Thursday, January 28, 2010

Tienen miedo de Netanyahu - Sever Plocker - Ynet

El liderazgo palestino se ha negado hasta ahora a entablar conversaciones con el gobierno israelí encabezado por Netanyahu. Esto no es una cuestión insignificante: los palestinos han participado en las conversaciones celebradas con todos los gobiernos israelíes desde los Acuerdos de Oslo.

Arafat - sí, el mismo Arafat - llevó a cabo intensas negociaciones con Netanyahu durante el primer mandato de este último. Mahmoud Abbas estaba feliz de poder hablar con Ariel Sharon. Sin embargo, un cierto tiempo después de que Netanyahu haya jurado como primer ministro de Israel por segunda vez, en abril del año pasado, el liderazgo palestino está alegando excusas constantemente para evitar un diálogo significativo con Israel.

La dificultad a la hora de explicar la posición palestina actual ha llegado hasta la Casa Blanca. Los que lean atentamente la entrevista integral que Obama dio a la revista Time se darán cuenta que ha perdido la paciencia con unos palestinos cuya "conducta resulta difícil de comprender". Funcionarios aledaños a Obama se han expresado con dureza: ellos acusan a los palestinos de humillar al presidente y sabotear su política.

¿Qué incita a los dirigentes palestinos a adoptar una negativa tan obstinada y rechazar así la iniciativa de un gobierno de los EEUU que puede que sea el más conveniente para ellos? Los palestinos no quieren negociar con Netanyahu porque lo ven como un político pragmático en búsqueda de soluciones concretas, lo que representa el tipo de desastre que los dirigentes palestinos desean evitar. Ni siquiera quieren acercársele.

A los dirigentes palestinos no les importaba celebrar conversaciones con el ex Primer Ministro Olmert porque sabían que no tenía un mandato para concluir cualquier acuerdo, y desde luego no un "acuerdo final" en dichas negociaciones. Lo que en realidad le gustaba a los palestinos era que conformaban unas negociaciones y unos argumentos fútiles. Sin embargo, ante la posibilidad de que un acuerdo práctico se propusiera por primera vez y se vieran obligados a responder a él, prefirieron abandonar las conversaciones y no regresar.

En el telón de fondo de las conversaciones con Olmert y Livni se encontraba la administración Bush, a la que todo el mundo árabe odiaba, y cuya participación podría ser utilizada para explicar el fracaso. Sin embargo, con Obama, las negociaciones con Bibi pueden tomar un camino diferente. Ambos son políticos que buscan resultados y que no están dispuestos a perder el tiempo en querellas verbales e ideológicas.

Netanyahu, con el apoyo de Washington, ofrece a los palestinos dos vías paralelas. Una de ellas lleva a unas interminables negociaciones sobre un acuerdo de "estatuto final", y donde cada parte presentará su versión de la justicia absoluta. La segunda vía de diálogo es práctica, estrechamente vinculada a la realidad y breve, y que concluirá con la Autoridad Palestina elevada al rango de Estado, o al menos de Estado "en curso".

Sin embargo, esto es precisamente lo que los dirigentes palestinos en Cisjordania quieren evitar como la peste.

"No vamos a firmar un nuevo acuerdo interino con Israel", afirmaba una personalidad palestina de alto nivel en sesiones a puerta cerrada. "Desde las conversaciones de Camp David, no se han firmado acuerdos con Israel, y el gobierno de Abbas no violará el consenso palestino de rechazo. Asimismo, no deseamos conseguir nuestro Estado 'en curso' gracias a Israel. Ya la tenemos. Lo tenemos gracias a nosotros mismos".

"La situación actual nos viene bien. Palestina está creciendo, la situación de seguridad es decente, Hamas está asediada en Gaza y la opinión pública mundial nos avala y se opone a la ocupación. No hay prisa para nosotros. El reloj demográfico está haciendo tictac y la opción de un estado bi-nacional está en vías de realización. No tenemos ningún incentivo para entrar en conversaciones con un primer ministro israelí que quiere ir al grano, es decir, que quiere obtener resultados".

Este es el absurdo del conflicto israelo-palestino en el 2010. Los palestinos están dispuestos a entablar unas vagas negociaciones con el gobierno Netanyahu sabiendo de antemano que esto no conducirá a ningún resultado, pero no están dispuestos a embarcarse en negociaciones concretas mientras haya una posibilidad de que esto conduzca a resultados sobre el terreno. Temen una situación en la que se les pedirá rechazar o aceptar un acuerdo provisional viable, que incluya la evacuación de algunos asentamientos y la transferencia de más tierra para su control.

Los palestinos están evitando a Bibi porque, en su opinión, es un estadista serio.

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