Sunday, May 24, 2009

Después de los grandes sueños (Amos Oz, en los 70, sobre el futuro de Israel) - Bob Goldfarb - Forward



Amos Oz celebró la semana pasada su 70 cumpleaños en vísperas de la publicación americana de su última novela, "Rimando vida y muerte", y de una nueva recopilación de relatos en hebreo. Bob Goldfarb habló recientemente con Amos Oz en la casa del autor en el desierto, en la ciudad de Arad, sobre sus pronósticos sobre Israel, sobre el estado judío actual, sobre los cruzados contemporáneos y de cómo ha sido recibida su novela en el mundo árabe.

- Bob Goldfarb: Usted ha sido un observador de la vida de Israel durante toda la historia del estado.

- Amos Oz: He vivido la edad de los grandes sueños, y la mañana del día siguiente, y tras ella, la del día posterior. A diferencia de otros países, Israel no nació a partir de una evolución histórica de su población. Nació de un sueño. Esa es la razón por la que está destinado a ser una decepción. Pero esto no se debe a la naturaleza de Israel, sino a la naturaleza de los sueños. La única manera de mantener un sueño intacto y perfecto, de color de rosa, es no vivirlo nunca. En el momento en que se cumple un sueño hay un cierto aire de decepción al respecto. Esto sucede al plantar un jardín, al viajar al extranjero, al vivir una fantasía sexual, o al escribir una novela.

- Bob Goldfarb: Usted ha hablado de una "ética kitsch", de ese sentimiento de que "las instituciones funcionan a nivel mundial buscando siniestramente su propio beneficio, y en donde la gente siempre es inocente, las minorías nunca son culpables y las víctimas, por definición, son moralmente puras". ¿Quizás fue una sorpresa para algunos de sus aliados de la izquierda?

- Amos Oz: Probablemente les enfureció. Hay un kitsch de derechas, pero el tipo de kitsch del que hablé en la ceremonia de recepción del Premio Goethe [en el 2005] es más común en la izquierda. La simple idea de que las personas son buenas por naturaleza, de que sólo las autoridades son corruptas y malas, es un concepto kitsch.

- Bob Goldfarb: En 1978 publicó su novela "Cruzada", la cual trata de esos cruzados que buscaban una Jerusalém que resultaba ser un espejismo sobrenatural. ¿Hay cruzados de ese estilo hoy en día?

- Amos Oz: Ciertamente, sí. "Cruzada" trata sobre el fanatismo y sobre los fanáticos. Trataba de la autodestrucción que conlleva el fanatismo, de la locura del fanatismo. Y sí, hay muchos fanáticos entre nosotros. Es esa necesidad de cambiar el mundo para salvar al mundo.

- Bob Goldfarb: En esa novela, el judío es a los ojos de los cruzados una presencia fundamentalmente maligna.

- Amos Oz: Los cruzados trataban a los judíos como símbolos del mal, del Anticristo. Para muchas generaciones de cristianos, el judío estaba allí, en el sótano o en el ático, para repeler, manipular y hostigar, nunca como un individuo, siempre como una facción de un símbolo.

Piense en la mente de un niño al que se le enseña desde muy temprano que hay unas personas que mataron a Dios. Ahora bien, no todo el mundo puede matar a Dios. Tiene que ser alguien especialmente astuto y dotado y, en particular, maligno, para así poder conseguir matar a Dios. Esto ha formado parte de la estructura de la psique de los cristianos durante muchas generaciones. "Cruzada" trata también acerca de ese profundo y sombrío componente de la psique cristiana.

- Bob Goldfarb: ¿Es similar a la crítica de Israel?

- Amos Oz: ¡Oh, no! Criticar a Israel por sus políticas es perfectamente legítimo. Esta crítica se convierte en ilegítima cuando no se basa en lo que los judíos hacen, sino sobre lo que los judíos son. Cuando se desliza hacia la naturaleza de los judíos se trata de antisemitismo... Yo escucho muy a menudo a los intelectuales europeos decir más o menos lo siguiente: "Ustedes, los judíos, que han sufrido tanto, que han pasado por los campos de la muerte, que tanto han padecido la persecución y la opresión… ¿Cómo pueden ser violentos después de esa experiencia?". Es la hipótesis subconsciente de toda esta gente de que todo el que sufre tiene que convertirse en una especie de Jesucristo, en un santo. Por supuesto, a nadie le gustan los santos, y muy pocas personas creen realmente en los santos.

- Bob Goldfarb: Usted escribió hace 40 años que un judío es alguien que se asocia con el destino del pueblo judío.

- Amos Oz: Mi simple respuesta a la compleja cuestión de "¿Quién es un Judío?" es que cualquier ser humano que esté lo suficientemente loco para llamarse a sí mismo judío es un judío.

- Bob Goldfarb: Algunas de sus obras han sido traducidas al árabe. ¿Qué tipo de reacción ha percibido en el mundo árabe?

- Amos Oz: Cuando "Mi Michel" fue publicado en Egipto, en tiempos mucho mejores, hubo algunas denuncias en la prensa egipcia argumentando que no debería haberse traducido al árabe y publicado en Egipto, ya que se presenta a un Israel lleno de seres humanos normales, corrompiendo así el espíritu de la población egipcia. Pero eso también indica que el libro ha tenido cierto impacto.

Ahora mismo, "Un cuento de amor y oscuridad" se está traduciendo al árabe. Y de todas las 27 traducciones de este libro, es la traducción al árabe la que cuenta más para mí. Y espero que sea ampliamente leído por los árabes dentro y fuera de Israel. La traducción está financiada por una familia árabe palestina, la familia Khoury, una familia árabe cristiana. Su hijo George estaba haciendo jogging en Jerusalén hace tres años y fue asesinado de un disparo en la cabeza por unos terroristas palestinos que le confundieron con un judío. Su familia decidió financiar la traducción como una conmemoración de George Khoury.

Fuente: Forward

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