Sunday, September 28, 2008

Sternhell, el israelí - Ari Shavit - Haaretz



Zeev Sternhell nació hace 73 años en Polonia. Cuando tenía 5 años, poco después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, perdió a su padre. Cuando tenía 7 años de edad, perdió a su madre y a su hermana. Sternhell fue cazado de niño en un gueto, y después de haberse escapado de él, sobrevivió al Holocausto con valentía e ingenio, obligado a ocultarse, e incluso a cambiar su identidad.

Inmediatamente después de la guerra, llegó solo a Francia, donde conoció el espíritu de la Ilustración que le cautivó para siempre. Sin embargo, el adolescente de 15 años de edad decidió abandonar Francia y emigrar él solo a Israel. Lo hizo porque consideraba que el establecimiento del estado de Israel era un milagro. Y Zeev Sternhell quería formar parte de ese milagro.

Si Israel tuviera que presentar un escrito de defensa ante el tribunal de la historia, la propia historia de la vida de Zeev Sternhell diría todo lo que hay que decir. Sternhell nunca ha explotado su pasado y nunca ha solicitado concesiones. Sin embargo, su propio pasado es lo mejor que tiene el ser israelí. Es la biografía de un oficial combatiente altamente motivado que dio paso a un historiador de renombre internacional, especializado en las fuentes del fascismo. Es la biografía de un patriota israelí, que ha luchado sin descanso contra la ocupación israelí. La biografía de un sionista que ha tratado de curar las aflicciones de una sociedad muy enferma que nació gracias al sionismo.

En las primeras horas de la mañana de ayer, la hez de la sociedad israelí colocó un artefacto explosivo en la entrada de la casa de Sternhell. Una mano malvada surgió desde las alcantarillas de la oscuridad. Nuevos sicarios, al igual que esos extremistas judíos del período del Segunda Templo, trataron de levantar la mano contra uno de los ciudadanos más nobles y más éticos de Israel. Terroristas judíos intentaron utilizar explosivos para silenciar a una de las voces fuertes de la democracia israelí.

El dispositivo era pequeño, pero el horror es enorme. Veinticinco años después de que arrojaran una granada de mano contra Emil Grunzweig, durante una manifestación de Paz Ahora, la derecha lunática ha regresado. Trece años después de que dispararan sobre la espalda del primer ministro Yitzhak Rabin, el fascismo israelí ha golpeado nuevamente.

Estos lunáticos, muy conscientes de que han perdido la batalla por el Gran Israel, una vez más han cometido un acto desesperado de vandalismo. Estos fanáticos, que también saben que han perdido la batalla por el corazón del pueblo judío, cometen ahora un acto flagrante de terror contra el espíritu de la Ilustración que Sternhell siempre ha encarnado.

La posible ironía del suceso no tiene nada de bueno. Un hombre cuyo hogar fue destruido por el fascismo europeo ve atacada ahora la entrada de su domicilio de Israel por el fascismo israelí. Un historiador que dedicó su vida al estudio de los fundamentos del fascismo fue atacado en medio de la noche por la fuerza oscura del fascismo moderno. Un israelí cuyo amor por Israel no tiene límites fue atacado por unos israelíes sin límites. Unos verdaderos traidores a la empresa israelí trataron de asesinar a uno de sus representantes más auténticos. El ataque fue de aficionados y estúpido, pero no fue una coincidencia.

Sternhell se ha caracterizado por decir la verdad de estos violentos post-sionistas de las colinas. Él les dijo que no representaban al sionismo, sino a una mutación del sionismo. Les dijo que no encarnaban la realidad israelí, sino la brutalización de lo israelí.

No hay que generalizar. Toda la derecha no es responsable. La derecha tiene muchos matices, y la mayor parte de ellos son totalmente legítimos. Sin embargo, la vertiente ilegítima de la derecha es un problema nacional de primer orden. Incluso un pequeño campamento de rebeldes en un reino puede destruir ese reino.

La conclusión es clara. El gobierno tiene la obligación de actuar de inmediato y resueltamente con el fin de secar los pantanos donde se desarrolla el terrorismo judío. La reproducción en Jerusalém de las pautas de comportamiento que caracterizan a la colonia extremista de Yitzhar demuestra que ya no podemos esperar más.

Israel debe marginar a los elementos marginales. Hay margen en la ley contra la delincuencia. Es preciso volver al nacionalismo anti-fascista del gran luchador contra el fascismo. Se debe demostrar que deseamos el Israel de Sternhell, no el de Yitzhar.

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