Monday, July 20, 2009

El Plan de paz de Israel marca una nueva era en la historia del país y del conflicto israelí-palestino - Barry Rubin - JPost

Este podría ser el más importante artículo que haya escrito este año. Israel ha entrado en una nueva era de pensamiento y de políticas en la que las viejas categorías de izquierda o derecha, palomas o halcones, resultan irrelevantes en virtud de un gobierno de unidad nacional que reúna a los dos grandes partidos en el gobierno.

¿Cómo se plantea este nuevo paradigma?

Entre 1948 y 1992, el consenso israelí entendía que la OLP y la mayoría de los estados árabes querían destruir a Israel. Cuando llegue el día, si llega, de que estén dispuestos a negociar en serio, veremos a ver qué pasa.

Luego vino el acuerdo de Oslo y un enorme cambio. La visión del gobierno era que tal vez los palestinos y los Estados árabes habían asumido que el costo de su intransigencia resultaba excesivo, lo que volvía posible la paz. La izquierda pensó que se podría llegar a un verdadero acuerdo de paz, la derecha pensó que era otro truco más que conducía a otra etapa en el conflicto que nos dirigía hacia unos términos menos favorables para Israel. Pero ambos esperaban que un acuerdo pudiera llegar a materializarse.

El año 2000, el fracaso de Camp David, el rechazo por parte de Siria y de los palestinos de generosas ofertas y la Segunda Intifada, destruyeron las ilusiones en Israel.

Desde entonces, Israel ha buscado a tientas un nuevo paradigma. El Primer Ministro Ariel Sharon ofreció el unilateralismo, el Primer Ministro Ehud Olmert y la Ministra de Asuntos Exteriores Tsipi Livni ofrecieron constantemente más a cambio de nada. Pero lo más que consiguieron fue que la reputación internacional de Israel sufriera un mayor desgaste.

Ahora, un nuevo enfoque ha surgido finalmente capaz de revertir esta situación. Se resume en esto: Israel quiere la paz, pero no duda en expresar no sólo lo que quiere y necesita, sino también lo que se necesita para crear una más estable y mejor situación. Para asegurarse de que la violencia y la inestabilidad cesa realmente se requiere:

- El reconocimiento de Israel como un estado judío. Sin este paso, las secuelas de cualquier acuerdo de "paz" se sumarían a las décadas de esfuerzo árabe para destruir a Israel, fuera cual fuera su denominación temporal.

- Una absoluta claridad a la hora de contemplar que un acuerdo de paz supondría la finalización del conflicto y de todo tipo de reclamaciones sobre Israel. En caso contrario, los dirigentes palestinos y la mayor parte del mundo árabe contemplarían cualquier acuerdo de "paz" como una licencia para comenzar una nueva etapa en la batalla [contra Israel], esta vez utilizando a Palestina como base para nuevos ataques y demandas.

- Unas fuertes medidas de seguridad y unas garantías internacionales serias [de dar como finalizado el conflicto]. No cabe duda, estas medidas se pondrán a prueba con los ataques transfronterizos desde Palestina.

- Un Estado palestino "no militarizado" (una mejor descripción que "desmilitarizado"), con las ya grandes fuerzas de seguridad que ahora poseen: suficientes para la seguridad interna y la legítima defensa, pero no para la agresión.

- Reasentamiento de los refugiados palestinos en Palestina. La demanda de un "derecho de retorno" es sólo una justificación para borrar a Israel del mapa a través de la subversión interna y de la guerra civil.

Si se acepta lo que Israel requiere - y lo que requiere el éxito de un acuerdo de paz - se aceptaría una solución de dos Estados, un Estado palestino árabe y musulmán (tal como proclama la propia definición de la Autoridad Palestina) junto a un Estado judío, conviviendo ambos en paz.

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