Monday, August 23, 2010

Abbas tiene otras ideas - Mordechai Kedar - Ynet



Cualquiera que esté familiarizado con la manera astuta de pensar que caracteriza a los actuales dirigentes palestinos conoce la verdad: Después del espectáculo en Washington, deberán encontrar una forma de frustrar las negociaciones directas.

Netanyahu les da miedo, sobre todo debido a su capacidad política para alcanzar un acuerdo. Él no tiene una oposición significativa a la derecha, y Kadima sólo está esperando una señal suya para unirse al gobierno, abrazarlo y sostenerle en el caso de que los radicales de la derecha abandonen la coalición. Los palestinos temen exactamente eso, porque no pueden finalizar las conversaciones con un acuerdo.

La primera razón para esto es el problema de los refugiados. Cualquier líder palestino o árabe que diga algo que se interprete como cualquier tipo de concesión sobre el derecho al retorno - lo que permitiría a millones de árabes instalarse en Israel - sabe que inmediatamente será acusado de traición, y Hamas podrá disfrutar de un "día de campo" con él.

De hecho, los sistemas educativos en la Autoridad Palestina y en los campos de refugiados en el Líbano, Siria y Jordania siguen insistiendo en la idea del retorno bajo todas las formas posibles.

Por otra parte, los temores de los dirigentes de la OLP de que conseguido un acuerdo éste incluiría "un final del conflicto" y por ello "ninguna exigencia más", entraría en conflicto con los deseos de Siria y el Líbano, interesados en deshacerse de los refugiados de 1948 y de sus descendientes. Estos dos países incluso podrían llegar a sabotear dicho acuerdo sólo con expulsar a cientos de miles de ellos a Palestina, lo último que desearía el liderazgo palestino.

La segunda razón es Jerusalém. Bajo el liderazgo de un gobierno israelí de derechas, la partición de la ciudad parece ser una misión imposible, y los dirigentes palestinos no pueden presentarse ante su público con un acuerdo inferior al esbozado por el sueño de Arafat: "Un Estado palestino con la sagrada Jerusalén como su capital ".

Otra razón es económica. Desde hace algunos años, la Autoridad Palestina ha estado disfrutando de la buena vida gracias a los fondos públicos y gubernamentales de Europa, los EEUU y el mundo árabe e islámico. Esto ha llegado hasta el punto de que los ingresos disponibles per cápita de Palestina son el doble de los de Egipto.

Los temores de la dirección de la AP es que cuando llegue el momento en que el Estado palestino independiente sea declarado, las donaciones se sequen, ya que el mundo creerá llegado el momento en que los palestinos comiencen a velar por sí mismos al igual que cualquier otro estado independiente. Los palestinos, acostumbrados a vivir a expensas de los demás, no pueden llegar a considerar que un día tendrán que ganarse la vida por sus propios medios.

Por último, en lugar de un acuerdo que no desean, los dirigentes palestinos ven una alternativa. Cada vez más voces, tanto israelíes como árabes, están pidiendo una solución de un Estado, que será democrático y permitirá que los dos grupos - los israelíes judíos y los árabes palestinos - convivan en consonancia con un acuerdo convenido, como sería el caso de Bélgica [N.P.: un muy mal ejemplo, como sabemos, por su incierto futuro. De hecho, en Europa y en otros ámbitos, en países con ciertas similitudes, aunque no con un sangriento conflicto centenario, se va hacia la división y no hacia la unificación].

Por extraño que parezca, la solución de un Estado es avalada dentro de Israel tanto por la extrema derecha, que todavía se aferra a la idea de un Gran Israel, como por la izquierda radical, que no tiene ningún problema en compartir un hogar con los árabes, siempre y cuando todos piensen que son un ejemplo de sociedad progresista y liberal [N.P.: la guerra civil posterior será sólo culpa de la estúpida realidad, que no atiende a utopías y a formulaciones teóricas abstractas y académicas, y soslaya "profundos razonamientos-eslogan" muy al gusto medíatico del tipo de "otro mundo es posible"].

Sin embargo, parece que la solución de un Estado es del agrado de alguien más: los dirigentes palestinos, ya que evitaría la necesidad de conceder algo por escrito.

En un único estado, la vida de los palestinos sería mejor que la actual, ya que disfrutarían de los derechos civiles de un Estado moderno. Y si en algún momento los judíos deciden huir (de la idea de formar un Estado moderno junto a ellos), esto también sería una bendición, de esa manera se beneficiarían de toda la tierra sin un acuerdo y sin concesiones. ¿Por qué entonces entrar en negociaciones?

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