Obama debe dejar de pedir lo imposible a Israel - Ari Shavit - Haaretz

¿Puede estallar una guerra este verano? En Israel, la gente aún quiere creer que los poderes estabilizadores en el Oriente Medio son todavía más fuertes que los poderes desestabilizadores. La gente cree en la ostensible disuasión lograda en el norte y en el sur durante la Segunda Guerra del Líbano y la Operación Plomo Fundido. Sin embargo, el rey jordano Abdullah no es el único en advertir sobre una posible guerra este verano. Otras figuras internacionales que conocen bien la región temen una escalada militar súbita. No podemos saber cuándo estallará la próxima guerra, nos aseguran. Tampoco podemos saber dónde, pero el Oriente Medio se ha convertido en un polvorín. Entre los veranos de 2010 y 2011, puede inflamarse el barril de la pólvora.
El principal escenario de la guerra es el de un conflicto con Irán. Si el próximo año los Estados Unidos o Israel usan la fuerza contra Irán, Irán contraatacará. El ataque iraní será tanto directo como indirecto. El ataque indirecto se hará vía Hezbolá. Cuando Israel responda, Siria no podrá permanecer de brazos cruzados. La guerra entre Israel, Irán, Siria y Hezbolá no se parecerá a cualquier otra guerra que hayamos conocido en el pasado. Cientos de misiles aterrizarán en Tel Aviv. Miles de personas morirán. Cientos de misiles llegarán a las bases aéreas y centros de mando del IDF. Cientos de soldados serán asesinados. El aplastante contraataque israelí demolerá Beirut y Damasco. Israel va a ganar, pero la victoria será dolorosa y costosa.
El segundo escenario de la guerra provendría de una reconciliación con Irán. Si el próximo año el presidente americano Barack Obama actúa con Irán como George W. Bush lo hizo con Corea del Norte, Irán será nuclear. Si Obama evita que Israel actúe contra Irán y no lo hace él mismo, Irán se convertirá en una potencia líder en el Oriente Medio. El resultado será una pérdida de respeto por parte del mundo sunnita hacia los Estados Unidos y una pérdida de inhibiciones chiíta y del mundo radical frente a Israel. Un grave conflicto podría estallar entre Israel y Hamas, entre Israel y Hezbolá e inclusive entre Israel y Siria. Un deterioro violento también podrá ocurrir entre Israel y otros vecinos.
La pérdida de la hegemonía estratégica de EEUU significaría que los que se oponen a Occidente agitarán todo el Oriente Medio. Una pérdida del monopolio estratégico por parte de Israel daría lugar a ataques de nuevos y antiguos enemigos. La edad de relativa calma que ha caracterizado las relaciones árabe-israelíes en los últimos 35 años se acabará para siempre.
La conclusión es obvia: la tarea esencial ahora mismo en el Oriente Medio es prevenir la guerra. Y esto no es lo mismo que perseguir la paz. A veces es precisamente ese intento de lograr una paz inalcanzable lo que desencadena una guerra. En la delicada situación actual, no debe haber ilusiones y no debe haber errores. La corrección política no debe conducir a que se produzca un desastre histórico. Y cuando las lentes de la corrección política se retiran, emerge una imagen nítida. Para evitar la guerra en el Oriente Medio, Estados Unidos e Israel deben mostrar fortaleza y generosidad, a la vez que disuasión y moderación. Juntos deben promover un progresivo y cauteloso proceso diplomático, lo cual debilitará a los extremistas de la región, reforzará a los moderados y pondrá freno a Irán. Se debe mantener la alianza democrática que se ha estabilizado el oeste de Asia desde hace dos generaciones.
La principal responsabilidad corresponde ahora a los Estados Unidos. El gobierno Netanyahu ha cometido muchos errores durante todo el año pasado, pero también los ha cometido la administración Obama. Esta última, ha perdido 15 meses preciosos embarcándose en un diálogo infructuoso con Irán que ha relegado las sanciones y ha mantenido la ilusión de una paz inmediata entre israelíes y palestinos. De entrada, la presión unilateral ejercida por Washington sobre Jerusalém ha distanciado a ambos de la paz y ha traído la guerra más cerca. Por lo tanto, si la administración Obama no quiere que la próxima guerra lleve su nombre es urgente que cambie sus políticas. Se ha de exigir lo posible a Israel, no lo imaginario. Se debe exigir lo que es esencial a Irán. Para ello ha de reflejar determinación y un liderazgo sobrio que evita la guerra ahora y nos conduzca a la paz de mañana.
El volcán que hizo erupción la semana pasada en Islandia no será nada comparado con el volcán que puede estallar en un futuro próximo en el Oriente Medio. Pero el volcán aquí son seres humanos. Ellos pueden calentarlo pero también pueden hacer que se enfríe. Las vidas de cientos de millones de personas dependen ahora de la sabiduría y de la cuidadosa mesura de un hombre: Barack Obama.
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