Saturday, March 27, 2010

Israel, como Checoslovaquia (Pacto de Munich de 1938) - Melanie Phillips - Spectator


Pacto de Munich de 1938: las potencias occidentales democráticas apaciguando. Una anterior "Alianza de Civilizaciones"

Así que ahora no sólo hay una crisis entre el gobierno de Obama e Israel. En una notable coincidencia, el gobierno del Reino Unido ha subido también la apuesta contra su único "amigo" y "aliado" en el Oriente Medio. Primero, los Obamitas, deliberada y gratuitamente iniciaron una escalada con el "no caso" de los permisos de construcción de Israel al otro lado de la «línea verde» en Jerusalém - en una zona judía que está incrustada entre otras áreas judías -, propiciando un incremento de la reprimenda contra Israel, y provocando la peor crisis entre Estados Unidos e Israel durante tres décadas.

Después, hoy el embajador de Israel en el Reino Unido ha sido convocado en el Ministerio de Asuntos Exteriores con motivo del profundo disgusto de Gran Bretaña por el supuesto robo por el Mossad de identidades de los pasaportes de un grupo de británicos y ciudadanos de Israel para matar a un terrorista de Hamas - Mahmoud al Mabhouh - en Dubai en enero pasado, y para comunicarle que un diplomático israelí - se dice que un agente del Mossad - va a ser expulsado de Gran Bretaña.

La palabra "desproporcionado", viene a la mente.

Todavía hay muchas cosas sobre la muerte de Mabhouh que sigue siendo un misterio inexplicable y, de hecho, la enorme cantidad de unos 27 agentes aparentemente involucrados en la operación. Israel no ha confirmado ni negado que se trataba del Mossad, aunque Gran Bretaña dice que hay "razones de peso para creer que estaba involucrado en el mal uso de los pasaportes británicos".

"Razones de peso", ¿eh? Pero sin hablar de pruebas en la nota. Aunque, ¿quién necesita pruebas cuando a los ojos del gobierno británico Israel es culpable a priori? Se podría pensar que el asesinato de un enemigo tan vil sería un motivo de cierta satisfacción, sombría, en la desesperada lucha en curso en defensa de la libertad, la justicia y vida contra los que la destruyen. Pero no, como señala Douglas Murray: "Gran Bretaña castiga a los que se encuentran en la primera línea de defensa de esa lucha, al tiempo que permite el paso libre, por no hablar de plataformas públicas e incluso puestos en el gobierno, a los que trabajan para la destrucción de Gran Bretaña, Israel y el mundo libre".

Según tengo entendido, el robo de identidades de los pasaportes es una táctica común de un buen número de agencias de inteligencia, tal vez incluso, se dice, del MI6 británico. Es decir, si en realidad eran robados tal como parece deducirse de la fórmula críptica utilizada por Miliband (Ministro de Asuntos Exteriores británico), para esta observadora al menos eso está lejos aún de significar una prueba. Por supuesto, el pasaporte de los titulares en cuestión no tiene nada que ver con el asesinato de Mabhouh. Pero si se clonaron las identidades de los pasaportes, en sí mismo no prueba nada más allá que ese mero hecho.

Ciertamente, si de hecho fueron robados y la vida de estos ciudadanos británicos en Israel se puso en peligro temerariamente, sería injusto no esperar que el gobierno británico protestara. Pero expulsar a un diplomático es una de los señales más graves de desaprobación diplomática que se pueden tomar, y en el caso de un supuesto aliado, todo ello sugiere una infracción mucho más grave en la relación, más allá del descontento causado.

Por todo ello, y después de una serie sistemática de actos hostiles contra Israel por parte del gobierno británico - ponerse del lado de Hamas con motivo de la operación de autodefensa de Israel en Gaza, la aplicación de un embargo sobre las piezas de repuesto para los buques de guerra israelíes, la incitación a un boicot de los productos israelíes producidos en los territorios en disputa, la negativa a votar en contra del grotesco informe Goldstone -, todo ello nos sugiere una estrategia coherente de "lanzar a Israel debajo del autobús".

Y al hacerlo mientras la crisis entre Israel y Estados Unidos está todavía en curso, da que pensar que Hillary Clinton se lo ha sugerido a su admirador David Miliband, como Gordon Brown corre diligentemente tras Obama, con el fin común de deslegitimar a Israel y echarlo a los lobos genocidas islámicos.

Como escribe Michel Gurfinkiel:
Los problemas surgen una y otra vez entre buenos amigos o aliados. A pesar de su relación especial, los EEUU y el Reino Unido han peleado con bastante frecuencia. Pero por lo general, los amigos y aliados tratan de asegurarse calmar las aguas. De hecho, eso es lo que valida su unión. Por otra parte, cuando un amigo o un aliado permite que el desacuerdo se convierta en una crisis o alimenta el fuego de ella, lo que eso significa es que no es un verdadero amigo o sólo un aliado de circunstancias. Recuerden a Jacques Chirac, el presidente de Francia desde 1995 hasta 2007, que en una visita de Estado a Israel en 1995 tuvo un pequeño malentendido con su escolta de seguridad israelí en la Ciudad Vieja, y provocó una discusión entre los dos países. Chirac exigió disculpas totalmente innecesarias del entonces Primer Ministro Netanyahu. Este tipo de comportamiento sólo señaló lo que estaba por llegar: su alineamiento con Yasser Arafat y con similares en el Oriente Medio.
El antiguo primer ministro israelí Ariel Sharon declaró una vez - ante la indignación diplomática general - que Israel no desempeñaría el papel de Checoslovaquia en los años treinta. Se prefigura horriblemente que la repetición de esa historia catastrófica es precisamente lo que tienen en mente los EEUU y el Reino Unido.

Las señales que envían las administraciones del Reino Unido y de EEUU no pueden ser más claras. En la carrera de Irán para obtener su bomba genocida, Obama y Miliband se están preparando para abandonar a su supuesta víctima - y a su vez a sus propios países -, mientras complacen a los enemigos de la civilización. La deslegitimación sistemática de Israel ha hecho muy bien su trabajo infernal de debilitamiento de la opinión pública - en Gran Bretaña por lo menos - con respecto a la posible aniquilación final de aquellos que sólo desean que se les permita vivir en paz en su patria histórica (Israel). Ante el linchamiento de la legimitidad de Israel, ¿quién en las instituciones políticas estadounidenses y británicos tendrá la integridad y la valentía de levantarse y decir, "No en mi nombre"?

Fuente: Melanie Phillips, The Spectator

Labels: , ,

0 Comments:

Post a Comment

<< Home