El antisemitismo, en Francia, solo lo sufren las "élites" judías. El populacho judío no tiene derecho a quejarse
Hace unos días publiqué un post sobre un miembro de la élite judía francesa, por ello mismo muy contemporizador con el espíritu de los tiempos (antisemitismo, antisionismo y anti-Israel) y preocupado exclusivamente por sus propias experiencias, y que entrevistado por el Haaretz sobre el antisemitismo en Francia, negaba terminantemente su existencia y lo achacaba a la propaganda israelí y a sus paniaguados franceses.
Pues bien, este "escéptico" sobre la existencia de un antisemitismo ajeno, es decir, el de los suburbios, metros y calles francesas que no transita el coche oficial de un miembro ilustre de la élite judía francesa, grita ahora con todas sus fuerzas "antisemitismo".
Dos web, Causeur, por medio de la pluma afilada de Luc Rosenzweig, y L'Express, dan cuenta del asunto, el cual resulta muy útil para comprender a este tipo de élite judía a la que le molesta especialmente las denuncias de antisemitismo por llamar la atención sobre un tema especialmente sensible (por afectar a la emigración magrebí y subsahariana, en el papel de "víctimas del sistema", las cuales por definición políticamente correcta no pueden ser ni racistas ni crear otras víctimas a su vez), y que de alguna manera les involucra al formar parta de la élite dirigente y ser reconocidos como judíos (no me atrevo a afirmar por "formar parte de la comunidad judía"), aunque ellos por su posición, nivel social y forma de vida no llegan a sufrirlo.
Bueno, hasta que les toca, claro, ya que entonces son los primeros en tocar a arrebato.
Todo esto recuerda el malestar señalado por Hannah Arendt en los llamados "judíos de cámara o corte", los cuales fueron aceptados por la buena sociedad de su época por su talento y a pesar de sus orígenes (muchos de ellos se convirtieron), y que rechazaron la embarazosa proximidad del resto de sus hermanos judíos porque "podía comprometer de alguna manera el estatus social adquirido", al sacar nuevamente a la luz ante sus distinguidas amistades unos orígenes que no podían eliminar.
Las palinodias de Jacques Attali - Causeur - Luc Rosenzweig
Jacques Attali es un hombre constantemente enojado. La semana pasada, reprendió a un reportero del Haaretz que quería hablar sobre el antisemitismo en Francia, alegando que era totalmente inexistente en su opinión. Este lunes, 9 de noviembre, fustiga a su ex colega en el Elíseo, el diputado socialista Jean Louis Bianco, que lo acusa de ser reacio a la reunificación alemana a causa de su origen judío. "Obviamente eso es antisemitismo", fulmina Attali. Deberíamos saberlo.
Jacques Attali acuca a Jean-Louis Bianco de antisemismo - L'Express
Con ocasión del vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, Jean-Louis Bianco, secretario general del Elíseo en noviembre de 1989, habló sobre dicho tema en las columnas del Journal del Dimanche. Y especialmente sobre el papel que habían desempeñado Roland Dumas, entonces ministro de Asuntos Exteriores, y Jacques Attali, consejero especial del Presidente, en la reacción sin entusiasmo de François Mitterrand ante la idea de la reunificación alemana.
¿El argumento de Jean-Louis Bianco? Contrariamente a él, y finalmente al propio François Mitterrand, Roland Dumas y Jacques Attali sentían "un cierto miedo de los alemanes", el primero debido al pasado en la Resistencia de su padre, y el segundo porque era "judío", este último intentando además que Mitterrand tomara en cuenta sus propias preocupaciones. Pero sin éxito.
Jacques Attali ve en estas observaciones una forma de "antisemitismo inconsciente", y solicita al Partido Socialista, el partido de Jean-Louis Bianco, de no dejarlas sin contestación. "Si esa observación hubiera sido pronunciada por Le Pen, acusando a un colaborador del presidente de la República de parcialidad por su origen, sería un escándalo", se indigna Attali.
Contactado por L'Express, Jean-Louis Bianco reconoció que "había escrito en el Journal del Dimanche que Roland Dumas, porque su padre había sido fusilado por los nazis, y Jacques Attali, porque era judío, tenían una sensibilidad especial respecto a Alemania". Sin embargo, "asegura que quería manifestar una tendencia y no expresar antisemitismo".
No fue suficiente para Jacques Attali, todavía conmocionado, a pesar de las disculpas. "Esto es absolutamente vergonzoso. Insoportable. Mi posición respecto a Alemania no tiene nada que ver con mi historia personal. Decir que mis consejos al presidente estuvieron determinados por mi judaísmo es despreciable. Y esa afirmación es, obviamente, antisemita".
Ya lo saben, si usted es un judío francés del montón nunca podrá alegar que sufre antisemitismo. El "disfrute" de esa sensación queda reservada para los espíritus elevados.
Pues bien, este "escéptico" sobre la existencia de un antisemitismo ajeno, es decir, el de los suburbios, metros y calles francesas que no transita el coche oficial de un miembro ilustre de la élite judía francesa, grita ahora con todas sus fuerzas "antisemitismo".
Dos web, Causeur, por medio de la pluma afilada de Luc Rosenzweig, y L'Express, dan cuenta del asunto, el cual resulta muy útil para comprender a este tipo de élite judía a la que le molesta especialmente las denuncias de antisemitismo por llamar la atención sobre un tema especialmente sensible (por afectar a la emigración magrebí y subsahariana, en el papel de "víctimas del sistema", las cuales por definición políticamente correcta no pueden ser ni racistas ni crear otras víctimas a su vez), y que de alguna manera les involucra al formar parta de la élite dirigente y ser reconocidos como judíos (no me atrevo a afirmar por "formar parte de la comunidad judía"), aunque ellos por su posición, nivel social y forma de vida no llegan a sufrirlo.
Bueno, hasta que les toca, claro, ya que entonces son los primeros en tocar a arrebato.
Todo esto recuerda el malestar señalado por Hannah Arendt en los llamados "judíos de cámara o corte", los cuales fueron aceptados por la buena sociedad de su época por su talento y a pesar de sus orígenes (muchos de ellos se convirtieron), y que rechazaron la embarazosa proximidad del resto de sus hermanos judíos porque "podía comprometer de alguna manera el estatus social adquirido", al sacar nuevamente a la luz ante sus distinguidas amistades unos orígenes que no podían eliminar.
Las palinodias de Jacques Attali - Causeur - Luc Rosenzweig
Jacques Attali es un hombre constantemente enojado. La semana pasada, reprendió a un reportero del Haaretz que quería hablar sobre el antisemitismo en Francia, alegando que era totalmente inexistente en su opinión. Este lunes, 9 de noviembre, fustiga a su ex colega en el Elíseo, el diputado socialista Jean Louis Bianco, que lo acusa de ser reacio a la reunificación alemana a causa de su origen judío. "Obviamente eso es antisemitismo", fulmina Attali. Deberíamos saberlo.
Jacques Attali acuca a Jean-Louis Bianco de antisemismo - L'Express
Con ocasión del vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, Jean-Louis Bianco, secretario general del Elíseo en noviembre de 1989, habló sobre dicho tema en las columnas del Journal del Dimanche. Y especialmente sobre el papel que habían desempeñado Roland Dumas, entonces ministro de Asuntos Exteriores, y Jacques Attali, consejero especial del Presidente, en la reacción sin entusiasmo de François Mitterrand ante la idea de la reunificación alemana.
¿El argumento de Jean-Louis Bianco? Contrariamente a él, y finalmente al propio François Mitterrand, Roland Dumas y Jacques Attali sentían "un cierto miedo de los alemanes", el primero debido al pasado en la Resistencia de su padre, y el segundo porque era "judío", este último intentando además que Mitterrand tomara en cuenta sus propias preocupaciones. Pero sin éxito.
Jacques Attali ve en estas observaciones una forma de "antisemitismo inconsciente", y solicita al Partido Socialista, el partido de Jean-Louis Bianco, de no dejarlas sin contestación. "Si esa observación hubiera sido pronunciada por Le Pen, acusando a un colaborador del presidente de la República de parcialidad por su origen, sería un escándalo", se indigna Attali.
Contactado por L'Express, Jean-Louis Bianco reconoció que "había escrito en el Journal del Dimanche que Roland Dumas, porque su padre había sido fusilado por los nazis, y Jacques Attali, porque era judío, tenían una sensibilidad especial respecto a Alemania". Sin embargo, "asegura que quería manifestar una tendencia y no expresar antisemitismo".
No fue suficiente para Jacques Attali, todavía conmocionado, a pesar de las disculpas. "Esto es absolutamente vergonzoso. Insoportable. Mi posición respecto a Alemania no tiene nada que ver con mi historia personal. Decir que mis consejos al presidente estuvieron determinados por mi judaísmo es despreciable. Y esa afirmación es, obviamente, antisemita".
Ya lo saben, si usted es un judío francés del montón nunca podrá alegar que sufre antisemitismo. El "disfrute" de esa sensación queda reservada para los espíritus elevados.
Labels: Alterjudíos, Antisemitismo
1 Comments:
Me parece vergonzoso ese doble rasero... Vichy sólo en botella!
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