Friday, November 26, 2010

Dos titulares sobre la cuestión palestina para los corresponsales españoles


Vista del Kotel de 1899 (posiblemente de Felix Bonfils)


Judíos rezando en el Kotel en 1899 (fotografía de Felix Bonfils)


Judíos orando en 1905


Mujeres judías orando en el Kotel en 1912, fotografía de Yaacov Ben Dov

El actual corresponsal en Israel del diario El Global, Enric González, representa una mejoría con respecto a su objetividad si lo comparamos con su inenarrable antecesor. La cosa tampoco resultaba demasiado complicada, lo difícil hubiera sido que el sesgo partidista fuera aún más evidente. Su labor entonces se podría comparar a la de un corresponsal del Haaretz (visto el paralelismo existente entre ambos diarios) que, enviado a Madrid para tratar sobre todo el denominado “conflicto vasco”, ejerciera su corresponsalía sobre la base de las argumentaciones del sector independentista del PNV (digamos que una especie de Autoridad Palestina) y de las palabras y obras de Herri Batasuna-ETA (en versión Hamas), y donde los únicos representantes aceptables de los “ocupantes o colonos españoles” serían aquellos que comulgaran con esa visión de las cosas. Es decir, y por hablar del Global, los lectores israelíes no tendrían noticia alguna de lo que opinaban sobre dicho conflicto gente como Fernando Savater, Antonio Elorza, Patxi Unzueta y la mayoría de la sociedad española.

Pues bien, Enric González narra en su último post de su blog Fronteras Movedizas, muy centrado últimamente en la página de sucesos, lo que define con acierto como un culebrón, y donde aparece un aspirante a un alto cargo de la policía israelí, las inevitables envidias profesionales, supuestos escándalos sexuales, etcétera, y donde termina afirmando que con este tipo de “noticias basura” dominando el cotarro parece poco razonable esperar que haya un hueco para unas “portadas sobre la cuestión palestina”. Creo entender que ese desdén lo atribuye a la prensa israelí, puesto que si hablamos de los corresponsales y de la prensa del país del buen rollito esto no sería cierto, pues parece verosímil que no encontrarían un hueco más que aquellas noticias que pudieran dañar el prestigio de la causa palestina. Se ve que los corresponsales en Israel son como una especie de académicos de la Real Academia Española de la Lengua, dedicados a “limpiar, fijar y dar esplendor” a la causa. (El único corresponsal que proporciona algo de información de cómo es y cómo se piensa en Israel, hecho que casi siempre es censurado para reseñar solamente las visiones minoritarias al gusto, es Sal Emergui, en El Mundo, que para compensar tamaño atrevimiento tiene un “pareja inenarrable” desde Beirut),

Es a causa de esta supuesta “falta de portadas sobre la cuestión palestina” que me atrevo a sugerir dos noticias palestinas que, al ser bastante comentadas en los medios de Israel (por lo que no se puede alegar desconocimiento), han sido ignoradas por los corresponsales españoles.

La primera se trata de una encuesta llevada a cabo recientemente por un organismo israelí entre la población palestina, y que ha propiciado tales resultados que el propio Haaretz, el espejo donde se miran los “críticos de Israel”, ha tenido que reseñarla en apenas unas líneas, mencionando los datos fundamentales pero sin querer “ahondar” por si se estropeaban ciertos argumentos y se proporcionara munición a la testaruda derecha israelí.

Escuetamente, y tras un titular confuso, el Haaretz nos informa de que sólo el 23% de los palestinos aceptan que Israel tenga derecho a existir como patria del pueblo judío (mientras que el resto prefiere la declaración alternativa de que los palestinos deben luchar para recuperar todo el territorio), de que el 30% de los palestinos acepta la “solución de dos estados” como solución definitiva, mientras que el 60% restante la acepta siempre y cuando represente un paso adelante en su verdadero objetivo final, un único estado palestino, en definitiva, el fin de Israel y de la “solución de dos estados” (o si lo prefieren el famoso plan por etapas de la OLP, al parecer nunca derogado). Finalmente, el 58% apoyaba la lucha armada contra Israel mientras que un 36% consideraba las conversaciones directas como el único medio aceptable.

Ante tales datos algunos se han apresurado a razonar que la formulación de las preguntas determinaba las respuestas, pero el caso es que otras encuestas realizadas por organismos palestinos proporcionan un “espíritu” y unos resultados semejantes.

La otra noticia que le podría interesar a Enric González, y esta vez recogida ampliamente en el Haaretz, es la negación por parte de un informe redactado por una instancia gubernamental palestina del carácter judío del Kotel o Muro Occidental de Jerusalém (el conocido como Muro de las Lamentaciones).

El informe afirma que “los judíos no oraban en el Kotel anteriormente a la Declaración de Balfour de 1917 (...) y que ningún musulmán, árabe o palestino renunciará a una sola piedra del Muro de Al-Buraq (el Muro Occidental) y de otros lugares sagrados porque eso sería una concesión con respecto al Haram al-Sharif (el Monte del Templo en su denominación islámica)".

Esto obvio y craso revisionismo histórico musulmán (ya antes requisaron retroactivamente figuras y personajes bíblicos) ha ido acompañado en varias ocasiones de la destrucción de evidencias arqueológicas de la época del Primer y Segundo Templo halladas en las reformas llevadas a cabo por la Waqf, el organismo musulmán encargado de la gestión del Haram al-Sharif o Monte del Templo.

Pero esperen sólo un minuto. Hay una foto muy conocida donde aparecen hombres y mujeres religiosos judíos rezando en el Kotel en 1905, 12 años antes de la Declaración Balfour (y las hay también de 1899). Y hay miles de historias y relatos contados por viajeros judíos y no judíos que visitaron a lo largo de los siglos Jerusalén, ya sea para orar en el Kotel o para visitar la ciudad santa, donde afirman haber visto a los judíos orando en dicho Muro Occidental.

Pero leamos lo que dice el Haaretz:
“Décadas de arqueología han demostrado que el llamado Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado donde oran los judíos, era un muro de contención del recinto donde se levantaron los dos templos bíblicos judíos hace 20 siglos. El recinto de Al-Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam, está construido sobre sus ruinas.

Esta última afirmación sobre los templos (negándolos), se hace eco de las posiciones adoptadas en el pasado por los líderes palestinos, incluyendo al fallecido Yasser Arafat, y subraya las arraigadas creencias que están en conflicto y que deben ser desenredadas si un acuerdo de paz debe ser alcanzado entre Israel y los palestinos.

Al-Mutawakil Taha, viceministro de Información de la Autoridad Palestina respaldada por Occidente y que gobierna Cisjordania, le dijo a The Associated Press que su informe de cinco páginas publicado en la web del gobierno palestino refleja la posición oficial palestina.

Parte del informe refuta que el Muro Occidental o Muro de las Lamentaciones fuera un muro de contención del recinto del Templo, descartando así siglos de documentación y de arqueología.
"Este muro nunca formó parte de lo que se llama el templo judío", afirma el informe. "Sin embargo, fue la tolerancia islámica la que permitió a los judíos orar y llorar por su pérdida".

El informe concluye que, dado que los judíos no tienen derecho a esa zona, ya que es un territorio santo musulmán y debe formar parte de la Jerusalém palestina.

(…)

Al-Mutawakil Taha dijo que se redactó el informe después de que funcionarios israelíes aprobaron un plan de renovación de cinco años de la zona del Muro Occidental. El portavoz del gobierno israelí, Mark Regev, describió el informe como un ejemplo más de la incitación palestina que niega la histórica conexión judía a Jerusalém. Einat Wilf, un diputado del Partido Laborista israelí, el cual forma parte de la coalición gobernante, afirmó que los palestinos están tratando estúpidamente, una y otra vez, de crear algún modo de realidad alternativa en la que el pueblo judío resulte extraño a esta tierra.

Después de que Israel tomó el control de Jerusalén orienta en 1967, se despejó una zona de viviendas construidas junto al Muro Occidental y se construyó una amplia plaza para facilitar su visita y la oración. A cambio, Israel entregó la administración del propio recinto, con la mezquita de Al-Aqsa y el santuario de la Cúpula de la Roca (el Haram al-Sharif, el término islámico del recinto) al Consejo Supremo Musulmán, o Waqf, mientras que Israel retenía el control general de la seguridad.
La pretensión del organismo de la Autoridad Palestina es que el Muro Occidental sería verdaderamente el Muro Al-Buraq, el cual formaría parte de las mezquita Al-Aqsa y del Haram al-Sharif, y para ello recogen las dudas suscitadas por cierta historiografía israelí sobre el carácter menor en extensión e importancia de Jerusalém, y del reino, en el periodo de David y Salomón, retrasando así la cronología de las grandes edificaciones (a lo que algunos “comentaristas” de estas noticias añaden que si el Templo fue destruido por los romanos, el muro debió correr la misma suerte).

Lo que se parece ignorar es que la historiografía revisionista que cuestiona la importancia del reino de David y Salomón está siendo muy cuestionada actualmente tras recientes descubrimientos en el propio Jerusalén y en poblaciones cercanas (como una fundación de cobre en el Mar Muerto), descubrimientos que permiten realzar nuevamente su importancia y su labor constructora (la posición oficial de ese sector historiográfico revisionista es que estos descubrimientos tienen una agenda política derechista, algo que muy bien les podría ser achacado a ellos por sus vinculaciones con la agenda contraria). Pero en este asunto lo importante es destacar que el Kotel o Muro Occidental no era un muro del propio Templo, sino un muro de contención del recinto o del complejo del Templo, por lo que la destrucción del Templo no sería necesariamente un indicio de su destrucción.

Más interesante resulta la designación del muro según la tradición islámica. Se denomina Muro Al-Buraq por una yegua alada del mismo nombre, una especie de criatura híbrida sobrenatural, que transportó por los aíres a Mahoma hasta Jerusalém en su famoso “viaje nocturno”, y a la cual dejó atada en dicho lugar (el muro) cuando se dispuso a orar en el supuesto lugar donde posteriormente se levantó la Mezquita Al-Aqsa. No deja de ser sorprendente el arduo cuestionamiento por parte de algunos occidentales del carácter judío del Kotel por la ausencia de mayores pruebas materiales, y las nulas objeciones que suscita las pretensiones de su origen como lugar de reposo de una yegua híbrida, alada y sobrenatural. Todo sea para evitar las acusaciones de blasfemia (próximamente regulada por la ONU) y de islamofobia.

Lo sorprendente en todo caso de este lugar repleto de “sagradas reminiscencias islámicas” es el lamentable estado de degradación en que se encontraba cuando estaba bajo directo control musulmán (antes de una presencia importante de judíos y del dominio británico), así como en el tiempo que estuvo en poder de Jordania (1948-1947)

En resumen, todo esto se arreglaría si Ohhbama determinará de una vez una “congelación” de la amplia y reiterada incitación anti-judía árabe y palestina, y "congelara" la negación de la herencia y presencia judía por parte palestina y árabe.

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