Saturday, October 23, 2010

El punto de vista judío. Por qué la mayoría de los judíos apoya el nuevo compromiso de fidelidad (Ley de Ciudadanía) - Yaron London - Ynet



La mayoría de los judíos israelíes apoyan el "juramento de lealtad". Yo formo parte de la minoría que no lo ahce. Sin embargo, puedo entender por qué muchos de los judíos israelíes que también apoyan una igualdad civil plena han terminado apoyando el juramento de fidelidad. Mi opinión es que los líderes de la comunidad árabe israelí tienen parte de culpa de ello.

El juramento de lealtad es una especie de "adecuada respuesta judía" a Hanin Zoabi, Azmi Bishara, al Movimiento Islámico de Israel y a los "Documentos o Visiones de la identidad de los palestinos de Israel" elaborados por el liderazgo árabe israelí. Estas personas y movimientos, que se perciben como un desafío para el carácter judío del Estado, han puesto un énfasis exagerado en ese carácter [N.P.: según ellos "fascista y racista"].

Trataré de expresar las voces y pensamientos que son propios del judío medio de Israel: Israel está en conflicto con la mayoría de los estados árabes. Sus ciudadanos árabes están estrechamente vinculados a sus camaradas y hermanos árabes en los territorios ocupados y en la diáspora palestina. Ellos forman parte de la gran nación árabe (así lo aseguran ellos mismos), pero aún no se han decidido sobre el significado de los apegos que les unen a sus diversas partes [N.P.: si solo son palestinos y árabes, si ser israelí es una imposición, ¿por qué no dar el paso lógico y formar parte del futuro estado de Palestina y del pueblo árabe?, ¿por qué siendo solamente palestinos y árabes, aún así prefieren permanecer formando parte de Israel, un Estado judío y democrático con una "imposición racista"?]

Pero el caso es que esos apegos no tienen un consenso definido, incluso entre los intelectuales árabes de Israel. Por ejemplo, el Dr. Azmi Bishara, quien huyó sospechosa y convenientemente al Libano (cuando era sujeto de investigaciones por connivencia y espionaje a favor de Hezbolla), admitió que el "pueblo palestino" es en gran medida una invención destinada a adaptar las demandas de los residentes árabes de Israel al lenguaje global estándard, ya que, en efecto, no eran según él más que árabes meridionales o "del sur de Siria".

¿Entonces, por qué estos "sirios del sur" tienen derecho a participar en el discurso sobre la identidad del Estado, y qué tipo de derechos pueden exigir los partidarios del Movimiento Islámico de Israel cuando ellos mismos ven el mundo de los fieles musulmanes como una única región política (un Califato mundial)?

Esta región es pobre y problemática, está gobernada por regímenes dictatoriales, oprime a las minorías y muestra su desprecio por los derechos humanos. Su celo religioso es inmenso y se enfrenta a una multitud de conflictos étnicos y religiosos. El antisemitismo es muy frecuente en todas sus partes. En los últimos años, hemos visto varios ejemplos horribles que acreditan la actitud de las sociedades árabes y musulmanas ante aquellos que no son árabes, o que simplemente no les gusta ser árabes y musulmanes: Irán, Mauritania, Sudán, Irak y Afganistán. Las relaciones entre los propios palestinos también provocan miedo entre los judíos.

Mientras tanto, el mundo árabe y musulmán comprende que carece de las habilidades intelectuales de la introspección y autocrítica: culpan a todos por el lamentable estado de la región, con excepción de a los propios locales y a las civilizaciones que han creado.

Los árabes israelíes tienden a preguntar: ¿Qué tiene que ver todo esto con nosotros (la situación en las sociedades árabes y musulmanas)? Y el judío medio israelí, como casi todos los judíos tienden a hacer, les responde con otra pregunta: ¿Es posible que los ciudadanos árabes de Israel, una pequeña parte de la gran nación árabe, sean totalmente diferentes de sus hermanos árabes en lo que respecta al estado de ánimo, la cultura y la actitud hacia la democracia? [N.P.: Y si por fortuna son tan diferentes, añadiría otra pregunta, ¿qué parte se debería a la existencia de Israel como Estado judío y democrático?]

El judío medio israelí también se cuestiona algunas cosas más: los ciudadanos árabes de Israel piden que se les trate de acuerdo con los más nobles de los criterios humanos, mientras que al mismo tiempo ellos apenas critican las injusticias que prevalecen en el mundo árabe. Estos ciudadanos árabes de Israel no tienen nada que decir sobre la situación que sufre la minoría copta en Egipto, o sobre la situación de los chiítas en los estados sunnitas del Golfo, o acerca de la tiranía alauita en Siria.

"Si no están dispuestos a criticar a sus camaradas y hermanos árabes", deduce el judío medio israelí, "esto significa que sus valores no son diferentes de los valores que prevalecen entre su gente. No pueden asumir para su comunidad dos tipos de roles: exigir sus demandas como ciudadanos de Israel, pero al mismo tiempo anunciar que son ciudadanos israelíes involuntariamente, y que su solidaridad emocional se sitúa con un mundo que desprecia a Israel y es el hogar de numerosos y absolutos antisemitas".

"Y por cierto", añade finalmente el judío medio israelí, "todavía tengo que escuchar una respuesta de los árabes israelíes al reciente discurso de Ahmadinejad en el Líbano, donde acusó a los sionistas de causar el cambio climático".

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