Thursday, January 27, 2011

Gimoteando por los Palestinian Papers - Benny Morris - National Interest


Una de las imágenes canónicas de la década pasada donde se ve a la policía de fronteras israelí desalojando a una colono judía de un asentamiento

¿Qué ha sido de esa imagen de periodistas duros y cínicos, que no creen todo lo que les cuentan y que no dejan de hacer preguntas?

Todavía pueden existir, pero no cuando se trata de los palestinos. Tomen como ejemplo a Jonathan Freedland, el habitualmente severo columnista del diario británico The Guardian, y por lo general bastante inquisitivo. Esta vez lo hizo a regañadientes, admitiendo que el tesoro de unos 1.600 documentos procedentes de la última década de negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, y recientemente publicados por Al Jazeera y por su propio periódico, "puede haber sido una filtración selectiva". Pero luego se zambulló, temerariamente y sin aliento, como quien acabara de encontrar lingotes de oro macizo. !!La primicia del siglo!! Aquí estaba, escribía, la "prueba" de "hasta qué punto los palestinos estaban dispuestos a recorrer el camino hacia la paz con Israel y como, una vez más, chocaban con la intransigencia de los israelíes, en privado y públicamente. Ahí estaba la clave para entender la ausencia de paz entre israelíes y palestinos".

Además de dejar a un lado todo su habitual escepticismo, Freedland también demostraba poseer una memoria muy corta (esto, hay que admitirlo rápidamente, no sucede solamente con Freedland, es un defecto periodístico muy común). Si hubiera ejercitado su memoria, o revisado el propio archivo de su periódico, podría haber descubierto que las asombrosas "concesiones" palestinas, principalmente la mayor parte de los barrios israelíes al norte, este y sur de Jerusalén, construidos a a través de las líneas de 1967, ya habían sido "reconocidos" a los israelíes en los famosos "parámetros de Clinton", es decir, las propuestas de paz del presidente Bill Clinton de diciembre de 2000, y que los palestinos actualmente aprueban considerablemente lo aceptado por el anterior líder palestino, Yasser Arafat. Clinton había establecido el principio de un división de Jerusalén Este donde los barrios judíos formarían parte de Israel y las zonas árabes quedarían dentro de la soberanía árabe.

Del mismo modo, Arafat ya había acordado que el barrio judío y el Muro Occidental ("Muro de las Lamentaciones"), y quizás también el barrio armenio de Ciudad Vieja de Jerusalén, deberían estar bajo la soberanía israelí, obteniendo los palestinos los barrios musulmanes y cristianos. Nada nuevo aquí por lo tanto.

Pero en 2000-2001 Arafat se resistió a las dos temas - y hasta donde yo sé, tampoco han sido concedidos por los jefes actuales de la Autoridad Palestina y la OLP - : la soberanía exclusiva palestina sobre la esquina sureste de la Ciudad Vieja, es decir, el Monte del Templo o Haram ash-Sharif, y el "derecho de retorno" de los refugiados palestinos, es decir, de aquellos palestinos aún vivos que protagonizaron el éxodo tras la Guerra de 1948, y de sus hijos, nietos y bisnietos, a los que se les "debería permitir" regresar a las zonas de Israel pre-1967.

Ambos temas son cruciales, uno de manera simbólica, el otro de manera muy concreta. Arafat, con sus ayudantes a remolque, siempre negó que hubieran existido templos judíos en el Monte del Templo, de ahí no faltaba nada para deducir que no existía ninguna conexión histórica entre los judíos y Jerusalén, y por extensión, entre los judíos y la tierra de Israel / Palestina. Sólo los árabes palestinos tenían un derecho histórico a ese territorio, a todo el país.

Y hablando del hecho concreto, insistió en el "derecho de retorno" de los refugiados y su aplicación efectiva, lo que significaba que entre 4,7 millones (la cifra de las Naciones Unidas) y 6 millones (la cifra OLP) de "refugiados" (con hijos, nietos, bisnietos, etcétera) inundarían el territorio de Israel y se instalarían en sus antiguas casas (que en gran manera ya no existirían). Teniendo en cuenta que Israel tiene hoy una población de 5,7 millones de judíos y 1,5 millones de ciudadanos árabe-israelíes (que en gran número se llaman la sí mismos "palestinos"), la invasión en masa de esos refugiados gracias al retorno significaría la transformación de Israel, que al instante pasaría a ser de un Estado judío a un Estado árabe. Ergo, no existiría Israel.

[N.P.: Una solución de dos estados que aniquilaría a uno de ellos cuando se hiciera efectiva dicha "solución", o sea, un auténtico suicidio. Una puntualización, la población judía de Israel es de 5.8 millones de judíos según las últimas estadísticas, pero además habría que incluir a esa población inmigrante rusa de origen judío que el Rabinato ahora mismo no reconoce como judía, y que se contabiliza en unas 150 mil personas más o menos. Es decir, la población judía, si exceptuamos la categorización del Rabinato, se acerca a los 6 millones de personas.

Por otro lado, dentro de la población árabe se suele incluir a la población árabe de Jerusalén Este, población que si se divide Jerusalén pasaría a formar parte del Estado palestino. Esa población actualmente es de 270 mil personas, las cuales en su mayoría habría que descontar. Si añadimos la posibilidad de intercambios territoriales donde vive mayoritariamente población árabe israelí, por ejemplo la propuesta mínima de Livni que afectaría solamente a unas cuantas ciudades fronterizas, la población árabe israelí restante se reduciría a 1,2 millón de personas (de ellos, más de 200 mil personas serían árabes cristianos, drusos, circasianos…).

Si tenemos en cuenta la población emigrante en Israel que no entraría dentro de las categorías judío-árabe (religiosos cristianos, africanos, filipinos, tailandeses, rumanos, etcétera...), cerca de 300 mil personas, la población árabe israelí representaría finalmente al 16% de la población, la judía algo más del 80%, y la emigrante cerca de un 4%]

En las negociaciones palestino-israelíes de 2008, los dirigentes palestinos, todos y cada uno de ellos, no fueron nada conciliadores sobre la cuestión de los refugiados. Sólo un retorno en masa les satisfacía (Israel hasta ahora ha sido bastante discreto y diplomático al no publicar los detalles exactos de las negociaciones de 2006-2008: Tal vez es hora de que Netanyahu o su antecesor, Ehud Olmert, quien condujo esas negociaciones, publiquen la oferta de Israel a la Autoridad Palestina, la cual al parecer fue de un 97% por ciento de Cisjordania, el 100% de la Franja de Gaza, y la mitad de Jerusalén (incluido el control conjunto sobre el Monte del Templo), que serviría como capital de los palestinos. Y por qué no, publicar también la respuesta de Abbas, que no reaccionó a la propuesta ni realizó alguna contrapropuesta, solamente se limitó a decir "no"),

El hecho de que Abbas y compañía (por no hablar de sus rivales islamistas, Hamas) se nieguen firmemente a renunciar al "derecho de retorno" en la negociación con Israel (y no importa lo que uno u otro haya dicho en algún momento en los debates internos palestinos) es la mejor indicación de que no tienen intención de hacer la paz con Israel (Otra señal es la constante negativa de Abbas a reconocer a Israel como "Estado judío").

Cuando Wikileaks o Al Jazeera (o Freedland) encuentren y publiquen el documento que demuestre que el liderazgo palestino ha aceptado la fórmula Clinton para resolver el problema de los refugiados, es decir, su asentamiento en el lugar en el que viven desde hace ya 60 años, mayoritariamente en los países árabes hermanos, o bien su "retorno" al futuro Estado palestino (Cisjordania y Gaza), o bien su instalación en nuevos lugares como Canadá, Australia..., y además de ello expresen su aceptación de Israel formal, oficial y definitivamente, reconociéndolo como lo que es, un Estado judío, entonces la paz entre Israel y los palestinos sería realizable en un corto plazo.

Labels: ,

0 Comments:

Post a Comment

<< Home