Wednesday, October 29, 2008

Una historia hasídica


Hitbodadut (meditación solitaria) en Safed ©Yaacov Kaszemacher

Cuando el gran Rabí Israel Baal-Shem-Tov veía que se anunciaba una desgracia para el pueblo judío, tenía por costumbre ir a recogerse a cierto lugar del bosque; allí, encendía un fuego, meditaba y rezaba cierta oración, y se cumplía el milagro; la desgracia era así conjurada.

Cuando una generación más tarde, su discípulo, el célebre Maguid de Mezeritch, debía intervenir ante el cielo por las mismas razones, iba al mismo lugar del bosque y decía: "Señor del Universo, escúchame. Ya no podemos encender el fuego, pero aún podemos recitar la plegaria". Y el milagro se cumplía.

Nuevamente, una generación después, el Rabí Moshe-Leib de Sassov, para salvar a su pueblo, tuvo que realizar la misma tarea. También fue al bosque y dijo: "Ya no podemos encender el fuego, ni conocemos las meditaciones secretas que se corresponden con la plegaria, pero sí conocemos donde está ese lugar del bosque donde todo esto acontece, y eso ha de ser suficiente". Y era suficiente.

Pero cuando pasada otra generación, le llego el turno al Rabí Israel de Rizhin de apartar la amenaza y realizar la tarea, se sentó en su sillón con la cabeza entre sus manos y le habló al Señor: "No podemos encender el fuego, no podemos pronunciar la plegaria y ni siquiera podemos encontrar el lugar en el bosque. Todo lo que podemos hacer es contar esta historia acerca de cómo se hacia todo eso. Esto debería ser suficiente". Y lo era.

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1 Comments:

Blogger Iojanan said...

Poesía....

12:31 PM  

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