Monday, October 18, 2010

El fin de la invisibilidad de Israel - Michael B. Oren - NYTimes



Casi 63 años después de que la Naciones Unidas reconocieran el derecho del pueblo judío a la independencia en su patria - y más de 62 años después de la creación de Israel -, los palestinos se siguen negando a reconocer el carácter judío del Estado. "Israel puede llamarse como quiera", dijo el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, mientras que, según el Haaretz, su jefe negociador, Saeb Erekat, afirmaba que la Autoridad Palestina nunca reconocería a Israel como Estado judío. En 1948, la oposición a la legitimidad de un Estado judío provocó una guerra. Hoy en día, amenaza la paz.

El Sr. Abbas y el Sr. Erekat respondían así a la petición del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que los palestinos reconozcan a Israel como el Estado-nación del pueblo judío, lo que permitiría a su gobierno considerar y aprobar la prolongación de la moratoria sobre la construcción en Cisjordania. "Un paso de ese tipo por parte de la Autoridad Palestina sería una medida que fomentaría la confianza", explicó el Sr. Netanyahu, y señaló que Israel no estaba exigiendo ese reconocimiento como requisito previo para las conversaciones directas. En efecto, ese reconocimiento "abriría un nuevo horizonte de esperanza y de confianza entre amplias capas de la opinión pública israelí".

¿Por qué debería importar tanto que los palestinos o cualquier otra pueblo reconozcan a Israel como el Estado-nación del pueblo judío? De hecho, Israel nunca buscó un reconocimiento similar en sus tratados de paz con Egipto y Jordania. Algunos analistas han sugerido que el Sr. Netanyahu no hace más que promover una demanda táctica que bloqueará cualquier oportunidad para una paz que en realidad no desea.

Sin embargo, la afirmación de la judeidad de Israel es el fundamento mismo de esa paz, es su ADN. Al igual que Israel reconoce la existencia de un pueblo palestino con un derecho inalienable a la autodeterminación en su patria, así también los palestinos deberían reconocer ese mismo derecho al pueblo judío, reconociendo así la conexión de casi 3.000 años del pueblo judío con su patria y su derecho a su soberanía en ella. Esta aceptación mutua es esencial para que ambos pueblos puedan vivir el uno al lado del otro, conformando dos estados coexistiendo en una paz genuina y duradera.

Así pues, ¿por qué no existe reciprocidad por parte de los palestinos? Después de todo, el derecho de los judíos a un Estado es un principio del derecho internacional. La Declaración Balfour de 1917 solicitó la creación de "un hogar nacional para el pueblo judío" en la tierra conocida entonces como Palestina y, en 1922, la Sociedad de Naciones citó la "conexión histórica del pueblo judío" con esa tierra como una de las "bases para la reconstrucción de su Hogar Nacional". En 1947, las Naciones Unidas autorizaron el establecimiento de "un Estado judío independiente", y recientemente, al dirigirse a la Asamblea General, el presidente Obama proclamó a Israel como "la patria histórica del pueblo judío". ¿Por qué entonces no pueden los palestinos decir simplemente que "Israel es un Estado judío"?

La razón de ello quizás estriba en que gran parte de la identidad palestina, como pueblo, está edificada en torno a la negación de ese mismo estatus a los judíos (como pueblo). "No voy a permitir que se pueda decir (escribir) de mí que he confirmado la existencia del supuesto Templo debajo del Monte", dijo Yasir Arafat al presidente Bill Clinton en el 2000.

Para los palestinos, reconocer a Israel como Estado judío también significa aceptar que los millones de palestinos que residen como refugiados en los países árabes deberían ser reubicados dentro del futuro estado palestino y no dentro de Israel, lo cual, si llegara a suceder, transformaría a Israel en otro estado palestino excepto por el nombre. Hacer la paz con el Estado judío quiere decir que la solución de dos estados no es una solución de dos etapas, como muchos palestinos lo desean, siendo la segunda de ellas la disolución de Israel.

Es precisamente por esto por lo que los israelíes buscan la seguridad básica que supondría que la Autoridad Palestina esté dispuesta a aceptar nuestro estado tal como es, aceptando lo que somos. Los israelíes tienen que saber que más concesiones por nuestra parte no nos harán más vulnerables al terrorismo y más susceptibles a nuevas demandas sin fin. Aunque el reconocimiento de Israel como Estado judío no nos proteja de posteriores asaltos o presiones, eso nos demostraría que los palestinos son serios acerca de la paz.

El núcleo del conflicto palestino-israelí ha sido la negativa de los palestinos (y del mundo árabe) a reconocer a los judíos como uno de los pueblos nativos de la región y dotado con el derecho al autogobierno. La crítica de las políticas israelíes a menudo sólo sirve para ocultar este hecho, por lo que la paz sigue eludiéndonos.

Instando a los palestinos a reconocer que sus vecinos serán permanentes y tienen su propia legitimidad, el Primer Ministro Netanyahu está señalando el camino para salir del actual callejón sin salida: de hecho está identificando el único camino para la convivencia.

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