de toda dimensión moral y, por lo tanto, también de líneas rojas. Los Acuerdos de Oslo han convertido, de la noche a la mañana, al enemigo en amigo, al archi-asesino Arafat en un pacifista y a la sagrada Jerusalem en un bien inmobiliario superfluo. Con el paso de los años, los principios más básicos y sacrosantos fueron pisoteados bajo los criterios del beneficio inmediato y los jugosos titulares en el periódico del día siguiente.

Incluso el último principio sagrado del no reconocimiento del derecho al retorno fue flexibilizado últimamente en la alocada carrera de Olmert hacia un acuerdo marco con los palestinos. El único principio que queda es que no hay ningún principio sagrado, y por eso, también los principios sagrados de ayer ya no importan hoy.

Por otro lado, quizás precisamente en ello resida tu gran esperanza. En efecto, Hamas ha aumentado y todavía volverá a aumentar el precio de tu liberación. Pero un gobierno débil y carente de columna vertebral, quizás no quiera seguir oponiéndose a un trato que te permita volver a casa, y por eso aceptará pagar, al final, el astronómico precio que exijan por ti.

Que no decaiga tu ánimo. Resiste, pues, al parecer, no hay precio que el gobierno de Israel no esté dispuesto finalmente a pagar.

(Fuente: Povesham)

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